No hay que ser agudo ni puntiagudo analista político para darse cuenta de por qué Ramón Rogelio Genao se encaramó temprano a la carroza de la reelección de Abinader. Es la única manera de seguir “subío” en el palo y disfrutar de las mieles del poder; o mejor, como dijo la gobernadora de Montecristi, del “manjar”. Por sí solo, sin una mano amiga y recursos ajenos, Genao no tendría la compañía ni de una gata para que le ayude a conservar su senaduría por La Vega, ateniéndonos a que si en la actualidad tiene una curul ha sido por la generosidad del PRM, ya que el aporte en votos suyo y el del PRSC en 2020 en esa provincia fue de apenas 9,335 sufragios, de los 89,635 con que triunfó.

Posted in Dan de qué hablar

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas