María Isabel nació en Cuba, pero lleva más de 20 años viviendo en la República Dominicana. JHONNY ROTESTAN
María Isabel nació en Cuba, pero lleva más de 20 años viviendo en la República Dominicana. JHONNY ROTESTAN

María Isabel Martínez es Historiadora de Arte. Nació en Cuba, en la localidad conocida como Minas de Motembo. Su interés por el arte surgió de manera espontánea debido a la preferencia que sentió desde muy temprana edad por la lectura de biografías de personajes célebres.

En una oportunidad, en la etapa de estudios secundarios, el destacado pintor y muralista cubano Heriberto Manero puso en sus manos la biografía de Vincent Van Gogh. Esa vida intensa y atribulada que el artista trasladó a su obra, la marcó definitivamente. Desde entonces,  nació esa pasión que ha sentido por el arte, hasta el día de hoy.

María Isabel lleva más de 20 años en la República Dominicana, desde entonces ha impartido docencia sobre Historia del Arte en varias universidades del país. Además es una de las fundadoras de la Asociación Dominicana de Historiadores de Arte (ADHA) junto a reconocidos artistas plásticos, críticos de arte, escritores, museógrafos, entre otros.

¿Qué opinión tiene sobre la investigación en historia del arte en RD?

La investigación es imprescindible para poder abordar de manera sistematizada cualquier problemática en el territorio de la Historia del Arte y obtener un resultado que aporte nuevas teorías o nuevos conocimientos sobre el particular. Tratándose de arte, es complejo su abordaje, pero hay que seguir un método científico como corresponde a las ciencias sociales apoyado en un corpus teórico adecuado. En nuestro contexto, no siempre ha sido así y por esa razón existen lagunas y limitaciones en relación con algunos estudios. Considero que se ha avanzado en ese sentido. Existen egresados de la carrera de Historia del Arte graduados en otros países, pero también ya se están graduando en nuestras universidades. Algunas han logrado que los estudiantes realicen tesis de grado o de maestría con mucho rigor académico.

María Isabel Martínez, Historiadora de Arte

¿Cómo cree que cambiará el arte en el futuro?

Me gustaría responderte, pero  me resulta sinceramente imposible. El arte tiene muchos misterios y uno de ellos es precisamente el de no saber hacia dónde va. La libertad implícita en su propia naturaleza nos impide tener esa respuesta. Pero confío en su capacidad de preservar todo lo que tiene de revelador, transgresor e irreverente. De revolucionario.

¿Cómo crees que la tecnología afectará al fenómeno cultural?

Su impacto en la cultura es arrollador. En estos tiempos, si solo tomamos en cuenta la interacción entre el arte y la tecnología veremos que se están produciendo relaciones simbióticas muy aceleradas y novedosas. Ahí tenemos toda la producción digital basada en la tecnología de la información y en la inteligencia artificial: El art next, el arte fractal, el arte de realidad aumentada, el video performance, el video mapping, los NFTs o criptoarte, entre otras manifestaciones. Todos estos productos circulan en las redes o se venden en  marketplace destinados a estos fines.

La crítica exige no sólo un dominio de la teoría sino una actualización constante y un ejercicio práctico sistemático, como cualquier otra profesión”.

María Isabel Martínez

¿Cuál es la formación académica o de vida de un crítico de arte?

l En cuanto a la formación académica, el crítico de arte debe adquirir conocimientos de  Historia del Arte y de cultura en general, de filología, sintaxis gramatical, historia social e historia de la crítica,  que deben complementarse con otras disciplinas humanísticas y sociales como la estética, la sociología, la antropología y las ciencias de la comunicación. Como elección, la crítica exige no sólo un dominio de la teoría sino una actualización constante y un ejercicio práctico sistemático, como cualquier otra  profesión.

María Isabel Martínez, es una de las fundadoras de la ADHA

¿Qué piensa del artista como actor social? ¿Crees que tiene la misión de ser un ente crítico?

La pretensión de producir un arte comprometido se hizo muy latente a partir de las vanguardias artísticas del siglo XX.  En la actualidad, hay muchos artistas  que a través de diversos lenguajes, pretende denunciar situaciones relacionadas con problemáticas de género, de medioambiente, de discriminación étnica o de cualquier otra dimensión social. Al asumir el tratamiento de ciertas cuestiones éticas como el tema del aborto, el abuso animal, el abuso infantil e incluso lo relacionado con los procesos de creación, también el artista somete su obra a un escrutinio, para poner en tela de juicio diversos tópicos, en ocasiones de forma muy explícita y otras de manera subliminal. Otros  pretenden implicarse mucho más allá y realizan acciones en las que participan directamente como activistas sociales, pretendiendo impactar determinada realidad. De la misma manera que otros intentan distanciarse de estas posturas asumiendo que sus obras pueden ser neutrales, aún en los casos en que muestren realidades sociales específicas.

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¿Cuáles son algunos de los desafíos a los que se enfrentan los museos en el mundo del arte?

l Creo que algunos de los desafíos más importantes que enfrentan los museos hoy es el de concebir estrategias de seducción para que el público se sienta cómodo y atraído hacia estos espacios, sin renunciar a su labor educativa. Otro desafío importante sería la manera en que el museo presenta su patrimonio. Actualmente se están usando muchos recursos tecnológicos para motivar el interés del público hacia determinadas obras o colecciones. Pero ojo, hay que tener mucho cuidado con la cultura del espectáculo, no vaya a ser que termine afectando la relación directa y profunda que supone el  intercambio entre la obra y el espectador para el disfrute pleno de una obra de arte. También  enfrentarse a los recortes presupuestarios y, consecuentemente, a la necesidad de hacerse autosustentables, es un gran desafío. Esto limita toda la proyección social del museo, su capacidad para completar o enriquecer sus colecciones, así como los trabajos de conservación y restauración que afectan los estándares que requiere un inmueble de esa naturaleza, todo lo cual impacta en el organigrama institucional. Pero el mayor de los desafíos es el de llegar a cumplir su principal función y que Luis Camnitzer resumió en una de sus más importantes obras conceptuales: “El museo es una escuela: el artista aprende a comunicarse, el público aprende a hacer conexiones”.

Existen egresados de la carrera de Historia del Arte graduados en otros países, pero también ya se están graduando en nuestras universidades”.

María Isabel Martínez

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