Un mercado de frutas donde trabajaba Víctor Taveras en su natal Santiago de los Caballeros se convirtió en el escenario de motivación para su creación artística, pues de ahí tomaba apuntes “al natural” de todo lo que veía, como marchantas que vendían en burros, los coches, personas que compraban, entre otras cosas que le inspiraban dibujar ese “rico panorama”. Luego en el taller plasmaba los bocetos sobre tela y creaba obras ya con un mayor nivel. Como estudiante sobresaliente, en la Escuela de Bellas Artes organizó el “Grupo Glorieta”, compuesto de jóvenes pintores, quienes hacían exposiciones colectivas en la Glorieta del Parque Duarte, de Santiago. Recordó que a partir de esa experiencia trabaja con la mujer dominicana, aquella que se levanta temprano a laborar, tanto en el campo como en las ciudades; las amas de casa que ve por las calles, pero también las que con su esfuerzo se han convertido en íconos internacionales.

¿Su inicio en las artes plásticas se da de forma empírica o académica?
Esencialmente soy un pintor académico, graduado en la Escuela de Bellas Artes de Santiago en 1983. Mis inicios fueron muy difíciles. Soy el tercero de ocho hermanos, mi madre tenía un ventorrillo, mi padre aportaba poco, mi hermano mayor y yo teníamos que limpiar zapatos, vender pan y recoger cartones en la calle para luego venderlos para ayudar al sustento de la familia. Luego conseguí un empleo en un mercado de frutas, repartía el tiempo entre el trabajo en la mañana, los estudios en Bellas Artes en la tarde y en el liceo en la noche. Ese mercado fue mi escenario de motivación para toda mi creación. Tomaba apuntes al natural de todo lo que veía, marchantas que vendían en burros, los coches, personas que compraban, es decir, dibujaba ese rico panorama, que luego en el taller plasmaba los bocetos sobre tela y creaba obras, ya con un mayor nivel para exponerlo individual o colectivamente. Como estudiante sobresaliente en Bellas Artes, organicé el “Grupo Glorieta”, compuesto por jóvenes pintores que hacíamos exposiciones colectivas en la Glorieta del parque Duarte de Santiago. Después, todo el proceso de mi creación se complementa con el uso del textil, el collage y la acuarela que es un medio exquisito de expresión y que dio paso a mi primera individual realizada en la Alianza Cibaeña en 1982. En todo ese proceso se sumó mi hermana Marina que también es artista plástica y trabaja collage y textil. Ella aporta significativamente en las investigaciones conceptuales del mundo del arte y en aspectos creativos. Somos un equipo que participa en exposiciones colectivas y bienales nacionales, pero aun sigo observando y aprendiendo cada día para perfeccionar lo que hago y aportarlo a los demás.

¿Hoy en día corresponde su obra a una corriente especial?
Trabajo con la mujer dominicana, aquella que se levanta temprano a laborar, tanto en el campo como en las demás ciudades; las amas de casa que veo cuando voy por las calles, pero también las que han sobresalido con sus esfuerzos y se han convertido en íconos internacionales. Eso sí, todas pasan por mi filtro personal, estarán bellamente maquilladas, con los senos de niñas quinceañeras y cuerpos esbeltos, en fin, una belleza ambulante. Es mi forma de ver el mundo, que va desde el realismo al surrealismo y el abstraccionismo.

¿Qué concepción tiene del arte?
Es para mí un concepto esencialmente abstracto, es algo que nadie puede definir. Pero en términos humanos, podría decir que es la capacidad o habilidad para hacer algo con excelencia o la más alta expresión de la condición humana como sublevación de su propia vivencia. Es una chispa divina que todos tenemos dentro de nosotros, tanto el labriego que trabaja, como el agricultor o el papá. Todos somos poseedores de esa gracia, solo la capacidad vibracional definirá su actitud en la vida.

¿Cómo es la relación con el arte contemporáneo?
¡El arte contemporáneo es maravilloso!. Es abierto a todas las posibilidades de expresión espiritual, a diferencia del arte antiguo o moderno que estaban sujeto todavía, uno a formas tradicionales y la presentación subjetiva de los objetos. Es decir, todo lo que permitía al ser humano expresar lo que pensaba y lo que sentía. Hoy el arte contemporáneo acepta técnicas y estilos diversos, todo lo que el artista de hoy esté preparado para usar, porque el arte contemporáneo no es una obligación, sino una elección de aquel que puede verse y ver todo un arsenal de posible creación. Aunque todo es arte, no todo el mundo pone un objeto, y para decir que es arte, necesita una justificación conceptual para hacer valer su propuesta.

¿Por qué lo califican como “Marca Bellas Artes” y “Marca País”?
Gracias al artista Chiqui Mendoza llegué a la Escuela de Bellas Artes de Santiago con el propósito de darle un mejor nivel a la escuela. Mi sorpresa fue que el nivel de “Marca Bellas Artes” ellos me lo dieron a mí, no yo a ellos por las relaciones maravillosas de amistad, cariño y amor que cultivo con todos los estudiantes, sus padres y profesores. El término “Marca País” viene de mi forma de expresarme en la pintura y en el dibujo, de los motivos que elijo para comunicar mis ideas. Son una manifestación de los colores tropicales, las pieles quemadas por el sol, las marchantas, mercados, playas… Es lo que trato de captar en mi trabajo, una identificación de nuestra bella cultura dominicana.

¿Cubre el arte una necesidad básica en la vida de los seres humanos?
El arte nos perpetúa no solo como individuos, sino como especie, permitiendo un desarrollo, equilibrio emocional y espiritual, ya que nos hace reflexionar, repensar en situaciones o problemas, despertando la creatividad en las personas, desarrollando así nuevas ideas. Expresa sentimientos, pensamientos o anhelos. El arte no solo es disciplina, sino una necesidad humana en la cual las personas crean apreciación y pueden encontrar alivio a la realidad o una interpretación de ella, haciendo que el individuo aprecie el arte leyendo, pintando, escuchando música o algo que trasmita emociones. También desarrolla la capacidad de comunicación. El arte es creación, metáfora y expresión de la realidad que vemos, nos abre la capacidad y posibilidad de por qué nos permite ir más allá, hacia otro mundo. Nos coloca como creadores y nos convertimos en personas activas y creativas en la vida y ver futuros posibles, nos ayuda a ser tolerantes y buscar soluciones. El arte nos sostiene para hacer la vida soportable, reencontrarnos y sentirnos humanos. Es un elemento alquímico de transmutación en el sentido de que puede ver un escenario y transformarlo para que me sirva a mí y a otras personas. ¿Cómo podríamos avanzar tecnológicamente o culturalmente sin el pensamiento creativo que nos impulsa al desarrollo artístico del individuo? ¿Qué humanidad tendríamos?, porque gracias al arte se conoce el hombre.

Consideración

El arte no solo es disciplina, sino una necesidad humana en la que las personas pueden encontrar alivio a la realidad o una interpretación de ella”.

Reconocimiento
Gracias al artista Chiqui Mendoza llegué a la Escuela de Bellas Artes de Santiago con el propósito de darle un mejor nivel a la escuela”.

Posted in Entrevista CulturalEtiquetas

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas