Kamila Mena es una joven talento de padres dominicanos radicada en la Florida, Estados Unidos. Se ha venido formando en el mundo del arte, en principio, de forma autodidacta y, más recientemente a través de sus clases en la Harrison School of the Arts, en Lakeland, Florida. Recuerda que cuando le tocó vivir en Carolina del Norte, conoció a una niña mayor que ella que pintaba, cuyo estilo le encantaba y quiso imitarla y “desde aquel entonces me atrae el realismo y he procurado incluirlo en mis representaciones”. Cuenta que cuando veía dibujos animados, le entretenía reproducir las imágenes de sus personajes favoritos y le inspiraban mucho los muñequitos japoneses como “Sailor Moon”. “Por medio de esos audiovisuales me interesé aún más por el mundo digital y las posibilidades que ofrecen para transformar la realidad de forma virtual”, indicó Kamila Mena, quien con solo 17 años ha exhibido sus dibujos en el Museo Dalí de la Florida.

¿Cuándo se desarrolla tu vínculo por el arte?
Desde que tengo uso de razón dibujo. En realidad, no creo haya sido una elección, sino algo que nació conmigo, siempre me he sentido atraída por dibujar y esbozar incluso cosas tontas. Supongo que me obsesioné con perfeccionar mis garabatos. Procuro revisar una y otra vez lo que hago con la intención de buscar las irregularidades y así mejorarlas. Es algo innato en mí. Siempre lo he hecho con la intención de perfeccionar mi trazo. Cada vez que dibujaba algo, pensaba,… puedo hacerlo mejor. Así que cabe la posibilidad de que me obsesionara con eso. Por ejemplo: me encerraba en mi cuarto para trazar un rostro o ropa varias veces, cientos de veces con la intención de perfeccionar el dibujo.

¿Tu arte se ha visto influenciado por la obra de alguien más?
Me tocó vivir en Carolina del Norte como por espacio de tres años. En esa etapa conocí a una niña mayor que yo que pintaba. Me encantaba su estilo y quise imitarla. Desde aquel entonces me atrae el realismo y he procurado incluirlo en mis representaciones. Cuando veía dibujos animados, me entretenía reproduciendo las imágenes de mis personajes favoritos. Me inspiraban mucho los muñequitos japoneses como “Sailor Moon”. Por medio de esos audiovisuales me interesé aún más por el mundo digital y las posibilidades que ofrecen para transformar la realidad de forma virtual. “Candy” es otro de los animados que captó mucho mi atención, sobre todo, porque es de la época de mi mamá. Ella me propuso verlos y no pensé que iba a conectar con una producción realizada hace tanto tiempo. Fue como vincular mis vivencias con las de mi mamá y crear un portal, a través del cual pudiera enlazar su sensibilidad con la mía en tiempo y espacio.

¿Cuándo empezaste a sentirte plena con tu arte?
Creo que realmente florecí cuando tenía unos 7 u 8 años, y fue en casa cuando finalmente pude obtener una considerable cantidad de papel adecuado. Quería emular los dibujos animados y las cosas que amaba. Siempre deseé tener algún talento musical y soy amiga de gente que lo tiene, pero por ahora solo hago arte y coso.

¿Cuéntame sobre la costura, fuiste a alguna escuela para aprender este oficio?
Para nada, lo de la costura ha sido algo muy espontáneo. Tal vez lo traigo en mi genética porque mi padre fue sastre, mi mamá sabe un poco cómo usar la máquina, pero yo empiezo a interesarme por cuenta propia gracias a que me regalaron una máquina de juguete. Empecé a hacerle ropa a mis muñecas, al ver lo que hacía mis padres me compraron una máquina de mesa. Revisé aquel artefacto de arriba hasta abajo y, cuando menos lo esperaba, ya estaba cociendo. Aprendí explorando y no he parado de hacerlo.

¿Cómo es que te interesas por la música antigua y cómo esto ha influido en tus diseños y confecciones?
A la edad de 10 años pasaba horas navegando por Internet. Así que, en una revisión de los registros de música de la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco empezó a agradarme al oído lo que fui encontrando. Así que empecé a conectar con la música antigua. Un dato curioso es que las reproducciones de música por Internet se hacen acompañar de imágenes, muchas de las cuales hacen referencia a la época a la que corresponde la música. Esta referencia me guió a querer documentarme cada vez más en relación al momento en que se produjo la pieza, lo que me conecta con las tradiciones del momento, en ello la forma de vestir. Cuando empecé a valorar el vestuario del medioevo quedé muy sorprendida, tanto es así que me he dado a la tarea de reproducir ejemplares de ropa, siguiendo las mismas técnicas de costuras que se usaban en aquel tiempo y, previo a ello, he desarrollado cientos de bocetos para estudiar cada una de las partes del vestuario.

¿Cuáles son tus prioridades?
De momento mi prioridad es la escuela, poder concluirla con éxito, después de ahí me gustaría ser historiadora de moda, viviendo libremente, investigando, explorando, viajando por el mundo y desarrollando mis diseños.

¿Cuándo empiezas a exhibir tus trabajos?
Mi escuela me introdujo a presentar mi obra de arte públicamente, nunca he sido alguien que lo haga, pero ha sido una gran oportunidad. Además de exhibir mis dibujos en la Harrinson School of the Arts, he podido llevar mi arte al Museo Dalí en la Florida.

¿Qué te atrae?
Cuando se trata de detalles, me encanta todo lo viejo, incluso por unos pocos años. Me encantan los vestidos antiguos, las portadas de revistas, los cantantes y actrices famosas, el maquillaje y la música que escucho, así como la pasión que tengo por viajar y ver la arquitectura y la forma en que vive la gente.

¿Cuáles artistas te han inspirado?
Estoy completamente en sintonía con Niki de Saint Phalle y William Blake, quienes me inspiran artística, filosófica o moralmente. Musicalmente son Prince, Kate Bush, Camilo Sesto y los Cocteau Twins. En cuanto a la moda, son John Galliano, Oscar de la Renta y Miuccia Prada.

¿Qué te motiva apara realizar una obra?
Por lo general, pienso en todas mis inspiraciones a la vez, así como en mi estado de ánimo y en cómo quiero que se vea la pieza final. Es desafiante y fácil al mismo tiempo.

Oportunidad
Mi escuela me introdujo a presentar mi obra de arte públicamente, nunca he sido alguien que lo haga, pero ha sido una gran oportunidad”.

Inspiración
Estoy completamente en sintonía con Niki de Saint Phalle y William Blake, quienes me inspiran artística, filosófica o moralmente”.

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