Uno de los más importantes “Médicos de París”, el Dr. Pedro Emilio de Marchena nació en Azua en 1863, descendiente de familia sefardí. A los diez años partió a Boston, Estados Unidos para proseguir sus estudios y más adelante enviado a Hamburgo, Alemania, en donde se gradúa de Bachiller en Matemáticas. Posteriormente regresa al país en donde obtiene el título de Bachiller en Ciencias y Letras y en 1882 ingresa al Instituto Profesional a estudiar Medicina. Al año siguiente viaja a Paris, Francia, en donde obtiene su título de médico en 1885 y de Doctor en Medicina en el 1893, con una tesis sobre “espasmos bronquiales”. El título obtenido le permitía ejercer en Francia y sus colonias. Sin embargo en 1895 se traslada a Venezuela en donde ejerce por unos años y también presenta sus documentos para poder ejercer en los Estados Unidos. La situación política del país era complicada para él tras el asesinato de su padre Generoso de Marchena. Sin embargo tras el ajusticiamiento del Tirano Ulises Hereaux decide regresar a su tierra y ejerce en Puerto Plata por once años para luego trasladarse a la ciudad de Santo Domingo. En el 1903 fue Diputado al Congreso Nacional. En Puerto Plata fue Director del Hospital “Mercedes”. Persona muy reconocida por la sociedad de aquella ciudad. Fue particularmente valiente su participación como médico durante el sitio de Puerto Plata por el Presidente Bordas en 1913 en la llamada “Revolución del Ferrocarril”. Las fuerzas del General Bordas cortaron el agua y la situación de salud se agravo por epidemias y deficiencias alimentarias. Brilló la figura del Dr. Marchena atendiendo por doquier a los enfermos bajo tiroteos y en difíciles condiciones. Con su habilidad clínica y conocimientos detectaba y trataba de evitar brotes en los diversos sectores de la ciudad. Se dice que atendió a centenares de enfermos con total entrega y sin muestras de fatiga o cansancio. Al trasladarse a Santo Domingo inicia sus labores en la Sala de Socorro que la logia “Cuna de América” había inaugurado recientemente. Durante treinta años Profesor de la Universidad en las materias de Parasitología, Patología Interna, Patología General, Patología Tropical y Neurología. Por sus méritos académicos fue Decano de Ciencias de la Salud. Era un profesor abnegado al punto de que en ocasiones una enfermedad crónica que padecía le hacía tener que guardar cama y en esos días citaba a los alumnos a su casa para seguir las cátedras. Los alumnos disfrutaban sus clases por la serenidad, claridad y sencillez con la que exponía sus temas. En una época en que muchos profesores eran muy severos e incluso injustos, el Dr. De Marchena era un punto de equilibrio y siempre de justicia. En un relato sobre su vida, el Dr. Pedro Céspedes le oyó decir: ‘ no sé cómo una persona se puede sentar tranquila en su mesa tras haber quemado injustamente a un alumno”. Eso no impedía que cuando había que suspender a alguno mal preparado no lo hiciera. Se cuenta que ante una pregunta un alumno dio una respuesta equivocada sobre una cirugía y el Dr. De Marchena se puso de pie y mirando a los otros miembros del jurado dijo : “Lo dice.. y lo hace”. Una neumonía acabo con su vida en el 1939 tras un ejercicio profesional de 46 años marcados por su capacidad y entrega a sus pacientes y alumnos. En el 1932, en un discurso en la graduación de médicos dijo: “Vais a comenzar la vida profesional para la cual la sociedad exige instrucción académica y moralidad como garantía a la colectividad”.

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