Enterados de que 102 diputados aprobaron sin siquiera leerlo el contrato de fideicomiso público de Punta Catalina, y como entre los argumentos de defensa de esa figura está que garantiza una mejor gestión y administración, quizá se podría crear uno para que se haga cargo de las cámaras legislativas. Eso de aprobar sin leer es muestra de la muy baja calidad de nuestros congresistas. Como ellos siempre incurren en la misma práctica, quizá sería mejor aplicar la parodia de Bertolt Brecht para disolver por terco y cabeza dura, no al Congreso, sino al pueblo porque siempre elige a congresistas que no honran su investidura y que, por el contrario, embarran y desprestigian y ponen a nivel del suelo la importancia fundamental que tiene el Legislativo.

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