La restauración de la iglesia incluyó elementos bíblicos y patrióticos, que muestran el espíritu religioso y cultural de RD

La restauración de la Iglesia Santa Bárbara de los Hombres del Mar incluyó la consolidación, limpieza y rescate de sus muros y arcos, así como la reparación del techo con ladrillos originales.

Para ello, se realizó un estudio de planificación del suelo para determinar su resistencia estructural y así mantener la esencia de la edificación y conservar su tradición histórica y cultural.

La remodelación de este patrimonio cultural se tomó alrededor de cuatro años y una inversión de más de 160 millones de pesos, explicó el padre Milciades Florentino, rector de la Catedral Castrense, quien entiende que valió la pena por conservar el factor espiritual y religioso, indispensable para la dominicanidad y que se había perdido por tratar de cuidarla.

“Apreciamos mucho el cambio tan grande que se ha hecho a la catedral, ya que por tratar de cuidarla, con la agregación de materiales de construcción se habían cambiado elementos originales, ocultado toda la belleza cultural que ahora con el remozamiento se ha sacado de nuevo a flote”, indicó el sacerdote.

En la remodelación se descubrieron las fachadas originales, una mezcla de arte gótico, romano, incluso un poco bizantino en los vitrales y en su interior. Cuenta con 8 capillas de estilo gótico tardío y un tabernáculo de estilo barroco.

El padre Pichardo expresó que esta es una iglesia emblemática, cultural, histórica, antropológica y de la composición dominicana, declarada como Catedral Castrense por mandato de la Santa Sede, el 4 de febrero de 2020. Además, allí fue bautizado Juan Pablo Duarte.

“Valoramos como sumamente positivo esta remodelación tan simbólica para toda la cristiandad de la República Dominicana y América Latina, por considerar que es la primera parroquia en el Nuevo Mundo después de la Catedral Primada”, manifestó el sacerdote, quien agradeció a Dios que el Poder Ejecutivo tomó la decisión de restaurarla.

Transformación

De acuerdo al sacerdote, la iglesia se preparó también pensando en transformarla en catedral castrense, pues en ella hay toda una simbología de detalles como son los principales santos de la República Dominicana, entre ellos La Virgen de la Altagracia.

Pero también se integró en su altar a San Miguel Arcángel, patrono del Ejército; Nuestra Señora del Amparo, patrona de la Armada; Nuestra Señora del Carmen, de la Fuerza Aérea; y San Judas Tadeo, patrón de la Policía Nacional.

“Estos santos forman un conjunto armónico de decoración junto a cuadros, elementos relativos al viacrucis y el equipamiento de las 8 capillas laterales dentro del templo, que la convierten no solo en una iglesia, sino en un museo nacional para ocio del espíritu”, comentó el padre Pichardo.

El piso original, que también se había cubierto en su totalidad por las constantes reparaciones fue rescatado, pero solo se dejaron muestras que se pueden observar a través de un cristal. Los bancos de la iglesia son los mismos que estaban antes, solo fueron acondicionados.

Igual sucedió en algunos lugares subterráneos, donde se descubrieron “elementos funerarios” como la osamenta de Ana María Duarte Díez, hermana menor de Juan pablo Duarte, cuyos restos descansan bajo la catedral.

“Se dice que debajo del piso hay un túnel larguísimo que atraviesa gran parte de la Zona Colonial. A ese no hay acceso, no se preparó. Yo no lo he visto pero me comentaron que está ahí”, dijo el sel padre Pichardo.

La parte exterior fue la más remodelada, pues allí se construyó un anfiteatro con capacidad para más de 500 personas, y en la parte de arriba la Plaza de Santo Domingo. También, se colocó una “gran” verja para proteger la catedral, ya que este espacio “se utilizaba para vicios y todo tipo de mal comportamiento”.

Espacios libres

El padre Pichardo junto a monseñor Francisco Ozoria, obispo castrense de la iglesia y todo su personal quieren darle otro giro al templo, es por eso que las verjas permanece abierta al público hasta la 6:00 de la tarde para que puedan disfrutar “con orden” de sus espacios. En tanto, las puertas de la iglesia se cierran a la 1:00 de la tarde, ya que “hay mucho que resguardar dentro, sobre todo el espacio del Santísimo Sacramento. Además, están estudiando cómo agregar las celebraciones que por motivo de la pandemia se han reducido.

“Al ser creada como Catedral Castrense, el primer domingo de cada mes realizamos una misa al Ejército Nacional; el segundo a la Armada; el tercero a la Fuerza Aérea y el cuarto a la Policía Nacional”, informó el sacerdote, quien agregó que el templo también está abierta al público los domingos a las 8:00 y a las 10:00 de la mañana, y los martes y jueves a las 6:00 de la tarde “para las personas que quieran venir a encontrarse con Dios y con la cultura dominicana”.

“Estamos todavía en fase de arreglar muchas cosas, determinar usos, servicios y horarios, pero estamos tratando de hacer lo mejor que podamos, manifestó el sacerdote, quien espera que la iglesia sea agregada a la oferta turística, sobre todo ahora que se quiere rescatar todo el legado de la Zona Colonial.

De igual manera, están en busca de que la incluyan dentro de los monumentos de Patrimonio de la Humanidad, para lo cual se están reuniendo con las instituciones correspondientes.

Nuevos elementos religiosos y culturales

En la parte exterior, la remodelación también incluyó elementos patrióticos, bíblicos y apostólicos, que muestran el espíritu religioso y cultural que ronda en el lugar, como lo es la estatua de la Santísima Virgen María junto al niño Jesús y San José; el Santo Rosario, así como la figura de Juan Pablo Duarte sentado en un banco.

En las paredes de afuera se colocaron las figuras de los apóstoles bíblicos que acompañaron a Jesús, entre ellos Pedro, Simón, Tadeo, Santiago, Juan, Judas, entre otros. Además se colocaron estatuas de niños jugando bolas, otros vendiendo caramelos y también la de un limpiabotas.

Según el sacerdote de la catedral, a través de estas estatuas hay una historia rica de trabajo, ya que se integró también la forma de cómo vive el pueblo dominicano y la figura “importantísima o poco valorada de un limpiabotas y de un vendedor”.

Inversión
La restauración de este patrimonio cultural se tomó alrededor de cuatro años y una inversión de más de 160 millones de pesos”.

Rescate
La remodelación conserva el factor espiritual y religioso, indispensable para la dominicanidad y que se había perdido por tratar de cuidarla”.

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