En los próximos días se estará recordando el 58 aniversario de uno de los acontecimientos históricos más trascendentes de la Guerra Fría. En octubre de 1962 el Caribe fue escenario de la mayor amenaza de confrontación nuclear durante la Guerra Fría: la crisis de los misiles en Cuba. Durante dos semanas los Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron a punto de comenzar una guerra nuclear.
La crisis de los misiles que inició el 14 de octubre de 1962 cuando un avión espía de Estados Unidos descubrió que la Unión Soviética había instalado misiles en Cuba, estuvo precedida por el triunfo de la Revolución Cubana, la ruptura de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la fallida invasión de Bahía de Cochinos, la Operación Mangosta y el posicionamiento cubano con la Unión Soviética.

Entre los días 18 y 22 de octubre, el líder soviético Nikita Jruschov aseguró que los misiles eran de carácter defensivo mientras el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy ordenó la máxima alerta y reforzó la base naval de Guantánamo. El 22 de octubre, con el apoyo de los aliados occidentales, el presidente Kennedy estableció una “cuarentena defensiva”, es decir, un bloqueo de la isla, desplegando unidades navales y aviones de combate en torno a Cuba. A esta acción que fue apoyada por la OEA se sumaron los destructores argentinos Espora y Rosales, así como los destructores venezolanos ARV D-11 Nueva Esparta y ARV D-21 Zulia.

Finalmente, tras negociaciones secretas la crisis culminó con el retiro de los misiles soviéticos, el compromiso estadounidense de no invadir a Cuba, y el desmantelamiento de los cohetes ofensivos estadounidenses emplazados en Turquía.

La crisis de los misiles tuvo repercusiones a nivel internacional. Esta crisis que provocó un shock en el sistema político estadounidense desde el punto de vista de la seguridad nacional posibilitó que a partir de entonces Estados Unidos no cesara de enviar claros mensajes a la Unión Soviética de que no le permitiría una acción similar a la de Cuba ni tampoco la expansión de la influencia soviética en su área.

En América la crisis permitió a Estados Unidos reposicionarse en la región, luego de las dificultades que afrontó en la reunión de la OEA en Punta del Este en enero de 1962 para expulsar a Cuba del sistema interamericano. Argentina, Brasil, México, Chile, Bolivia y Ecuador se habían opuesto a expulsar a Cuba de la OEA. En ese sentido, la crisis de los misiles, con la votación de la OEA del 23 de octubre de 1962 (la OEA votó aplicar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca para garantizar el bloqueo contra Cuba) fue un paso más en la política de aislamiento de Cuba y el reforzamiento de un sistema interamericano alineado con los intereses de Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría.

La crisis de los misiles tuvo repercusiones en República Dominicana que en ese entonces estaba gobernada por un Consejo de Estado presidido por Rafael F. Bonnelly. El Consejo de Estado estuvo alineado a las posiciones políticas de Estados Unidos. En la Octava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA celebrada en Punta del Este, Uruguay del 22 al 31 de enero de 1962, República Dominicana votó a favor de la expulsión de Cuba. Luego, en el marco de la “cuarentena defensiva” durante la crisis de los misiles, el Consejo de Estado apoyó la integración de las fragatas dominicanas Santana y Luperón a la Fuerza de Tareas Combinada Estadounidense-latinoamericana (Fuerza de Tareas TF-137) destinadas a ejercer un bloqueo naval sobre Cuba.

Una de las cuestiones que negociaron Estados Unidos y la Unión Soviética implicó a la República Dominicana y estaba relacionado con el cierre de una base de inteligencia estadounidense en territorio dominicano. El líder soviético Nikita Jruschov, condicionó para iniciar las negociaciones que pusieron fin a la crisis de los misiles de Cuba, que se desmantelara la base de observación de cohetes instalada por Estados Unidos en Sabana de la Mar, desde finales de 1951 y que tenía una amplia cobertura en el océano Atlántico. El 19 de octubre, Jruschov le propuso al presidente John F. Kennedy el cierre de esa estación. La base dejó de operar tres días después, aunque el desmantelamiento fue dado a conocer en noviembre del mismo año.

La crisis de los misiles se desarrolló en un contexto político en el que el Consejo de Estado preparaba las elecciones para el 20 de diciembre de 1962 y en las que salió electo el profesor Juan Bosch con el 58,7% de los votos frente a Viriato Fiallo, candidato de la Unión Cívica Nacional que obtuvo el 30.07%.

El impacto que provocó la crisis de los misiles en el sistema político estadounidense y en la opinión pública fue decisivamente negativo para el curso del proceso político de la República Dominicana, puesto que esa atmósfera condicionaría la suerte del experimento democrático del 63 como lo señala el historiador José Del Castillo. Tras asumir el poder, Bosch fue objeto de una ofensiva mediática de descrédito en la que se refería al peligro comunista en República Dominicana. Esa campaña producía su efecto a nivel político en los Estados Unidos. Por ejemplo, Armistead Selden presidente del Subcomité de Asuntos Interamericanos de la Cámara de Representantes, haciéndose eco de los artículos de Hal Hendrix del Miami News acerca de la penetración comunista en el país, “hablaba de 150 comunistas que habrían llegado de Cuba y otros puntos, tras la crisis de octubre y afirmaba que las autoridades eran complacientes con los comunistas”. A su vez, el embajador de Estados Unidos en el país John Bartlow Martin llegó a exigir posturas más firmes frente a los partidos y dirigentes políticos de izquierda. El tema del supuesto peligro comunista fue un tema recurrente de los sectores que apoyaron el golpe de Estado contra Juan Bosch.
El golpe de Estado contra Bosch el 25 de septiembre de 1963 y posteriormente la segunda intervención militar de Estados Unidos en 1965 y el ascenso de Joaquín Balaguer al poder en 1966 estuvieron influenciados por el ambiente que generó en la región la crisis de los misiles en el marco de la Guerra Fría.
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Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World. “This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846. Dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC”.

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