Al mediodía de ayer el presidente Luis Abinader almorzó en el Palacio Nacional con la dirección nacional del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo). Sí, Falpo, ese mismo grupo, que tiene como principal y casi único método de lucha el de las huelgas violentas, con epicentro en pueblos del Cibao, en especial San Francisco, Licey, Moca y Navarrete. Podríamos estar asistiendo a un nuevo estilo de gobernar, al punto de abrir las puertas del Palacio Nacional a este tipo de organizaciones, aunque a decir verdad si se observa con detenimiento el comportamiento de este grupo en la campaña electoral en contra del PLD y la alianza de su “casa matriz” con el PRM, no debiera sorprender.

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