Ya llegamos donde íbamos, con el ministro de la Presidencia, sí, ese mismo, Macarrulla, montado en la guagua (¿sin freno ni reversa?) en la que van los que insinúan, sugieren y coquetean con que Abinader podría seguir más allá de 2024. Ayer, durante una inauguración, Macarrulla dejó caer esta: “Si el horizonte se nos sigue ampliando, iremos más lejos”, a propósito de que talvez, dijo, a finales de 2023 no puedan concluir las siguientes dos etapas de esa obra. Algún atrevido debió recordarle que Abinader termina en agosto de 2024, por lo que dispondría de 8 meses de ese año para que Macarrulla no tenga que esforzar mucho la vista para poder ver, en lontananza, un horizonte que se le podría poner estrecho. Quién sabe..