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Ponerme en contacto de nuevo con el Carol Morgan, el colegio donde me gradué de High School, me ha traído muy gratos recuerdos. Recuerdo mi pasión por la química, las matemáticas, la economía, también los partidos de ping pong, en los que ninguno me ganaba.

Valoro sobre todo las amistades que hice y los principios y enseñanzas que recibí en ese tiempo inolvidable. Ustedes, al igual que yo, recibimos en el Carol Morgan una educación de excelencia académica, pero que también nos enseñó a pensar y discernir, a ser creativos al momento de enfrentar diferentes retos y situaciones.

Graduarse, es subir, con alegría y entusiasmo, un escalón muy importante en sus vidas. En esta etapa ya no tendrán tan de cerca la tutela de sus padres y de sus profesores. De ahora en adelante lo importante es tener claro hacia dónde y cómo quieren dirigirse. Tener metas y objetivos claros, basados en principios y valores, le hará más fácil encontrar los siguientes escalones a subir y asegurarse así de que no están en una escalera que no conduce a ninguna parte, si no por el contrario, en una que los conduce al crecimiento y a la superación personal, en la que tendrán la oportunidad de desplegar sus aptitudes y capacidades y llegar a ser los profesionales y personas que desean ser.

El mundo enfrenta hoy circunstancias muy difíciles, a las que sé que ustedes no son ajenos. A todos nos horroriza que el gobernante de una potencia decida y lleve a cabo una guerra por conveniencias económicas; la facilidad con que un chico adquiere un arma de fuego y la usa para causar la muerte de inocentes; la persecución y maltrato de personas por el color de su piel o por sus creencias. ¿Y qué decir de la destrucción de los corales, de los bosques y demás daños ambientales causados por las personas?

Pero hay un mal mayor que no es nuevo, sino que ha sido flagelo de la humanidad por siglos: la desigualdad y la injusticia social. Muchas teorías económicas han intentado erradicarla sin éxito. Se estima que, hoy día, el 10% más rico de la población mundial se lleva actualmente el 52% de la renta mundial, mientras que la mitad más pobre gana sólo el 8,5% de la misma. Esto implica que son muchas más las personas que no ganan lo suficiente para comer, para tener una casa segura y acceso a buenos servicios de salud y educación.

La buena noticia es que junto a esos males coexisten numerosas personas e instituciones que trabajan, con esperanza y sin descanso, no sólo para para el alivio temporal de las condiciones de vida de las minorías, sino también provocar cambios en los sistemas y las estructuras vigentes para crear unas nuevas que sean el soporte de un mundo mejor para todos.

¿Y cómo sería ese mundo mejor? Creo que para muchos sería similar a los planteamientos del filósofo y autor danés Henning Jensen, cuando dice: “Un mundo mejor sería un mundo en que se haría justicia a los intereses, los ideales y los valores de las personas y los pueblos; se impondrían restricciones a las desigualdades injustas; se daría fin a todas las guerras; las relaciones entre los géneros serían igualitarias y justas; la industria y la agricultura serían ecológicamente sustentadas; no existiría la pobreza del Tercer Mundo; todos los seres humanos tendrían acceso a agua potable, alimentación, servicios de salud y educación; todas las instituciones locales, nacionales y planetarias cooperarían entre sí racionalmente, la riqueza estaría distribuida con justicia en todo el planeta”.

Lograr un mundo así no es una utopía, como nos quieren hacer creer. Es difícil pero no imposible. Con los conocimientos científicos y los adelantos tecnológicos de que disponemos hoy, junto al conjunto de tantas personas de bien, es factible crear un mundo mejor.

La pregunta que deben hacerse cada uno de ustedes es ¿qué puedo hacer yo para construir un mundo mejor?

Todos los aquí presentes tenemos la capacidad y la responsabilidad de hacer la diferencia. Pero ustedes, queridos graduandos, lo hacen de manera especial. El papa Francisco, hablando de la necesidad de cambios en la sociedad que son urgentes luego de la pandemia, dijo a un grupo de jóvenes: “No es posible recomenzar sin ustedes. Para volver a levantarse el mundo, necesita de la fuerza el entusiasmo y la pasión que ustedes tienen”.

Para esto es necesario que no solamente se centren en ser buenos estudiantes y trabajar para sus metas, sino que la invitación es también a mantener la mirada amplia y ver con ojos críticos y bien abiertos el mundo que los rodea y a tomar la decisión de convertirse en agentes de cambio, en lugar de limitarnos a ser espectadores pasivos, centrados solamente en sus propósitos personales.

Reafirmen desde hoy su compromiso de ser cada día portadores de bien, de paz, de solidaridad y de respeto a la diversidad de personas y al medio ambiente. Estos valores, junto a la preparación que reciban, les dará la capacidad de hacer cambios en instituciones fallidas, ya sean privadas o gubernamentales, y construir así una sociedad más justa, más sostenible, transparente e inclusiva, en la que haya oportunidades para todos, no sólo para algunos privilegiados como nosotros.

¿Es esto un camino fácil? Definitivamente, no lo es. Requiere de muchos desvelos y perseverancia y no todo saldrá como ustedes quieran. Pero desalentarse y perder la esperanza no es una opción. No tengan miedo de atreverse a hacer cosas nuevas o a cometer errores, de hecho, de ellos aprendemos. El escritor irlandés, autor de “los cuentos de Gulliver” dijo en una ocasión “Un hombre nunca debe avergonzarse por reconocer que se equivocó, que es tanto como decir que hoy es más sabio de lo que fue ayer”.

Los humanos somos una raza luchadora. A lo largo de la historia hemos visto muchos ejemplos de personas que tenían sueños aparentemente inalcanzables, pero no se rindieron y alcanzaron sus metas o abrieron el camino para que otros lo hicieran.

Confíen en sus propias capacidades y trácense metas altas y persigan sueños, aunque les parezcan imposibles de lograr. No dejen de creer en que las cosas pueden ser mejores para todos.

Dedico esto a todos los que este año se gradúan y empiezan a escalar nuevos peldaños. Que Dios los bendiga y guie para ser excelentes profesionales y ciudadanos.

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