Con el velatorio de su cuerpo sin vida en su residencia, se cumplió un deseo de Amable Aristy Castro, que había dispuesto también que no se hiciera una procesión con sus restos por lugares donde había ocupado altos cargos, verbigracia el Congreso y la Liga Municipal Dominicana.

En eso el llamado Cacique de Higüey tenía un pensamiento parecido al de su líder Joaquín Balaguer, que en Memorias de un Cortesano pidió se siguiera la tradición familiar y que su cadáver fuera expuesto en la sala de su casa.

Igual coincidencia hubo para los funerales de Amable como pensaba Balaguer, a quien le repugnaba el hábito de enterrar apresuradamente a los muertos, dizque para evitar así prolongar el pesar de la familia. Los restos de Amable recibirán cristiana sepultura hoy.

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