El mundo celebra el Día Internacional de la Mujer en ocasión de lo acontecido en 1908, cuando 129 mujeres murieron en un incendio en una fábrica de camisas de Nueva York, luego de declararse en huelga por la reducción de la jornada de trabajo, y el salario igual al de los hombres, el dueño de la fábrica decidió cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran, abandonaran el lugar, y las obreras que estaban adentro fallecieron, y por eso se honra esa batalla difícil por su igualdad laboral.

Siempre me pregunté “¿por qué no hay un Día Internacional del Hombre?”. ¡Sí lo hay!, es el 19 de noviembre. Sin embargo, la fecha aún no está reconocida en el calendario oficial. Incluso me parecía en los tiempos universitarios una celebración extraña felicitar a las compañeras cuando día tras día uno busca reconocerlas.

A las mujeres se les felicita por sus logros intelectuales, y no por una simple casualidad genética. Ser mujer no tiene ningún mérito. Lo que tiene mérito es que ellas salgan adelante y triunfen pese a todas las contrariedades que surjan en el camino.

En septiembre del 2000, 189 líderes mundiales se dieron cita en la sede de las Naciones Unidas para combatir la extrema pobreza en la que se encuentran más de mil millones de personas. El objetivo número 3, plantea la promoción e igualdad de género y la autonomía de la mujer.

Al firmar esa declaración del Milenio se reconoce que la discriminación contra las mujeres, está presente. Luego en la agenda de Desarrollo Sostenible una continuación de la anterior se acuerda en el objetivo 5, igualdad entre los géneros y empoderar a la mujer. El hecho de que sea este el objetivo más difícil de alcanzar prueba de la profundidad de esa desigualdad.

Pues constituye una violación de los derechos humanos (Art.1 de esa declaración). Y según datos de las Naciones Unidas de 87 países, una de cada cinco mujeres menores de 50 años ha experimentado violencia física por parte de su cónyuge.

La directora ejecutiva de ONU Mujeres, la sudafricana Sra. Phumzile Mlambo-Ngcuka, expresó hace tres años: “El mundo entero se comprometió a través de los ODS a no dejar a nadie atrás. Los nuevos datos y análisis indican que a menos que se acelere considerablemente el progreso en materia de igualdad de género, la comunidad internacional no podrá cumplir con su palabra.”

Para terminar es para considerar que el machismo tiene lugar en nuestra cultura, y que las mismas mujeres son las que permiten que esos espacios dañinos se repitan.

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