El libro comentado consta de una introducción, ocho capítulos, una conclusión y una bibliografía. En total 211 páginas es el contenido del texto. En el mismo se describe la lucha de la mujer dominicana en una perspectiva nacional y transnacional, es decir en la República Dominicana y también en la Diáspora, y se traza la historia de esa lucha en el contexto de las luchas por la justicia de género en las Américas.

Pero el libro debe verse también en otro contexto, y es el de la producción intelectual en la Diáspora sobre la mujer. Entre estos libros, podemos señalar, la producción de Daisy Cocco de Filippis, The Women of Hispaniola: Moving Towards Tomorrow, Selected Proceeding of the 1993 Conference, York College, City University of New York, 1993. Madres, maestras y militantes dominicanas (Fundadoras). Ensayos selectos. Santo Domingo: Editora Búho, 2001. Milagros Ricourt y Mireya Cruz, quienes publicaron Voces de la Esperanza: dominicanas hablan de violencia doméstica, New York: impreso por Dun & Co., 2006. Comentado en el artículo anterior. Diógenes Abreu, A pesar del Naufragio, Violencia Doméstica y Ejercicio del Poder, Testimonio dominicano desde Nueva York. Santo Domingo: Mediabyte, 2007. Dora Dávila de Mendoza, Un Concierto de Voces: Mujer, Familia y Sociedad en Santo Domingo Colonial. CUNY, Instituto de Estudios Dominicano, 1999. A Través de mis Ojos: lo que ella me contó, de Hortensia González Gómez. Santo Domingo: Publicaciones Cayena, 2006. Y por último, The Dominican Women across three Generations: Educational Dreams, Goals and Hopes. Rosie M Soy, Stefan Bosworth. New York City: CUNY Dominican Studies Institute, 2000.

En el primer capítulo el autor discute las características de la sociedad dominicana, en la cual se considera a la mujer de “la casa y el hombre de la calle”. La condición opresiva de la mujer en el entorno social en que vivía fue combatida desde el siglo XIX, cuando mujeres como, Salomé Ureña, Ercilia Pepín, Petronila Gómez, Delia Weber, y Eugenio María de Hostos, contribuyeron enormemente a la igualdad de la mujer en la República Dominicana y en el continente.

La lucha por la igualdad de la mujer logró grandes avances durante las décadas de los 60 y 70, y las mujeres asumieron un rol agresivo en la lucha por cambios políticos, económicos y sociales para toda la sociedad. El autor cita como ejemplo el papel que jugaron las mujeres en la Revolución de Abril en la República Dominicana (1965) y la Revolución Sandinista en Nicaragua (1979). La introducción concluye enfatizando que el objetivo del libro es analizar las mujeres y sus procesos de lucha en el proceso migratorio, y la realidad existencial de la misma dentro de una perspectiva transnacional.

En el segundo capítulo el autor discute las diferentes teorías de la migración: desde la teoría estructuralista hasta la teoría del sistema mundial. Esa introducción abre el análisis al papel de la mujer dentro del proceso migratorio y por qué la tendencia de las últimas décadas ha sido la feminización de los flujos migratorios. El autor introduce el tema de la migración femenina y lo poco que has sido estudiado este proceso, pues la visión más aceptada es que la migración era un asunto del hombre, no de la mujer.

El tercer capítulo introduce a la discusión sobre el movimiento feminista en América Latina y República Dominicana. Este capítulo narra las diferentes etapas de lucha de la mujer dominicana por lograr derechos civiles como el derecho a la educación, acceso a empleo y participación en los sufragios nacionales. La cooptación del movimiento por la dictadura de Rafael Trujillo no impidió que se lograran algunos avances, como lo fue el derecho al voto en 1942, pero el movimiento concluyo siendo instrumentalizado para servir a los fines políticos de la dictadura.

El capítulo cuarto aborda la problemática del estado y su relación con los sectores subalternos de la sociedad y avanza la argumentación de que el estado moderno sigue un modelo patriarcal de familia como el “padre al frente de su gente”, y la jerarquía masculina controla las áreas de funcionamiento social, económico y político. Las desigualdades que generan este sistema reproducen las relaciones injustas de clase, pero también las injustas relaciones de géneros en las cuales se condena a la mujer a la casa y el hombre a la calle.

De aquí que los movimientos feministas son por naturaleza movimientos contestarlos, pues tienen que retar un orden opresivo que discrimina personalmente e institucionalmente a la mujer. Sin embargo, los movimientos socialistas, no prestaron muchas atenciones a las demandas de las mujeres socialistas que plantearon sus planes de luchas dentro de una perspectiva de género. Aunque se debe señalar que dentro de algunas organizaciones de izquierda no solo se aceptó la perspectiva feminista, sino también que se estimuló su organización dentro del partido, pues se entendía que la lucha iba más allá de la opresión económica y política, también existía una opresión de género.

En el capítulo 5 nos ofrece una panorámica bastante amplia de las luchas de las mujeres Latinoamérica desde la época colonial, la etapa republicana y la situación actual desde la dependencia neo-colonialista hasta la época del neoliberalismo. Dentro de esa larga trayectoria histórica el autor muestra el avance de las mujeres como fruto de sus múltiples luchas y el constante asedio de un orden capitalista subdesarrollado que legitima las fragantes desigualdades de género.

Creándose un orden de desigualdad cuasi generalizada contra las mujeres, salarios más bajos, violencia doméstica, abusos verbales, tasas mayores de analfabetismo e incremento de los feminicidios como en el caso dominicano y el de otros países latinoamericanos.

En la sección final del capítulo el autor discute la feminización de la fuerza laboral como resultado de los cambios internacionales que han ocurrido en el capitalismo promoviendo una restructuración económica que genera una demanda mayor de fuerza de trabajo con bajos salarios, en las zonas francas y en las maquiladoras.

La sección final del capítulo quinto es el que se refiere a las mujeres dominicanas. Esta sección ofrece una panorámica de la realidad de la situación en la República Dominicana. La desigualdad de género se expresa en múltiples áreas, tales como la desigualdad laboral, los salarios más bajos, y las tasas de desempleo más altas. Igualmente, los niveles de representación política a nivel local, municipal y nacional son reducidas si se comparan con los hombres.

Una novedad del texto es la que incorpora el estudio de la mujer dominicana en la Diáspora. Fijando su atención en la realidad existencial de la mujer dominicana, Méndez señala, “la mujer dominicana busca una vida mejor no solo para ella sino también para sus hijos. Más aún, busca una cierta forma de liberalización que le de la independencia económica, política y social. Muchas veces esta independencia y liberación no es posible dentro de los parámetros de existencia de nuestro país”4.

En la sección sobre la realidad social, económica y política de la mujer inmigrante señala algunas conclusiones sobre las mujeres dominicanas en los Estados Unidos.

1- Que las mujeres son la mayoría de las migrantes dominicanas.
2- Que dentro de la comunidad dominicana un % muy elevado son jefas de familias.
3-Que los salarios son más bajos que los de los hombres dominicanos.
4-Que sus niveles educativos son más bajos, que los de otras mujeres latinas.
5- Que la condición de mujer dominicana inmigrante le crea múltiples retos, por ser inmigrante, por ser mujer y en la mayoría de los casos por ser persona de color.

Con este artículo, concluimos la serie sobre género, clase, migración y nación.

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