Peor que errar es no reconocerlo. El PLD reacciona “ofendido” pues ya es vox populi que el gobierno anterior, aparentemente más clientelista que todos los anteriores, dejó nóminas supernumerarias (llenas de “botellas”, en términos populares) en prácticamente todos los ministerios y dependencias. Quizá eso era “soportable” bajo circunstancias normales, pero no en la actual coyuntura crítica que vivimos. El gobierno de Luis Abinader está compelido a recortar gastos; le ha tocado una economía de guerra, con recursos limitados y tales nóminas supernumerarias son insostenibles. “Botellas” son ejemplo paradigmático de gasto superfluo e ineficiente y al PLD se le fue la mano; debería admitirlo. El nuevo gobierno debe eliminarlas y asimismo, otras partidas de la administración pública que pueden recortarse.

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