La trayectoria profesional de Kelvin Paredes va estrechamente vinculada a la labor docente de la educación artística especializada en el país. Él entiende que la posición reacia de una gran parte de la comunidad educativa nacional a no reconocer el arte como disciplina educativa de máximo interés para el desarrollo de los pueblos, resulta ser un rechazo evidente que se ve en las escuelas, en nuestras casas y en la sociedad. “Lo más complejo es que dicha colectividad no ha entendido, que el mismo significado que tiene solucionar una fórmula numérica para un matemático, es el mismo que encuentra un dramaturgo cuando escribe una obra dramática o un actor que representa una parte en un espectáculo teatral”, indicó el profesor de Bellas Artes, al considerar que tal visión disminuye el fomento de que el teatro y todo el arte necesitan para que los artistas puedan educarse y difundir sus obras.

¿Qué define al teatro dominicano hoy en día?
El teatro dominicano de hoy refleja nuevas tendencias, de las cuales tenemos importadas, por quienes han tenido la oportunidad de vivenciarlas y aprenderlas en el exterior, y otras que han sido creadas por el teatrista dominicano. El teatro dominicano actual debe ser visto desde lo cualitativo y lo cuantitativo en todos sus aspectos. En el territorio nacional, la formación de nivel superior en teatro la inicia en los 90s, la Escuela de Teatro de la UASD. La Dirección General de Bellas Artes trabaja en hacer de la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD), una institución de educación superior. Es de mucha importancia resaltar el ingenio femenino en la creación teatral dominicana, y vemos cómo la mujer consolida su sitial, no sólo como actriz y directora, sino también, como dramaturga y técnico del teatro.

¿Qué le ha aportado el teatro?
Amistades de la más alta calidad humana y profesional, la experiencia de estar en múltiples festivales de arte y cultura de este y otros países y el trabajo más digno y desprendido que puede existir, ser profesor. Pero también, ha contribuido a mi entrada en programas de formación académica de artes escénicas y de la interpretación cinematográfica, a los cuales sólo tienen acceso personas que puedan demostrar que han tenido una formación y experiencia teatral previa. Aquí resaltamos el “Laboratorio de Interpretación Cinematográfica, Labic,” dirigido por la profesora Assumpta Serna. También, haber trabajado con directores de cine de la estatura de Carlos Saura y Pedro Almodóvar, así como ser en su momento miembro de la Academia Cinematografía Europea. El teatro me ha dado la oportunidad y la dicha de codearme, en un ambiente educativo y de creación, con figuras del arte dramático, el cine y otras artes no sólo en el país, sino también.

¿Considera que hay suficiente cultura teatral en nuestra educación?
Sí, la hay. Esta cultura teatral en la educación dominicana tiene su génesis en la colonización que coincide con el Renacimiento. En ese primer contacto con el arte teatral europeo, la Hispaniola recibió figuras como la del gran dramaturgo Tirso de Molina que estuvo en la isla realizando labores formativas por dos años en uno de los viajes del Almirante. De hecho, tenemos referencias muy detalladas en libros como la Historia de la Cultura Dominicana de Mariano Lebrón Saviñón. La existencia del El Entremés de Cristóbal de Llerena y el romanticismo teatral criollo representado por la figura del patricio Juan Pablo Duarte y su trabajo en la dramática. Estos son algunos de los grandes referentes de cultura teatral en nuestra educación que toman mayor relieve con la creación de las Escuelas de Bellas Artes, a la que pertenece la Escuela Nacional de Arte Dramático. Ya aquí se institucionaliza la formación teatral, a partir del 1946, formando una gran gama de actores, directores, dramaturgos y maestros de teatro desde su creación hasta la fecha. Pero, también se extiende la cultura teatral a provincias y municipios del país a través de las escuelas de Bellas Artes.

¿Cree que el teatro debería ser una asignatura en primaria?
Vamos por parte. El teatro en sí es una especialidad con técnicas y estilos diversos que tienen sus complicaciones al aplicarlas. Por lo que serían necesarias unas horas de clases de importancia que afectaría todo el currículo del nivel primario y los objetivos neurálgicos de los primeros niveles de educación primaria no son el teatro, los objetivos son otros, como por ejemplo la alfabetización, entre otros. Pero también, es necesario un rango de edad acorde a conocimientos de mayor complejidad, ya que todo el arsenal de actividades pedagógicas del teatro y su rigor no pueden ser aplicados en los grados de la educación primaria. Todo esto les aburriría rápidamente.

¿A quién o a quiénes admira?
Tengo una admiración muy especial por todos aquellos que han sido mis maestros. Entre ellos hay una cantidad importantes que son y han sido figuras educativas y de la escena nacional, pero, mi mayor inspiración profesional la obtuve de quien considero mi principal tutor en mis años de estudiante universitario, este es Dionis Rufino, actor, director y maestro de teatro. Esa labor de educador permanente que ejerció sobre mí se hizo acompañar de un contante apoyo y de inclusión en lo creativo y laboral. Junto a Rufino, amigos, hermanos y compañeros del teatro, entre ellos la actriz y dramaturga Julissa Rivera y el maestro Marco Rodríguez, de quienes he recibido muchas cosas de calidad para mi carrera y mi vida.

¿Cómo elige las temáticas de las obras, están adaptadas al currículo escolar?
Nuestro currículo escolar en educación media, sí contempla temáticas para creación de la obra de teatro, y demás disciplinas artísticas, desde el aula. El mayor ejemplo son las Efemérides Patria, pendientes siempre de exaltar los símbolos patrios, la identidad del dominicano, los próceres, héroes y mártires, así como las grandes batallas que nos dieron la nacionalidad y la exaltación de lugares emblemáticos. Las temáticas para abordar el arte desde el aula están en el currículo nacional acompañando los criterios de desempeño y competencias que buscamos en nuestros alumnos.

¿Cuál sería el rol de las escuelas de arte en el desarrollo de sus alumnos?
Formar ciudadanos creadores sensibles y productivos de condición humana y profesional elevada. Las escuelas de arte tienen el rol de formar un artista que no sólo esté amparado por el talento o el dominio técnico de su profesión. Por lo tanto, las escuelas de arte deben apostar a una formación íntegra donde el artista también sea un investigador del arte. Los nuevos tiempos requieren que estas escuelas egresen un personal con salidas diversas y con titulaciones avaladas por sistemas escolares internacionales.

Normas
Nuestro currículo escolar en educación media, sí contempla temáticas para crear obras de teatro, y demás disciplinas artísticas, desde el aula”.

Opinión
El rol de las escuelas de arte es la de formar ciudadanos creadores sensibles y productivos de condición humana y profesional elevada”.

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