Posterior a un derrame cerebral, la rutina de quien lo ha padecido puede girar 180 grados en el aspecto cognitivo y motor. Cuidadores son claves en la mejoría del paciente

Contactar al doctor Valerio Sarmati, director ejecutivo de la Academia Neurocognitiva y ceo de Stroke Therapy Revolution con sede en la República de Malta, ha sido de gran importancia para los profesionales de la fisioterapia de República Dominicana, representados en Giovanna Genao, actual presidenta de la Asociación Dominicana de Terapia Física.

Fue posterior a la conferencia “Rehabilitación Neurocognitiva del paciente hemipléjico izquierdo y derecho” que llegaron a mi mente preguntas sobre los accidentes cerebrovasculares (ACV), Ictus, o comúnmente conocidos como derrames cerebrales, los cuales afectan a unos 19, 000 ciudadanos dominicanos por año, datos obtenidos en la página de la Fundación Dominicana de Accidente Cerebral (Fundace). Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que los ACV son la segunda causa de mortalidad y la primera causa de discapacidad en el mundo en enfermedad no transmisible.

Inicio este artículo indagando al doctor Sarmati sobre el tipo de consecuencias que tiene para la salud de una persona pasar de una vida normal y de repente, a tener consecuencias de un ACV como un brazo derecho o izquierdo adormecido, problemas del habla, entre otros.

“Podemos decir que los pacientes post ictus/ACV tienen un cambio de vida de 180° propio de las afecciones cognitivas y motoras tras el daño cerebral. La persona en muchos casos deja de ser totalmente independiente y requiere la ayuda de sus familiares o de un cuidador para realizar cualquier actividad y esto también produce un cambio del estado emocional y mental sobre la perspectiva e interpretación de su nueva realidad”.

La familia es un elemento clave para la recuperación de un paciente post ictus/ACV, “son ellos quienes conviven con el afectado y pasan más tiempo a su lado; es por ello que en el proceso de rehabilitación, guiados por un profesional de forma física o a distancia como actualmente se está llevando mediante la telerehabilitación, se involucra en la terapia a los familiares quienes se convierten en motivación para la recuperación de la persona”.

Dentro de las inquietudes sobre el tema, se destaca el hecho de si el cerebro se puede o no recuperar. Sarmati indica que a esta capacidad se le conoce como plasticidad cerebral, denominada así gracias a la propiedad moldeable del cerebro (parecido al plástico), además que se ha demostrado en múltiples estudios que el cerebro tiene la capacidad de crear nuevas conexiones para suplir las funciones correspondientes al área de lesión, mejorando la percepción de estímulos externos y la emisión de respuestas coherentes a esos estímulos, manteniendo la interacción armoniosa con el ambiente.

La teoría neurocognitiva que el especialista aprendió del profesor Carlo Perfetti toma como uno de sus pilares a la recuperación y la ve como un proceso de aprendizaje en condiciones patológicas.
Una persona tras un ictus no solo debe aprender a mover la pierna o el brazo nuevamente, debe también controlar su espasticidad y sus emociones, a percibir de nuevo su cuerpo y las sensaciones que le rodean y a relacionarse con su entorno, estos aprendizajes darán como respuesta un acto motor.

Según Sarmati, una de las mejores opciones de tratamiento enfocado exclusivamente en la recuperación post ictus/ACV es la Rehabilitación Neurocognitiva según Perfetti, ya que permite trabajar con pacientes agudos (lesión reciente) y crónicos (lesión antigua) a través de la mejora de los procesos cognitivos, que son aquellos procesos que interactúan entre sí para permitir la adecuada interacción con el ambiente, generando movimientos (durante la marcha y el agarre) de mejor calidad estética y funcional. También permite el trabajo de pacientes con afasia (problemas de comunicación) que en muchos casos son dejados de lado por falta de herramientas que ayuden a mejorar su comunicación.

En la terapia neurocognitiva, la innovación se encuentra principalmente en el razonamiento clínico y el enfoque terapéutico que el profesional emplea para tratar al paciente, basta con que el afectado y su cuidador tengan acceso a un móvil con internet para recibir las indicaciones de un terapeuta que le guíe en su recuperación. “El confinamiento fue un gran cambio para todos y sobre todo para las personas en necesidad de rehabilitación neurológica. El aislamiento visibilizó a la telerehabilitación como una modalidad accesible y segura, ya que brinda la opción al paciente y familiar a acceder a programas de rehabilitación a distancia, donde sigue las indicaciones de un profesional, asimismo, de tener la posibilidad de interactuar con otros pacientes, compartir sus experiencias y conocer las de otros supervivientes”, argumentó Sarmati.

Teniendo en cuenta que la lesión se da en el cerebro incidiendo en el Sistema Nervioso Central, los ejercicios neurocognitivos trabajan de forma integral buscando mejorar las funciones cognitivas del paciente, que son las que nos permiten habilidades como el movimiento y la comunicación que se ven alteradas después de un ACV. Este enfoque de tratamiento incide en una mejora notable en la calidad del caminar y el agarre, brindando al paciente mayor independencia y una recuperación de su calidad de vida a través del aprendizaje.

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