El movimiento afroamericano BLM (“Las vidas de los negros importan”) surgió en el 2013 cuando dejaron libre a un blanco después de haber matado a un adolescente negro.

En sus inicios nació como una campaña en las redes, pero luego fue haciéndose notar en rallys, manifestaciones y protestas, cada vez que un policía mataba a un negro. La más reciente y sonora de estas manifestaciones (ante la muerte de George Floyd) provocó violentos disturbios.

Algunos de sus eslóganes más famosos son: “Manos arriba, no disparen”; “No puedo respirar”; “¿Mi hijo es el siguiente?”; “El silencio blanco es violencia”. Además de identificarse con negros asesinados por blancos, BLM dice apoyar a los negros homosexuales, transgéneros, indocumentados, discapacitados (supuestamente usados para experimentos), con antecedentes y presos.

Los demócratas apoyan este movimiento… los republicanos recelan el poder que quieren quitarle al orden policial y lo califican como un grupo de odio. (Cualquiera creería entonces que los demócratas no son racistas, y los republicanos sí. Sin embargo, fueron los republicanos los que más votaron por el Civil Rights Act de 1964).

Indiscutiblemente la comunidad negra no ha sido tratada igual que la blanca en la sociedad americana. Y ha habido casos vergonzosos de injusticia basados en el prejuicio racial.

No obstante, no a todos los negros les gustan estas cosas. Thomas Sowell, por ejemplo, está convencido que el racismo no lo es tanto, y que lo mantienen conectado a un respirador artificial grupos como estos (“estafadores raciales”) para fomentar el resentimiento de las minorías con fines políticos.
(Sowell creció en Harlem, es uno de los economistas más brillantes de esta época y miembro distinguido de la Universidad de Standford).

BLM ha sido denunciado además como una organización comunista. Su fundadora (Opal Tometi) es de hecho una marxista declarada que en uno de sus discursos alabó a Chávez y calificó a la revolución bolivariana como la “campeona de la democracia participativa”.

Sus seguidores están tan dispuestos a creerle que aplaudieron al racista de Fidel Castro, “por haber abierto un espacio a la labor espiritual de los africanos”.

Parece que los que los dirigen desde atrás no les informaron que Fidel fue el mayor represor y torturador de presos políticos negros del mundo occidental. ¡Qué papelazo!

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