En el menú no deben faltar los platos que por años se han coronado como los “reyes” de esta celebración cristiana

Este año, Nochebuena puede traducirse a un almuerzo, debido a las consecuencias impuestas por la pandemia del COVID-19. Es una opción para poder prolongar el compartir, con el debido distanciamiento para evitar el contagio.

Cena o almuerzo, el menú será el mismo. De las muchas celebraciones y tradiciones con las que conmemoramos el Nacimiento de Jesús y que se dan alrededor del mundo distinguiéndose en cada país o región, conforme sean las creencias religiosas, no hay duda, que el 24 de diciembre (hoy) se lleva la delantera de todas ellas.

Dada la alta cantidad de contagios, esta celebración podrá verse o no afectada en la medida en que nos cuidemos.
La Nochebuena, suele acompañarse del intercambio de regalos, una tradición pagana proveniente de los países escandinavos.

Basadas en leyendas, estos rituales se desarrollaron en sus orígenes en ambientes de extremo frío donde el alimento juega un papel importante. Hoy, desgraciadamente, se ha comprobado que las bajas temperaturas favorecen al COVID-19.

Afortunadamente aquí impera más el calor, aunque eso no nos debe llevar a bajar la guardia.

El cerdo

Desde siempre, los solsticios de invierno en Europa fueron asociados a festejos donde la comida jugaba un rol protagónico. Los nórdicos rinden culto a Frey, dios de la lluvia, del sol naciente y de la fertilidad.

Dentro de estas fiestas se sacrificaba un jabalí para ser asado y comido en su honor. Este ritual se mantuvo vigente hasta mediados del siglo XII y cuando el jabalí comenzó a escasear fue sustituido por el cerdo doméstico, presente en las mesas navideñas de Alemania, Dinamarca e Inglaterra, tradición exportada hacia la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe.

Y así, nuestra cena del 24 tiene como protagonista el cerdo. Entero, por parte, lonjeado, en puya, al horno…El cerdo es el centro de la mesa en Nochebuena.

Acompañado, en los presupuestos más holgados por el pavo, arroces, pastelones, pastelitos, ensaladas y el pan ( la famosa telera).

Llegado el mes de noviembre, no solo los supermercados nos llevan a la cena del 24 con su abanico de ofertas, sino también la familia aprovecha cada encuentro para planear y coordinar cada detalle de cara a la cena.

Engalanar la casa, con los motivos navideños que van desde el pesebre hasta el viejo regordete y simpático Papa Noel o Santa Claus, para reunir a la familia lo más completa posible alrededor de una mesa que, dependiendo del presupuesto, incluirá más o menos variedad y cantidad.

Variedad de platos

Este año dependeremos del COVID-19 tanto como del presupuesto. El menú más socorrido abre con el cerdo, seguido por el pavo, moro de gandules o arroz navideño, ensalada rusa y verde, pasteles en hoja, jamón glaseado, pastelón de batata con malvavisco al tope, pastelitos, de pollo o de queso para ‘entretener’ el estómago hasta que abra formalmente la cena.

Aún en los presupuestos limitados, las frutas nunca faltan. Ellas dan el toque a la mesa. Colocadas casi siempre en una cesta, vemos como se exhiben las uvas, peras y manzanas; frutos secos como avellanas, nueces, o caramelizadas como los higos y los dátiles; pastel de Navidad; lerenes y pan de fruta, y como bebidas, vino, sidra, ponche y ron.

Los hogares de presupuestos limitados suelen sustituir el cerdo y el pavo por el pollo, y lo acompañan con espaguetis o lasaña, aunque de origen italiano, el dominicano le da su toque criollo y sirve como complemento ideal. En lugar de vino, se incluye cerveza.

El pastelón de batata en ocasiones se sustituye por el de plátano maduro con queso. En algunos hogares colocan ambos.

Otros alimentos que complementan la cena son las ensaladas, la verde o la denominada rusa, cuyo ingrediente principal es la papa, reina en la mayoría de las mesas de la familia dominicana para tan especial ocasión.

Elaborar los platos que se van a degustar forma parte de la tradición, más ahora en tiempos de COVID-19 que se requiere de mayores controles en su elaboración.

Esta tradición tiene a favor que involucra a casi todos los miembros de la familia como una manera de saborear con intensidad la ocasión.

No obstante, el hecho de que las mujeres laboran en su mayoría fuera del hogar y el servicio, a raíz de la pandemia en muchos hogares ha debido de retirarse, un grueso de la gente recurre a la oferta del mercado en cuanto a alimentos se refiere.

Esto ha hecho que los supermercados, en su mayoría, se den a la tarea de preparar casi todo, sino es que todo, lo que se degusta en Nochebuena. Desde el cerdo y arroces, hasta pastelones y el pastel de Navidad.

No importa la modalidad, la cena sigue ocupando el primer lugar entre las diversas festividades que conforman el periodo navideño. Luego de cenar, algunos cierran la noche asistiendo a la Misa del Gallo, cuya tradición se desarrolla a la media noche.

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