Elena Litvinenko nació en Moscú, Rusia. Sus padres eran profesores universitarios, así que heredó de ellos su vocación de enseñar. Pero el interés por el arte viene del lado de su mamá, con quien siempre visitaba museos y exposiciones en cada viaje que hacían. “Mi madre tenía muchos amigos artistas y me llevaba a sus talleres, donde podía observar todo el proceso de creación de una obra de arte”, recordó Litvinenko.

Asimismo, dijo que fue su mamá quien le habló sobre la idea de estudiar Historia del Arte como una carrera y a partir de ahí, todavía en bachillerato, comenzó a asistir a todos los cursos, charlas y conversatorios que ofrecían en su ciudad. “A partir de entonces esa ha sido mi profesión, la cual desarrollo desde hace años en el país”, expresó Litvinenko, quien es autora de varios libros, artículos, folletos y cursos didácticos. También, forma parte de la junta directiva de la Asociación Dominicana de Historiadores del Arte (ADHA).

¿Dónde estudió y con quién?


En los tiempos que estudié se llamaba Instituto Estatal de Artes de Kíev, ahora Academia Nacional de Bellas Artes y Arquitectura, NAOMA. Tuve muchos profesores, pero los que más me marcaron son Anna Zavárova, historiadora, investigadora y crítica de arte. Sus clases del arte ruso de los principios del siglo XX eran cautivantes, había un silencio absoluto en el aula para no perder ni una sola palabra; Vadim Klevaev, historiador y crítico de arte, poeta y traductor fue mi profesor del arte antiguo y asesor de mi primer trabajo de investigación sobre la tumba de Tutankamón. Platón Beletsky, miembro de las Academias del Arte y de las Ciencias. Tenía problemas de salud, entonces nos daba las clases de arte medieval en su casa.


¿Cómo se inició en esta carrera sobre historia del arte?

Llegué a la República Dominicana en 1986 recién graduada. Mi ejercicio profesional inició en el Instituto Técnico Superior Mercy Jácquez. Desde entonces he impartido asignaturas relacionadas con distintas manifestaciones artísticas: historias del arte, de la arquitectura, del diseño, de la moda, museología, museografía, entre otras. He sido docente de la UASD, APEC, Católica Santo Domingo, y en la actualidad imparto Historia y Fundamentos de Arte en INTEC.


¿Cómo cree que debería ser la formación del historiador del arte?

Debe ser una formación muy amplia y abarcar todas las épocas, áreas geográficas y manifestaciones artísticas. Un historiador del arte además debe tener conocimientos de historia general, sociología, arqueología, museología, religiones, mitologías… La lista es larga.


¿Qué opinión tiene usted sobre la investigación en historia del arte en RD?

Lamentablemente está muy por debajo de lo que uno quisiera. Y si es una investigación que tiene el propósito de culminar publicada sin contar con apoyo de una institución o un mecenas es prácticamente misión imposible. En mi experiencia personal, los libros que he publicado fueron gracias al apoyo de las universidades donde he sido profesora, específicamente la UASD y APEC.


¿Cómo cree que la tecnología afectará al fenómeno cultural?

Ya lo está afectando. Gracias al desarrollo de la tecnología nacieron nuevas formas de arte, como videoarte, arte digital. La difusión del arte se está haciendo cada vez más accesible, más amplia y democrática. Gracias al desarrollo tecnológico podemos viajar, visitar museos, asistir a conciertos, ver obras teatrales y películas sin salir de casa.


¿Cuáles cambios considera que han surgido en la historia del arte?

Un cambio significativo es el número de los historiadores de arte que va en constante aumento. Cuando llegué al país, éramos muy pocos, creo que no llegábamos a 10 y casi no nos conocíamos. Hoy día tenemos la ADHA en la que hay miembros de diversas nacionalidades: dominicanos, cubanos, rusos, franceses, venezolanos, norteamericanos y que tiene un amplio programa de actividades formativas, de investigación y de divulgación. Antes no había manera de estudiar la carrera de Historia del Arte sin salir del país. Desde 2005 contamos con la Licenciatura en Historia y Crítica de Arte que se imparte en la UASD, desde donde han salido 16 nuevos profesionales.

Libro Historia del Arte


¿Se puede vivir de esta profesión en el país, cómo considera el panorama?

Tengo más de 30 años viviendo de esta profesión, pero no ha sido fácil. El campo laboral es bastante limitado. Docencia, museos, galerías de arte, investigación… En mi caso, la docencia, lamentablemente es un área muy mal pagada. Para vivir de eso hay que tener una carga docente muy grande, y a uno prácticamente no le queda tiempo para otras actividades como investigación o curaduría.

En el campo pedagógico el panorama es un poco triste. La asignatura está incluida en la mayoría de los pensum de las universidades nacionales, pero la tendencia general es ir reduciendo la cantidad de créditos, disminuir la cantidad de niveles o en algunos casos eliminarla por completo.

Sin embargo, y por suerte, hay un gran público interesado en el tema, podemos darnos cuenta a través de la ADHA. Al momento de crear la asociación contábamos 23 miembros fundadores, hoy día tenemos nuevos integrantes en diferentes categorías: afiliados, amigos, socios corporativos.


¿Qué piensa del artista como actor social? ¿Cree que tiene la misión de ser un ente crítico?

Los artistas son, en cierto sentido, reflejo de su época, pero al mismo tiempo estimulan los cambios. A través de sus obras no sólo transmiten las emociones, sino también pensamientos, posturas e ideologías. El artista nos invita a reflexionar, a cuestionarnos, a conocer al otro, a reconocernos a nosotros mismos.


¿Cuáles desafíos enfrentan los museos en el mundo del arte?

Desde principios del siglo XX el museo comienza a ser visto como cementerio del arte. Pero ya en el XXI muchos han demostrado que no es así. Actualmente muchos son centros activos que tienen una amplia agenda de exposiciones temporales, actividades culturales y formativas. Uno de los desafíos para la mayoría de los museos dominicanos es la digitalización y la virtualización.


¿Qué es lo que más le gusta de su faceta de docente, cuál ha sido su experiencia más gratificante?

Aportar a la formación de los futuros profesionales, saber que lo que enseñas da sus frutos, saber de los éxitos laborales de mis exalumnos, recibir mensajes de ellos contando sobre sus viajes o pidiéndome consejos sobre qué museos visitar. Muchos de ellos se han convertido en amigos y muchos de ellos ahora son mis colegas.

Portada del libro «Historia de la Moda».

Opinión
El arte contemporáneo se ha alejado bastante de los tradicionales temas épicos, históricos, prefiriendo un enfoque más personal e íntimo”.

Gratitud
Los libros que he publicado fueron gracias al apoyo de las universidades donde he sido profesora, específicamente la UASD y APEC”.

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