Introducción

Es lema de los dominicanos heredado de Duarte y Los Trinitarios en el corazón del escudo dominicano. Es una frase de Jesús en el Evangelio (Juan 8, 32), que resulta molesta a los que viven doble vida, políticos u otros, que quisieran verla desaparecer con el escudo entero.

He aquí unas pocas reflexiones sobre la verdad de la libertad de ayer y de hoy.

1- Fiestas patrias
“Los dominicanos celebran varias fiestas patrias y conservan en su memoria y en su calendario otras fechas relacionadas con su libertad política: 27 de febrero, Día de la Independencia Nacional, frente a Haití; 16 de agosto, Restauración de la República, frente a España; 12 de Julio, Aniversario de la Desocupación del Territorio Nacional por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

Esos días recordamos gestas valiosas, que nos llenan de alegría y firmeza. También esos días, aunque de manera implícita y sin acentuación alguna, salen a relucir los daños que esos pueblos nos hicieron en el pasado.

Las generaciones actuales, por tanto, han de celebrar y perdonar, para que los recuerdos positivos nos animen en las dificultades y los dolorosos no reaviven rencores inútiles, cuyo único fruto sería perturbar unas sanas y necesarias relaciones actuales entre pueblos hermanos.

Hacer fiestas colectivas es más fácil que el perdón colectivo: este tarda más, porque las heridas duran más tiempo en sanarse y porque se hicieron a muchos.

Haití, a principios del siglo pasado, fue rico y “una potencia”. Fue solidario con otras naciones. A nosotros nos invadió y golpeó. Fue ilegal su presencia en la parte oriental de la Isla durante 22 años. Un hecho a perdonar en profundidad, aunque no fácil colectivamente. Se necesita tiempo. Los haitianos actuales no tienen que seguir pagando ya la factura y las culpas de sus antepasados.

Haití, a fines del siglo presente, es pobre y necesitado. Clama la solidaridad de las potencias de hoy y se la niegan. Una parte de su población es ilegal en el territorio dominicano, otra no.

Los dominicanos de hoy, en mejor situación que los haitianos, al celebrar sus fiestas patrias deben aprender también esta lección del pasado: en los tiempos buenos no golpear al hermano, porque ese hecho permanece en la historia y la herida tarda mucho en sanar. Las consecuencias las sufren los descendientes.

Los haitianos de hoy, por muy dura que sea su realidad actual, no pueden tapar los hechos pasados con un dedo. Ahí están. Ni tampoco resucitar el mito, aunque sea inconscientemente, de que “la parte oriental” es suya y a ella pueden entrar sin ningún tipo de exigencia.

A estas dos naciones, que comparten la Isla Hispaniola o Española, no les queda otro camino que el del perdón y la reconciliación; el del diálogo y el de la búsqueda de soluciones comunes; el del intento de urgir, juntas, la solidaridad internacional y el rechazar cualquier insinuación, por mínima que sea, de que la solución de nuestros problemas comunes está en la unificación de las dos naciones. Más tarde o más temprano todo esto será, en sus grandes líneas, el camino a seguir”.
(Tomado de mi libro Más allá de un momento, segunda edición, págs. 195 y 196).

2- Libertades de hoy
“Gracias a las luchas independentistas del pasado, hoy gozamos de una serie de libertades colectivas, que agradecemos y valoramos mucho, como son:

a) La libertad política: tenemos un gobierno dominicano constituido por dominicanos, tanto el Poder Ejecutivo como los poderes Legislativo y Judicial. Recordemos que tuvimos gobiernos francés, haitiano, español y norteamericano.

b) La libertad de expresión: podemos expresarnos libremente, sin restricción alguna, en todo el territorio nacional. De tanta libertad de expresión gozamos que, a veces, nos excedemos, incluso no llegando a respetar otros derechos individuales, como el derecho a la buena fama. Los gobiernos extranjeros y las dictaduras silencian la libertad de expresión.

c) La libertad democrática, que se manifiesta de manera particular en las elecciones, donde cada ciudadano elige libremente a sus gobernantes. En cambio, en los regímenes opresivos y dictatoriales, las elecciones, si las hay, son una farsa y una mentira.

d) La libertad religiosa, que respeta los diferentes credos y creencias; la libertad educativa, que permite a los padres escoger la educación deseada por ellos para sus hijos o la creación de universidades de diferentes signos; y otras libertades más, que consideramos no es necesario enumerar ahora”.
(Tomado de mi libro Salve, Padre de la Patria, primera edición, págs. 42 y 43).

3- Dependencias de hoy
“Sin embargo, a pesar de estas libertades enumeradas, si se pregunta a los dominicanos de hoy ¿qué otras liberaciones o independencias necesitaríamos en la actualidad?, oiríamos respuestas como estas:

a) Liberación del narcotráfico y de las drogas, que crean dependencias y sobornan o eliminan a sus opositores.

b) Liberación de la delincuencia y la violencia, que se cree dueña de vidas y bienes ajenos e infunde miedo y terror, igual que en las épocas de gobiernos extranjeros y dictaduras.

c) Liberación de la pobreza: la mitad de la población dominicana vive en pobreza y para muchos obreros la libertad va a consistir en aceptar cualquier tipo de régimen laboral o morirse de hambre. La emigración dominicana en el pasado estuvo marcada por razones políticas, huyendo de regímenes despóticos; hoy lo está por razones económicas.

d) Liberación de la deuda externa, que nos hace depender política y económicamente de organismos internacionales, igual que a principios del siglo XX con las deudas adquiridas por los gobiernos de la época, aunque hoy sin ocupación militar.

e) Liberación de la desigualdad en la distribución de las riquezas producidas por todos: con sus altas y bajas, a pesar de profundas crisis bancarias y de otros tipos, la macroeconomía dominicana crece y se puede medir el índice de su crecimiento; sin embargo, la brecha entre ricos y pobres también crece y no se sabe aún medir el índice de crecimiento o disminución de una equitativa distribución de las riquezas.

f) Liberación de la corrupción, que ha carcomido tanto la administración pública como privada y que está presente, de alguna manera, en las demás dependencias: el narcotráfico compra a quien sea; entre las causas de la pobreza está indiscutiblemente la corrupción, etc.

g) Si se observa atentamente, todas estas dependencias tienen que ver con el dinero. Nos falta, por tanto, aún la independencia económica o si se quiere decir de otra manera: Necesitamos liberación de la dependencia del dinero, del apego desordenado a él y de su uso abusivo y arbitrario”.
(Tomado de mi libro Salve, Padre de la Patria, primera edición, págs. 43 y 44).

4- Los nuevos patriotas

“Los nuevos patriotas, porque tienen que surgir necesariamente, para las nuevas independencias que necesitamos, serán otra vez, aquellos que no piensen sólo en ellos, que tengan fe en que un cambio es posible y que manejen la verdad como camino de libertad. He aquí un grupo de ellos:

a) Las familias, enseñando, con palabras y ejemplos, la verdad sobre todo ser humano: Las personas valen por lo que son, no por lo que tienen.

b) Los maestros, aceptando como una verdad clara, que sin maestros con mística no hay verdadera educación y sin educación no se alcanza ninguna libertad.

c) Los comunicadores, convirtiéndose en incuestionables abanderados de la verdad y de la libertad de los pueblos, como han sido sus más gloriosos antecesores.

d) Los políticos, pensando más con mentes de estadistas en planes y soluciones duraderas que en el inmediatismo de ganar unas elecciones con promesas sabidas falsas de antemano.

e) Las organizaciones de la sociedad civil, asumiendo el rol que les corresponde de proteger las libertades individuales y recordar al Estado, en sus diferentes poderes, la verdad de su misión: Estar al servicio del bien común.

f) Las organizaciones religiosas, testificando con sus enseñanzas y ejemplos, que el camino de Dios y el centro de sus intervenciones son el ser humano, su dignidad y sus valores.

g) Los jóvenes, “dulce esperanza de la Patria mía”, como decía Duarte, encendiendo sus mentes y corazones con la llama de la auténtica libertad; y lo harán el día en que tomen conciencia del esclavizante apego al dinero de la cultura actual; y, como Duarte, al tomar conciencia de su dependencia política del gobierno haitiano, se sintió avergonzado, se sientan ellos igualmente avergonzados de las dependencias actuales; y se comprometan a darlo todo por el conjunto de independencias económicas, tal y como él, con los Trinitarios, lo hizo por la independencia política”.

(Tomado de mi libro Salve, Padre de la Patria, primera edición, págs. 44 – 46).

Conclusión
CERTIFICO que los contenidos de mi trabajo fueron extraídos textualmente de mis libros “Más allá de un momento” y “Salve, Padre de la Patria”.

DOY FE en Santiago de los Caballeros, a los veinticuatro (24) días del mes de febrero del año del Señor 2021.

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