Aparentar estar bien es una de las estrategias más utilizadas por los seres humanos con el único fin de congraciarse con todos. Un “abrazo es un excelente medio de comunicación que no necesita ser hablado ni expresado a través de las palabras”, y en la política es un arma muy poderosa para menguar una tormenta. Es por esto que luego de la entrega que hicimos la semana pasada sobre la situación del PLD, y los abrazos que se han intercambiado Danilo Medina y Leonel Fernández, nos pareció interesante investigar sobre cuáles políticos han tenido la misma situación y he aquí lo que encontramos y preparamos para ustedes.

Es bien sabido que desde los inicios de la República Dominicana y Haití, sus relaciones diplomáticas han pasado por períodos de tensiones, a pesar de que comparten una misma isla. Sin embargo, en abril del 1952 durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, su hermano, el general Héctor B. Trujillo Molina, quien se desempeñaba como Secretario de Guerra, Marina y Aviación y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y a la vez candidato presidencial del país, fue invitado a la nación vecina, visita que tuvo una duración de cuatro días en la ciudad de Puerto Príncipe.

En su estadía recibió una cálida demostración de afecto por la nación haitiana y la hospitalidad del presidente Paul Magloire con quien tuvo el encuentro. Al culminar su visita en Haití, fue despedido por Magloire en un lugar llamado Damién con un fraternal abrazo que marcaba unas buenas relaciones y armonía entre los dos pueblos para esa época.

Por otro lado, encontramos en nuestros archivos una enemistad o desacuerdo entre Joaquín Balaguer y Francisco Augusto Lora, presidente y vicepresidente, respectivamente, en 1969, quienes se presumía que tenían relaciones armoniosas y que se trocaron en diferencias por el hecho de que entre ambos se había acordado que Balaguer ocuparía la primera magistratura por el período 1966-1970 y Lora sería el candidato por dicho partido para el siguiente período presidencial. Balaguer, sin embargo, había decidido no darle paso a quien había sido su amigo y compañero de partido, y por lo tanto no honró el pacto al que habían llegado. Así se inició la racha reeleccionista del eximio cultivador de este procedimiento que se mantuvo en el poder por doce años. Francisco Augusto Lora había sido un enemigo de la relección y lo demostró en una reunión que organizó su partido, en julio del 69, en la que dijo: “Quiero expresar a toda la opinión pública dominicana que la posición de principio que he mantenido con toda responsabilidad dentro del Partido Reformista, no ha experimentado ninguna variación”. ¿Lora hubiera estado de acuerdo con la no reelección de haber sido él el presidente?
Finalizada la reunión ambos líderes estrecharon sus manos y se dieron un ¿afectuoso? abrazo, entre aclamaciones de sus simpatizantes cuando ellos estaban en el balcón de la casa nacional del Partido Reformista. Poco después, Lora fundó el Movimiento de Integración Democrática, Antirreeleccionista (MIDA), que en 1970 enfrentó sin éxito a Joaquín Balaguer.
Este partido desapareció al final de los años 80, siendo Balaguer presidente de nuevo, y entonces se dieron un real abrazo: Lora aceptó una posición en el gobierno…

Otras personalidades que también se sumaron a los ‘abrazos públicos’ fueron Guarionex Lluberes Montás, quien ostentaba el cargo de síndico del Distrito Nacional en 1969 y el presidente de la Comisión Hípica Nacional (CHN), Sommer Carbuccia. Todo inició cuando Carbuccia formuló una serie de acusaciones en contra de Lluberes, e indicó su intención de renunciar a la presidencia de la CHN, momento que aprovechó para participar al síndico que si se sentía ofendido por sus denuncias estaba disponible para responderle, pero “en el campo del honor”. La propuesta fue aceptada por Lluberes con ciertos requisitos de índole personal y moral. El enfrentamiento no se llegó a dar, gracias a la intervención del gobernador del Distrito Rotario 406, Leónidas Heyaime, que encabezó una comisión de rotarios para resolver el conflicto.

De su parte, Carbuccia pidió excusas por las palabras dichas sobre el síndico y calificó de “improperios” sus propias declaraciones formuladas a la prensa y agregó que las hizo en “un instante de exaltación”. Lluberes agradeció el gesto del Club Rotario por intervenir y solucionar la situación. Finalmente, el asunto se resolvió con un ‘fraternal abrazo’.

También una situación de conflicto se produjo entre Federico Antún, cónsul general de la República Dominicana en Nueva York, quien hizo un comentario negativo sobre la embajadora dominicana ante las Naciones Unidas y delegada de la Dirección de Turismo en esa ciudad, Quisqueya Damirón de Alba.

Las diferencias que existían entre los diplomáticos surgieron por un comentario que hiciera Antún sobre la señora Damirón, al decir que ella tenía cierta animadversión hacia él, porque éste la había sucedido en el cargo, aunque lo cierto es que la embajadora nunca había expresado públicamente ninguna opinión sobre el tema.

La reconciliación se produjo durante una fiesta a Minerva Bernardino que organizó la compositora Mercedes Sagredo junto a su esposo Carlos Rincón, en su residencia de Jackson Heights, en el condado de Queens, Nueva York. En este lugar, Damirón y Antún se dieron un abrazo cordial y así dieron por terminado su hostilidad.

Queda claro que un abrazo puede dirimir cualquier tipo de situación entre dos o más personas. Aunque no siempre éste dé resultados positivos, es muy utilizado no solamente en nuestra sociedad. Un abrazo de paz es un arma mundial. Pero, ¿en realidad un apretón de manos o unas palmadas de espaldas pueden resolver un conflicto…? Eso solo lo puede saber quien lo ha vivido.

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