Santiago, RD.-  La cantante Ana María Alías Vega (Pasión Vega) le rindió honor a su mote artístico sobre las tablas del Gran Teatro del Cibao. Pasión es justo la palabra para definir la entrega de la inmensa artista española en el primero de dos conciertos en el país.

A las 8:51 de la noche, las teclas del piano anunciaban el inicio del concierto, para de inmediato salir al escenario Pasión Vega interpretando «Tonada de Luna Llena», ante un nutrido público ávido de escuchar la descarga musical que incluyó diferentes géneros musicales como flamenco, copla, bachata, bolero y música pop. El concierto fue propicio para que la artista le rindiera tributos a Joan Manuel Serrat, Rocío Dúrcal y Juan Luis Guerra.

“Gracias Santiago. Es una bendición, un regalo enorme de la vida darme la oportunidad de volver a esta tierra bendita y este teatro tan fantástico. Venimos a regalarle un viaje por el Caribe musical, un Caribe musical tan grande, tan extenso que llegó hasta mi sur, y esa es la música que les traemos esta noche. Gracias por viajar con nosotros y por dejarse contagiar por nuestra pasión”, fueron las primeras palabras de la artista, que entre una y otra canción iba narrando el significado que tenía para ella.

La entrega continuó con los temas “Volver a volar”, “Lorca Sonoro», “Habanera de Cadiz”, “Noches sin luna», “La bien pagá”, con  los que la reconocida cantante española, con su potente y versátil voz, mostraba su histrionismo sobre el escenario, poniendo en evidencia sus dotes para la actuación.

Tras interpretar “Querría”, se escuchó un solo de piano que desprendió repetidos aplausos del público, pues anunciaba el tema «Gracias a la vida», y con esta pasar a cantar al ritmo de la bachata «Natural». Luego continuó con «María se bebe las calles» y «Tan poquita cosa», esta última dedicada a su hija Alma.

Con el tema “La gata bajo la lluvia» rindió homenaje a Rocío Durcal, para luego interpretar una canción a su ciudad natal, Málaga, «Malagueña salerosa», y tras encantar con su prodigiosa voz se autoproclamó Malagueña dominicana.

Al expresar que la siguiente  canción todos la habían bailado, y con ella se ha besado, inició el homenaje a Juan Luis Guerra interpretando un popurri, interpretando «Cuando te beso», para luego de exhortar al público a prepararse para bailar un poquito, interpretar “Bachata Rosa», siguiendo con “Frio, Frio” y “Ojalá que llueva café”, despertando el orgullo dominicano, para terminar los homenajes con «Mediterráneo” de Joan Manuel Serrat.

Luego Pasión Vega cantó la que sería su última canción, pero el público a viva voz gritaba otra, y ella, se sentó sobre el piano que tocaba su director musical desde hace 20 años, para finalizar su entrega con «La bohemia», «Lucia», terminando empapada de lágrimas, e inmediatamente dijo que había que “acabar alegres porque la vida merece la pena vivirla”, y cantó exclamando fuera pena, viva la alegría,, demostrando sus dotes para el baile.

Temas sociales

Durante la noche Pasión Vega hizo alusión a temas que afectan la humanidad, como la violencia doméstica o los problemas migratorios, al dedicar una canción a todas esas personas que están cruzando un océano o un campo de refugiados para pasar a otros lugares donde puedan tener una nueva vida; y hasta el problema del tránsito en este país tocó, al exhortar arreglarlo, porque había calculado dos horas en llegar, y  desde la capital a Santiago, y tardó cuatro.

Plan piloto

La producción del empresario César Suárez Pizano, llegó a Santiago gracias al empresariado de esta ciudad, como un plan piloto para traer artistas de esa envergadura al Gran Teatro del Cibao y seguir fortaleciendo la plaza en materia de escenarios de entretenimiento de alto nivel.

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