El pensamiento único de izquierda es una ideología cerrada, que no admite oposición ni cuestionamiento, y se vende como moralmente superior.
Algunos ejemplos interesantes de esta forma de ver el mundo son los siguientes: “Que te tilden de fascista es un insulto. De comunista, un honor”. ¡Vaya…!

“Portar armas debe estar prohibido porque es propio de una sociedad violenta y atrasada”. El resultado es que los criminales andan armados, y el ciudadano común no puede defenderse.

“Israel es el enemigo a quien recelar” (a los terroristas palestinos o de la ETA se le buscan circunstancias atenuantes).

“La riqueza de unos se logra a costa de la explotación e infelicidad de otros”, como si no se pudiera crear riqueza haciendo que esos otros también prosperen.

“Los animales son iguales, y hasta superiores, al ser humano, y no se debe experimentar con ellos” (aunque gracias a esos experimentos se haya logrado aliviar el dolor insoportable de millones de enfermos).

“Si existen mendigos es porque el malvado sistema los excluye”…en ningún momento se contempla que se trate de enfermos mentales, alcohólicos o drogadictos. La represión social es la culpable; la irresponsabilidad individual jamás.

“Todos los negros dicen ser víctimas de racismo. Y si dicen que no lo sienten así es porque sus opresores les han lavado el cerebro”.

“El trabajo infantil es un invento del capitalismo”. Pero lo cierto es que gracias al capitalismo millones de niños pudieron dejar de trabajar e ir a la escuela. Y en muchos de los lugares pobres en los que obligaron a las multinacionales a no contratarlos, pasaron a trabajar en peores condiciones en el campo o la marginalidad urbana.

“Hombres y mujeres deben ganar lo mismo”. Pero en una valiente intervención ante la prensa, un joven tenista tuvo el valor de contradecir ese cliché y dijo: los tenistas ganan más que las tenistas, como las modelos ganan más que los modelos (y nadie osa cuestionarlo). Simplemente tienen más seguidores y movilizan más público. Unos merecen más, otros merecen menos, y según la calidad de su trabajo y su capacidad de vender y generar deben ganar. No porque sean hombres o mujeres.

¡Bravo Rafa Nadal! No solo eres un gran deportista, sino que tienes, además, el cerebro bien amueblado.

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