Como crítico, Patrick Landry trata siempre de escribir con la visibilidad más grande y ponerse en los “zapatos” de los lectores que le van a leer para no desconectarse de ellos. Considera que es un ejercicio bien complejo, transmitir conceptos e ideas de manera muy sencilla, que requiere mucha precisión en la elección de las palabras.

“Los grandes críticos crearon fórmulas con palabras muy sencillas, pero con un contenido extraordinariamente interesante”, manifestó el también presidente de la Asociación de Críticos de Arte (ADCA), quien explicó que el crítico tiene una visión parcial del arte y “no acepta todo o no cree en todo.

Para él, el arte es una expresión de la sensibilidad a través de la estética como lo ha explicado Emmanuel Kant. “En el mundo entero no existe una civilización que no haya desarrollado arte, es decir, que es algo inherente al ser humano, indispensable y por lo tanto totalmente útil”, dijo Landry. Agregó que “para mí la función del arte es aportar al mundo real un toque diferente para que el ser humano pueda tomar conciencia de él”.

¿Qué aspectos han cambiado a lo largo de los años respecto al pensamiento de la gente en relación a la obra de arte?
Durante los últimos cien años, el cambio ha sido bastante importante. Aunque no podamos creerlo, el público siempre ha estado presente durante las grandes manifestaciones artísticas. Lo que ha cambiado es su visión, pasando de una muy académica que rechaza las vanguardias a una que acepta un poco todo hoy en día. La responsabilidad la tienen los profesionales del arte que han intelectualizado demasiado la lectura de las obras de arte rompiendo con una parte de la base del público que se ha alejado de los museos y de las galerías, la otra parte aceptando todo lo que sea por creer en el discurso oficial o por no entenderlo. Por otro lado, una parte de la producción artística tiene que ver más con el concepto que con la obra realizada, es el caso, por ejemplo de las instalaciones o de los performances. Mucha gente no lo ve como arte sino como una provocación en el mejor de los casos, pensando que puede al igual que el artista, hacer algo mejor.

¿Desde dónde parte usted para hacer un análisis de una obra de arte?
El primer contacto con la obra es primordial. La obra debe hablarme. Se debe crear un vínculo con ella. Como dijo Charles Baudelaire, la crítica debe ser apasionada, es decir que se crea una química entre la obra y el crítico. Sin ese elemento, no creo que se pueda hacer una crítica profunda y sincera, porque al igual que el amor, el análisis va más allá de la superficie de las cosas. Es una introspección que busca dentro del proceso creativo del artista los encantos o desencantos de una pieza. Y como Baudelaire, creo en la crítica parcial. Un crítico se expresa no solo con sus conocimientos, base de toda crítica pertinente, también con sus emociones que pueden abrir un campo de reflexiones nuevas, fuente de desarrollo y de enriquecimiento del pensamiento artístico.

¿Qué transformaciones se han dado en la escena del arte en los últimos años?
Tenemos tres componentes. Los artistas, las instituciones y la visión del mercado. Vemos los precios astronómicos de algunas obras vendidas en casas de subasta pensando que todos los artistas son sumamente caros. No es la verdad, se puede constituir una colección con artistas emergentes o no, sin ser millonario. Al ser un producto “rentable”, mucha gente ve la compra de arte como inversión. Segundo cambio es que vemos desde hace 20 a 30 años un desarrollo significativo del mecenazgo con las participaciones de grandes empresas en la organización y montaje de exposiciones temporales que viajan por el mundo. El tercer cambio es la producción artística en sí. Asistimos a una explosión de los medios de expresión. Además de los medios tradicionales como la pintura, el dibujo o la escultura, tenemos los videos, las instalaciones o los performances…

¿Quiénes son considerados Padres del arte moderno?
El padre del arte moderno es Paul Cézanne que abrió el camino a una multitud de artistas en la primera mitad del siglo como entre otros; Matisse, Picasso, Chagall y Duchamp. Cézanne, con manchas casi cuadradas usando diferentes ángulos para crear sus obras permitió tener una nueva visión del espacio constructivo. También Manet que ha hecho tomar conciencia a todos que las pinceladas y las manchas de colores son materia colorida que tiene su propia existencia.

¿Cuál es su opinión sobre el postmodernismo en el arte?
Es una invención de arquitectos y de diseñadores en 1977 retomando las características del arte antiguo como las columnas, el peristilo para romper con la geometría de las líneas puras legado de Le Corbusier y sus discípulos. El postmodernismo se extendió a las demás artes. Es, según Fredric Jameson “la lógica cultural del capitalismo tardío”. Es en realidad, una mezcla de pastiches, de estilos donde encontramos a Andy Wahrol, Philippe Starck o Jeff Koons entre otros. Es más, una tendencia, un movimiento que debía terminar en 1990 pero que sigue vigente hoy en día. El problema del postmodernismo es doble. En primer lugar, no existen criterios, salvo la idea que todo es consumo que permiten definir el postmodernismo. Los artistas usan, vuelven a usar, transforman pero sin una “lógica” artística. Es el triunfo, a veces del “kitsch” en su versión más evidente, que desubica una parte del público que se lamenta de ver todavía este tipo de obras en el escenario del arte y otra parte quizás un poco “snob” que aplaude ver todavía el postmodernismo perdurar.

¿Cómo ve el nivel de la plástica dominicana en la actualidad?
La plástica dominicana es muy numerosa. Hay una gran cantidad de artistas y de corrientes o estilos. Una serie de grandes artistas que merecen que les dediquemos más tiempo para analizar su obra para poder colocarlos en el escenario internacional. Pienso por ejemplo en el trabajo de Iván Tovar que tiene las características que se aplican a los grandes artistas; composición equilibrada, líneas firmes y paleta única y Jorge Pineda con piezas que se volvieron icónicas. La obra de Chichí Reyes tiene no solo una fuerza expresiva sino también un discurso muy actual, la migración. Dentro de la corriente hiperrealista, tenemos a Pamela Rivera, Rudy Taveras; de la diáspora en Estados Unidos a Scherezade García, Gerard Ellis, Tania Marmolejos. En el campo de la fotografía a Mayra Johnson, Fausto Ortiz; en la escultura a Juan Trinidad entre otros que juegan un papel en el escenario de la plástica dominicana.

¿Que está haciendo la ADCA en favor de la preservación y promoción del arte plástico del país?
Tenemos una cuenta de Instagram @adca.aica y dentro de poco un blog para publicaciones específicas para que nuestros miembros y público en general sepan lo que estamos haciendo. Realizamos reuniones durante las cuales los miembros pueden presentar ideas o proyectos y se habla también de la actualidad del arte. Tenemos un evento anual sumamente importante llamado los premios de la crítica, que reconoce la alta calidad de la labor de los profesionales del mundo del arte a nivel nacional y por algunos premios son eventos que embarcan un nivel internacional. Además los motiva a seguir trabajando, sabiendo el reconocimiento y el apoyo de la ADCA. Cada miembro en su área, tanto profesores como directores de galerías o de museos juegan un papel importante en la vida de las artes plásticas del país, además del trabajo de curador o de crítico que cada miembro ejerce.

Conexión
El primer contacto con la obra es primordial. Esta obra debe hablarme. Se debe crear un vínculo, una química entre la obra y el crítico”.

Crecimiento
El padre del arte moderno es Paul Cézanne, que abrió el camino a una multitud de artistas en la primera mitad del siglo”.

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