Gina Rodríguez ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas no solo en la República Dominicana, sino también en Francia, Miami, Estados Unidos, Cuba, Italia, entre otros países. Además, sus obras han sido publicadas en las principales memorias de artes visuales, ilustraciones para ensayos y libros de literatura. Para la artista plástica, cada obra que termina es un “big band” que asume como una provocación entre materia y espíritu. “Se trata de una explosión de texturas que posibilitan lecturas diversas, abiertas, a fin de que el espectador inicie un viaje interactivo que propongo hacia el universo de lo sensible”, manifestó Gina Rodríguez, durante una entrevista con elCaribe. Y es que su interés es propiciar un diálogo de curiosidad permanente, una intensa comunicación, profundamente enigmática; una búsqueda de retroalimentación objetiva y de profundización en las técnicas.

¿Quién es Gina Rodríguez, cómo te defines?
Me considero una artista con vocación de oficio, completamente irreverente. Mi universo es el arte, así que esto se advierte hasta en la forma que respiro. Disfruto intensamente el proceso creativo de mis obras, pues es como estar conectado a la energía creativa más sublime. Eso me permite explorar incesantemente en la esencia humana.

¿Dónde te formaste como artista?
Soy egresada de la Escuela de Diseño de Altos de Chavón, donde obtuve el título de Bellas Artes e Ilustración. Además, me gradué de Diseño de Interiores en la PUCMM; de Publicidad, mención Diseño Gráfico en la UASD y de Arte Contemporáneo, en la Escuela del Museo del Louvre, París, Francia.

¿Qué te deja cada obra terminada?
Cada obra que hago es un “big bang” asumido como una provocación entre materia y espíritu. Así, porque se trata de una explosión de texturas que posibilitan lecturas diversas, abiertas, a fin de que el espectador inicie un viaje interactivo que propongo hacia el universo de lo sensible. Mi interés es propiciar un diálogo de curiosidad permanente, una intensa comunicación, profundamente enigmática. Una búsqueda de retroalimentación objetiva y profundización en las técnicas y cuando esto ocurre, se revela la fuerza creadora y expresiva de mi obra, entendiendo que la comprensión y el oficio del artista es un proceso continuo y fluido. Quiero que mi obra sea un persistente ciclo de aprendizaje, pragmático, experimental y de renovación constante, impulsado por la voluntad y la pasión.

¿Puedes definirnos tú estilo?
Pienso que todos los estilos planteados por los artistas a través de sus procesos creativos tienen una validez irrefutable, porque es la concentración de toda la libertad de un artista en su máxima expresión, pero prefiero el cambio, lo impredecible. Mi obra pretende ser nueva, cada vez que quiero comunicar.

¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que te ha dado la pintura?
Es esa fuerza ineludible que penetra en el corazón del espectador de lo que deseo expresar. Esa es mi mayor satisfacción.

¿Valora el Estado a los artistas dominicanos?
Es una valoración inexistente, lastimosa y poco aplaudible para todo el arte y la cultura, incluidas todas las disciplinas artísticas. Falta un esplendor luminoso en el plano educacional y cultural para transformar una falla telúrica, abismal en el arte en nuestro país.

¿De qué forma definirías el arte contemporáneo?
El arte contemporáneo es misterio, pensamiento conceptual, locura, ideas que vuelan, espejos que se convierten en ventanas. Es un olvido de lo ortodoxo para abrirse a nuevas propuestas, perspectivas y alternativas que suscitan nuevos diálogos.

¿Cómo ha sido la evolución entre tus primeras pinturas y las últimas?
En mis primicias pintaba siguiendo líneas clásicas. En las últimas obras es una total catarsis para sacar a flote emociones que llevo dentro de mí.

¿Además de la pintura, a qué otra actividad te dedicas?
Mi vida es un continuo aprendizaje. Soy una aprendiz cada instante, enfocada en no saber lo suficiente, autocrítica y motivada a estar siempre en contacto con el infinito, vital en el rigor de la creación, practicante de Taichi Chuan y además, me desempeño como docente de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Experta en disfrutar la vida y desobediente.

¿Tienes algún proyecto inmediato?
Estoy inmersa en mi próximo proyecto expositivo, el cual representa un gran reto en mi trayectoria artística, ya que define mi lenguaje polisémico y la búsqueda incesante del equilibrio de mi obra. La idea es asumir un compromiso conmigo misma y los espectadores, la cual quiero se decante siempre por la creatividad. En sí, armonizar en mi obra lo universal con la sutil y desgarradora experimentación. Es un renacer después de un largo camino por otras vías, pero de grandes aprendizajes.

Deseo
Quiero que mi obra artística sea un persistente ciclo de aprendizaje, pragmático, experimental y de renovación constante”.

Consideración
Falta un esplendor luminoso en el plano educacional y cultural para transformar una falla telúrica, abismal en el arte en nuestro país”.

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