Señor director. El sábado 14 del corriente, estuve acompañando a mi hija Emilia a un bazar, en el que un grupo de jóvenes emprendedores, incluido mi hija, estaban promocionando su tienda online, mayormente venta de ropa, también prendas, plantas y flores entre otras cosas.

El lugar donde se realizó tiene un restaurante al aire libre, típico en su decoración y ambientación, y bastante acogedor.

Los participantes fueron bastante puntuales, y los visitantes también.

Me gustó ver el ambiente de camaradería de personas que mayormente no se conocían, y que tienen los mismos intereses, vender su mercancía y dar a conocer su negocio. Se acercaron unos a otros, compartieron impresiones, curiosearon las mercancías ajenas, y hasta se compraron prendas entre ellos.
Incluso unos promocionaron las mercancías de los otros, y atendieron a los compradores cuando ellos por alguna razón se ausentaban de su puesto, ya que estaban uno al lado del otro…
Las personas respaldaron el bazar, compraron mercancías, comieron en el restaurante y lo pasaron bien, y los jóvenes emprendedores salieron satisfechos, con más amigos y seguidores, y dando gracias a la naturaleza y la divinidad, porque después de casi dos semanas seguidas de lluvia, hizo un bonito día y no tuvieron que suspenderlo.

Hay un público para todo, así que no hay necesidad de envidiar lo del otro, ni sentir celos, todos somos únicos y especiales, y tenemos una conexión irrompible con todo aquello que es para nosotros, nada ni nadie nos lo puede arrebatar. Todo fluyó de manera desinteresada, vi a esos jóvenes tratando de salir adelante a pesar de la pandemia y las dificultades, además de verlos al finalizar preguntándose unos a otros como les había ido, y resaltando que más que vender, la intención era darse a conocer y atraer a más seguidores. Mayormente les fue bien a todos.

Quiero darle mérito a la organizadora, la señora Eliyana Villalona, joven emprendedora y madre, mis felicitaciones por su labor. También felicitar a todos los participantes (incluida mi hija), por su manera de tratarse y comportarse, por dar ejemplo de valor y apostar a más, demostrando que se puede ganar el sustento con honestidad y compañerismo.

Sin saber qué tuvieron que sacrificar ese sábado, en pos de sortear una mejor forma de sacar su negocio adelante, y seguir avanzando en la vida y la sociedad sin caer en la desesperación o la desesperanza, frente a este tiempo tan incierto que atraviesan, afirmo que todo tiene un valor agregado, según el amor, la dedicación y la fe que le pongamos.

Jóvenes como ellos confirman que el mundo tiene arreglo, estaban ahí porque creen en un futuro mejor y porque con o sin pandemia, se reconocen poderosos y valiosos, con un alto grado de fe y esperanza.

Adelante juventud pensante y trabajadora, manténganse unidos en pos de su libertad de ser, de expresarse y de manejarse ustedes mismos, tienen derecho a ser independientes y progresistas, buscándose la vida de manera sana y honesta.

Hagan lo que hagan, háganlo con amor y por amor, el universo no les fallará.
Idalia Harolina Payano Tolentino
colaboradora

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