En días recientes ha causado asombro ver personas, caso de dos comunicadores, verbigracia, que se afanan por sobresalir y ser tomados en cuenta, para lo cual buscan contenidos fabulosos y hasta escandalosos para publicar en redes. No extraña que haya gente que se comporte así, porque hay estudios científicos de las redes sociales que lo avalan, de que genera obsesión y angustia cualquier día de la semana en personas que se sienten marginadas, cuya estrella no brilla o su carnaval pasó. La carrera frenética es por sobresalir a cualquier precio, porque la contrapartida, la otra cara de los que ven publicaciones y actos maravillosos de otros sin cesar en redes y que ganan likes y de ellos no, es frustración, tristeza y envidia.

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