A parte de ser cirujano y ser piloto, ser madre de niños pequeños es una de las profesiones más estresantes que se han estudiado. Además, criarlos sin apoyo de una pareja es un reto aún mayor, así lo indica la psicóloga y terapeuta familiar y de pareja, Lorraine Isa.
El estrés, la ansiedad, la angustia, la rabia y la tristeza… son los sentimientos más comunes que sufre una madre cuando le toca enfrentarse a la crianza de sus hijos sola. Mientras que la culpa puede generarse si los niños tienen alguna deficiencia en el desarrollo, si reflejan problemas en el estado de ánimo, entre otros, sostiene Isa del Centro Vida y Familia.

Igualmente, señala que si los niños tienen necesidades que ella no puede cubrir habrá una mezcla de tristeza, impotencia, culpa y desesperanza. “Es importante que las madres en esta situación reconozcan lo valientes que son, que sepan que están dando lo mejor que tienen y que no es su culpa. Es igualmente importante buscar una red de apoyo de personas confiables que puedan extender una mano amiga”, aconseja.

Lo que supone ser madre soltera

Para Isa, ser madre soltera supone sacrificios, aprender de los errores que se van cometiendo en el camino, vivenciar sentimientos difíciles de afrontar y, aún así, tener que seguir adelante por los hijos. Supone aprender a planificarse, a pedir ayuda y reconocer que no siempre se podrá dar el 100 % a sus hijos. “Aveces están agotadas, enojadas, angustiadas, y está bien sentirse así, está bien descansar y no hacer nada en ocasiones.
Está bien pedir ayuda y permitirse ser vulnerables”, manifiesta la especialista en salud mental

Cómo afecta a los niños

Los hijos experimentan tristeza, culpa, confusión ante esta situación. Por eso, Isa destaca la importancia de hablarles sobre la realidad que perciben en casa.

La figura paterna es de suma importancia. Según Isa, el padre representa la sociedad en una familia, las reglas, los límites, las consecuencias. Evidentemente, los hijos sobreviven y desarrollan valores en una familia monoparental, sin embargo, no podemos pretender que la madre sustituya la figura del padre y viceversa, señala la experta.

“Ambos roles cumplen tareas diferentes en la vida de los hijos. En caso de que la figura del padre esté ausente, se recomienda que los hijos compartan con figuras masculinas: abuelos, tíos, profesores de deportes, que puedan ser positivas y significativas para los mismos”, puntualiza la psicóloga.

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