Tiene ímpetu en la historia de la medicina, pero su mayor éxito es que permite ayudar a descubrir porqués básicos del reservado universo LGBTT como es la revelación de una persona de su preferencia sexual diferente al sexo con que nació.
Es su trama lo importante para debatir sobre todo acerca del crónico ambiente de violencia provocado por fobias hacia lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, verbigracia los crímenes de odio en RD que arroja estadísticas alarmantes, como es el caso de que la esperanza de vida, por ejemplo de un transexual que va de entre 17 años a no más de 30, en pleno siglo XXI; imagínese eso hace un siglo como vemos que se les tildaba de patologías mentales señalando demencia y en consecuencia eran sometidos a choques eléctricos por conjeturados trastornos mentales. Pues bien, el filme parte de una historia real, la del pintor danés Einar Magnus Wegener quien luego de casar con una pintora, tiempo después, un cierto día descubre sentirse más a gusto vistiendo ropas de su mujer a quien le sirve de modelo para ser dibujado al lienzo como dama. Con elegancia y alejándose de erotizar el evento, deconstruye para recomponer con todos los elementos el paso de un sentir y pensar como hombre a un creer y recapacitar y conducirse como mujer. Entonces es cuando va más allá y las consecuencias le son adversas, primero porque es tratado como un esquizofrénico o con doble personalidad y luego de tanto machacar en su obvia preferencia sexual se somete a un cambio de sexo con resultado trágico.

En la vida real, entró para la historia médica mundial como el primero a ser sometido quirúrgicamente en 1930, cuando Einar le pide al doctor Magnus Hirschfeld que transforme su sexo masculino en femenino. Lo fenomenal del filme es su fino tacto en presentar el relacionamiento hombre-mujer artistas, su con plots creativos, que actriz y actor ejecutan con donaire dándoles toques conmovedores en cada escena y, por momentos, repercute y demanda expresarse la esposa de aquel transexual al que no deja de amar por nada del mundo. El guión y la dirección dejan de lado ese peculiar apego y construyen una narrativa que sofoca y nos deja con ansias de conocer más de ella, y solo por ese detalle se cae al final, porque el filme se vuelve distante de nosotros. En Netflix con ese título.

HHHH Género: Drama LGBTT. Duración: 119 minutos.

Posted in Crítica Cine

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