Periodismo dominicano y mi nuevo libro (1 de 2)

El pasado jueves, en un masivo acto que tuvo como escenario la sala Aída Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, se cristalizó uno de mis sueños.

El pasado jueves, en un masivo acto que tuvo como escenario la sala Aída Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, se cristalizó uno de mis sueños.

¿Cuál sueño? Dar a conocer un libro en el que dejo ver una clara opinión respecto al periodismo que se ejerce en República Dominicana. Periodismo… ¡Cuando la verdad no sea distorsionada! es el título de la obra. Es mi producción libresca número dieciocho. En 30 capítulos se resalta lo positivo y lo negativo del periodismo profesional que se trabaja en nuestro país.

Estoy sumamente agradecido de la gente que estuvo presente en el acto. Gente de calidad, decente, letrada, solidaria y no practicante de la demagogia, de la maledicencia y menos de la pusilanimidad. Les presento algunas pinceladas que se leen en uno de los capítulos de la obra: “Periodismo verdadero, sin mácula y apegado a sus postulados, principios y ética, es el que debe primar en todos los medios de comunicación de República Dominicana.

Realidad, capacidad y ética, son tres renglones que siempre deben estar en las cabezas de los periodistas dominicanos… ¡y que los transmitan a través de su labor profesional! No es difícil que se puedan lograr esos propósitos. Si hay intención, esfuerzo y deseo, el periodismo dominicano tiene chance y espacio de ver concretados esos objetivos.

Si el mítico religioso San Antón de Montesinos, en su histórico Sermón de Adviento (diciembre de 1511) y que buscaba liberar a maltratados indígenas, solo fue eso: Un llamado fallido, los periodistas tenemos que olvidarnos de aquel fracaso del gran humanista y sacerdote.

No diremos sermones, ni proclamas religiosas. Y mucho menos seremos “rebeldes extremistas”. Pero sí tenemos que ser eternos e incansables luchadores en busca de la redención del periodismo dominicano y que esa noble profesión no trille los peores senderos. ¡Eso no podemos tolerarlo! Cada segundo o minuto que un periodista haga llegar al teclado del computador debe estar acompañado de una idea avanzada. Pero también que vaya unido al trabajo que todos los días, en algún lugar del país, realiza un periodista o reportero”. Sigo en la segunda entrega…

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