La cumbre de la CELAC tranquiliza en medio de la incertidumbre económica y las amenazas de mayores crisis como la recesión anunciada por el FMI y el Banco Mundial para este año. La VII Cumbre se elebró en Argentina la semana recién pasada; a esta cumbre asistió el asesor de Joe Biden para las Américas, Chris Dodd.

La CELAC se define como “Un mecanismo intergubernamental para el diálogo y el acuerdo político, que incluye permanentemente treinta y tres países de América Latina y el Caribe. Es un foro regional que reúne a toda América Latina y el Caribe. CELAC aspira a ser una voz única y decisiones políticas estructuradas de toma de decisiones en el ámbito político y la cooperación en apoyo de los programas de integración regional. Fue creado con el compromiso de avanzar en el proceso gradual de integración regional, unidad y equilibrio cuidadoso de la diversidad política, económica, social y cultural de América Latina y el Caribe de 650 millones de personas. Desde su lanzamiento en diciembre de 2011, la CELAC ha ayudado a profundizar el diálogo respetuoso entre todos los países de la región en áreas tales como desarrollo social,
educación, desarme nuclear, agricultura familiar, cultura, finanzas, energía y medio ambiente.” (su pág. Web).

Latinoamérica disfrutó de esta cumbre por la gran diversidad de los planteamientos de los presidentes participantes; fue evidente el predominio de las ideas progresistas.

La presencia del asesor del presidente Joe Biden para las Américas, Chris Dodd, y la posiciones vibrantes de presidentes me rememoró nuestro poeta Juan Sánchez Lamouth (Los Mina, Santo Domingo, 1929-1969). Su “tarjeta de presentación: Mi nombre Juan; color: negro latino; residencia: la aldea; ocupación: poeta; bienes: la poesía; seña particular: una herida profunda/Que me supo abrir/La Oligarquía.

Él dejó joyas poéticas, pero a propósito de esta Cumbre pareciera que habrá, más temprano que tarde, un consenso latinoamericano para proteger la democracia y las riquezas de nuestras tierras. Y a esos fines decir que quizás estemos en el momento para dejar salir esas riquezas, incluido el petróleo, desde el país que lo posea.

Sánchez Lamouth nos dejó un “Canto al presentido petróleo de mi tierra”; diciendo, cito una estrofa y una línea del final:

“Presentido petróleo aún oloroso a selvas subterráneas no salgas hasta que en esta patria/los hombres no sean verdaderamente libres, se vean rosas y veranéis en los cuadernos/de los pactos y anteproyectos, la Aurora luzca mejor en los jardines justicieros de los/códigos, por esas fundamentales lágrimas mejor que te conviertas en un volcán diabólico.

Mañana te cargaremos en hombros los futuros atletas del trabajo/Si los oligarcas de hoy quieren petróleo que lo saquen de las minas de sus sangres…”

Esa advertencia premonitoria del poeta Sánchez Lamouth parece que se asoma con la VII Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para que los intereses latinoamericanos sean protegidos como un acuerdo de toda la comunidad.

Es que además de petróleo, se trata de proteger nuestras democracias, soberanías y riquezas; Latinoamérica tiene el 60% del itrio del mundo, en tres países (Argentina, Chile y Bolivia), utilizado en tecnología para fabricar las baterías de celulares, coches eléctricos y otros; mucho oro, cobre, el 31% de agua dulce, la Amazonía como pulmón ecológico universal.

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