“Noche de Brujas” es una festividad que se desarrolla cada 31 de octubre por la noche, principalmente, en EE.UU

Fantasmas y vampiros, unos volando, los otros saliendo de sus tumbas. Aún en tiempos de pandemia, supermercados, restaurantes y comercio en general, no pierden el entusiasmo y se engalanan para recibir esta fiesta pagana cuyo origen se pierde en el tiempo, mezclado con un poco de religión y mucho más de pagano.

Según datos consultados, su nombre proviene de una frase inglesa “All Hallows’Eve” lo que se traduciría como víspera de todos los santos.

El Día de Todos los Santos fue instituido por la Iglesia Católica en honor de aquellos que no aparecen en santorales o su nombre no se conoce y que “gozan de vida eterna en la presencia de Dios”.

Los historiadores del siglo XVIII ya habían vinculado Halloween a un antiguo festival pagano: un ritual denominado Samhain que celebraba el fin de verano y la llegada del otoño. Samhain duraba tres días, comenzaba el 31 de octubre. Según algunos académicos, era un tributo al “Rey de los Muertos”.

La celebración fue cambiando con el paso de los años modificando incluso su sentido. Cada región o país iba adicionando o quitando tradiciones.

En el siglo VIII, el papa Gregorio III cambió la fecha original del Día de Todos los Santos del 13 de mayo por el 1 de noviembre.

Se desconoce si fue en un intento de “cristianizar” Samhain, ya que el movimiento hizo obligatoria la celebración religiosa para todos los católicos.

Entre 1500 y 1800, las hogueras eran muy populares, se usaban para quemar paja, alejar enfermedades y todo lo “malo”, hasta que alcanzaron el punto siniestro que la historia conoce como “Caza de Brujas” con la quema de decenas de millares de personas, en su mayoría mujeres, acusadas de brujería tanto en Europa como en las Américas.

Otra tradición era la predicción del futuro, esos rituales de adivinación fueron diversificándose. Se leían las cáscaras de la nuez, por ejemplo, y un repollo extraído del suelo podría dar pistas sobre el trabajo o la personalidad del futuro socio.

Como en toda celebración, la comida era un componente importante y uno de los hábitos más emblemáticos involucraba a los niños que iban de casa en casa, cantando o rezando por las almas de los muertos. Eran reciprocados con pasteles que simbolizaban la liberación del alma del purgatorio.

Durante la Gran Hambruna (1845-49) en Irlanda, que en ese entonces formaba parte del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, más de un millón de personas emigró a Estados Unidos.

Se llevaron consigo su historia y tradiciones, las primeras menciones de Halloween en territorio estadounidense aparecieron poco después de ese éxodo.

Inicialmente, la versión estadounidense era muy similar a la del campo británico, pero hubo algunas modificaciones como la introducción de espantapájaros en las decoraciones.

La clásica frase de “trato o truco” de los niños o el uso de las calabazas constituyeron otras adiciones a la tradición. En la británica se tallaban nabos.

Según fuentes consultadas, algunos historiadores apuntan que esta celebración cobró auge después de la Segunda Guerra Mundial, cuando terminó el racionamiento de alimentos.

Hoy por hoy, Halloween es el día festivo no religioso más grande de Estados Unidos superando al Día de San Valentín y Semana Santa como el periodo más alto para la venta de chocolate como ocurrió en 2010.

A lo largo de los años, la tradición ha llegado a otros países muchos de ellos en Latinoamérica y el Caribe, como el nuestro, donde tanto los hogares como el comercio se engalanan para recibirla, un momento para que tanto niños como adultos intercambien fantasías y se burlen del miedo.

La cadena de noticias BBC Mundo se hizo eco en 2018 de un testimonio de una joven con discapacidad que aseguraba “Halloween es Navidad para nosotros, los amputados”, porque aprovechan la fiesta para celebrar sus diferencias.

April, de Chicago, Estados Unidos, publicó entonces una foto donde demostró su creatividad para destacar sus discapacidades en Halloween. Desde entonces, muchos han empezado a hacer públicas fotos de sus disfraces que incorporan o incluso acentúan su discapacidad.

Pagana o no, Halloween siempre conlleva a la distracción y entretención de los niños que tan necesitados lo están, sobre todo, en estos meses de pandemia en donde hemos tenido que renunciar a socializar.

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