Los muertos fueron cinco jóvenes pertenecientes al club cultural Héctor J. Díaz del sector 27 de Febrero

Hace 50 años la capital de la República Dominicana vivió un escalofriante y sangriento hecho con el asesinato de cinco jóvenes, todos residentes del barrio 27 de Febrero de esta ciudad, y miembros del club cultural Héctor J. Díaz, ubicado en ese referido sector.

En memoria a estos indefensos muchachos, rememoramos, en esta página Retro ese trágico suceso que consternó a toda la población dominicana.

La prensa de entonces reseña que estos jóvenes fueron secuestrados y asesinados durante un fin de semana de octubre del año 1971, exactamente entre la noche del viernes 8 y la madrugada del sábado 9 de octubre en el que resultaron brutalmente muertos Rubén Darío Sandoval, de 16 años; Víctor Fernández Checo, de 18 años; Reyes Andrés Florentino Santana, de 18 años; Gerardo Bautista Gómez, de 18 años y Radhamés Peláez Tejeda, de 21 años.

Se encontraron los cuerpos sin vida de Sandoval y de Florentino Santana, en el paraje Quita Sueño, Haina, el sábado 9 de octubre, en horas de la mañana. Los de Checo, Bautista Gómez y Peláez, aparecieron en horas de la tarde y de la noche de ese mismo día. El primero en la prolongación de la avenida Sarasota y los dos últimos en el kilómetro 12 y medio de la autopista Las Américas.

Sandoval recibió cuatro balazos y Florentino Santana, dos heridas de balas. Según el médico legista, doctor Víctor Pimentel Carrasco, los jóvenes habían sido muertos a eso de las 4 de la madrugada. El cadáver de Checo fue encontrado con ocho balazos en el pecho y costado izquierdo. Los cuerpos de Bautista y Peláez Tejeda, presentaban heridas en diferentes partes del cuerpo. Tenían rasguños en la piel y mostraban marcas producidas por cuerdas en los pies y en las manos.

Según reseñan documentos periodísticos de la época, los familiares de las víctimas y demás residentes de la barriada, le atribuían el crimen a la organización terrorista conocida como La Banda (Juventud Antiterrorista y Anticomunista). Misma versión que compartían los dirigentes del club cultural, quienes dijeron que semana anterior al hecho, La Banda había anunciado públicamente que daría muerte a esos jóvenes, esto en venganza por la muerte de un jefe de zona de esa organización terrorista.
Esta tragedia inició cuando los jóvenes salían del velorio de uno de sus compañeros, miembro del mismo club al que pertenecían, la noche del viernes 8 de octubre, en donde fueron sorprendidos por La Banda y dos agentes de la Policía, quienes los arrestaron para cometer ese atroz crimen. Además de estos desamparados muchachos que perdieron vilmente sus vidas, le acompañaban otros dos más que por suerte pudieron salvarse de ser asesinados. Uno de ellos reveló mucha información a la prensa y dijo que fueron unos ocho los miembros de La Banda que se llevaron a sus compañeros.

Entre los miembros de La Banda que secuestró a los cinco jóvenes, se encontraba un tal “Nariz” y otro conocido por el apodo de “Cabeza”. Los bandoleros viajaban en dos carros, uno de placa privada color gris y otro del transporte público. “Cuando llegamos a la esquina, ellos nos encañonaron y nos dijeron que subiéramos al carro público”, palabras de uno de los dos que lograron escapar, ofreció esas declaraciones al desaparecido periódico vespertino, Ultima Hora.

El entonces procurador general de la República, Juan Arístides Taveras Guzmán se presentó al lugar donde fueron hallados los cadáveres de Sandoval y de Florentino y calificó el crimen de “horrendo”, y prometió aplicar justicia a los autores del doble asesinato.

También se pronunció al respeto, el recién nombrado en ese entonces, jefe de la Policía Nacional, general Neit Rafael Nivar Seijas, quien prometió a los familiares de los cinco jóvenes asesinados enviar a los culpables del crimen a la cárcel.

A dos semanas, del horrendo crimen, fue dado a conocer que los cinco jóvenes ultimados habían sido detenidos en el departamento de Radio Patrulla de la Policía Nacional. Esa información la dio a conocer el relacionador público de la institución del orden, teniente coronel Rafael Morel Tineo.

Por el hecho, la Policía responsabilizó al primer teniente Virgilio Antonio Álvarez Guzmán y a los rasos Pascual Bonifacio Fermín (El Chino), Danelio Tavares Román, Saturnino Henríquez de la Cruz, Luis Felipe Valderas Fernández y Domingo Agramonte, como los presuntos autores del quíntuple asesinato.

Copiamos textualmente el primer párrafo del editorial de elCaribe del lunes 11 de octubre de 1971, sobre este quíntuple asesinato: “El asesinato, con escalofriante alevosía, de cinco jóvenes, cuyos cadáveres fueron dejados en varios lugares de la capital, es un crimen cuyo planeamiento y ejecución de un abominable salvajismo, horroriza, angustia e indigna. Testigos del secuestro de los jóvenes asesinados realizado cobardemente al amparo de las sombras de la noche aseguran que quienes se apoderaron de ellos fueron miembros de la organización terrorista conocida como La Banda”.

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