La ballerina María Emilia García lleva 12 años en la compañía principal del país, el Ballet Nacional Dominicano

La bailarina María Emilia García vive con la satisfacción de saber que hace lo que le gusta y vive del arte. La caracterizan la fortaleza física y la pasión espiritual. Está formada profesionalmente en Coreografía y Técnicas de Interpretación, pero su pasión no se limita solo a danzar, también explora otros campos artísticos, como el teatro y el cine, otras dos ramas que se atrevería a decir le apasionan tanto como el quinto arte.

Actualmente trabaja para el Ballet Nacional Dominicano, la compañía danza clásica más importante del país, a la que lleva 12 años dedicándole su talento, y desde el tiempo que tiene ya desarrollándose en este mundo, considera que “la sociedad aún no está preparada para este tipo de carrera”.

En una entrevista especial para periódico elCaribe, María Emilia conversó acerca de los retos a los que se enfrenta el bailarín en República Dominicana, señalando principalmente, la perspectiva y valoración de parte de la sociedad sobre la danza profesional, evidenciado en muchas ocasiones a través de comentarios denigrantes y con intención de minimizar o quitar seriedad a la carrera.

“La sociedad no está preparada para esta carrera, o para ver personas que dediquen su vida a la danza. Lo ven como algo que no requiere ningún tipo de estudio, nos ven como personas ignorantes. Y todo lo contrario, la danza es una carrera de mucho entrenamiento físico y mental, requiere un estudio, hay que tirar muchas páginas para la izquierda”, explica García quien se siente privilegiada porque siempre tuvo el apoyo de su familia, que le inculcó desde muy joven que también había que estudiar.

El compromiso de ir fomentando en la sociedad una cultura de apreciación a las artes, no es solo de los artistas en general, que se esfuerzan por comunicar a través de su trabajo, la importancia que tienen estas carreras, asegura. El mensaje, también deben enviarlo las autoridades a través de sus aportes y grado de prioridad que otorguen, especialmente en la educación, según explica María. Esto se ve reflejado a nivel superior: “en la universidad, ni siquiera tenemos este tipo de educación artística, vamos a decir humanidades, porque al final las artes son humanidades, si no es arquitectura y ahora cine, o teatro en la UASD, nuestra sociedad no está preparada para este tipo de carrera”, sin perder la esperanza en que “poco a poco, irá abriendo ese camino”.

“Necesitamos mucho apoyo, sobre todo del Estado, cuando el Estado de verdad se dé cuenta que el arte es la vía de la educación y de la humanización, vamos a dar en el clavo. Hace falta mucho apoyo, tenemos tres compañías de danza, somos un país privilegiado, pero a esas tres compañías de danza, hay que darle seguimiento y hay que lograr que esas compañías, lleguen a las masas”, indicó.

Durante la entrevista destacó que las escuelas de danzas en el país, tanto públicas como privadas, “están 1 A”, pero ante la brecha de que los estudiantes cuando se gradúan, no tienen donde trabajar, sugiere como solución prestarle atención cuanto antes al tema de la ocupación.

La danza es mi medio de comunicación

Si para un periodista el encargo es hacer que las informaciones sean digeribles, lo mismo es para un bailarín, cuyo trabajo es hacer que danzar parezca fácil. Para María Emilia cuando el espectador ve el baile fácil y bonito, significa que “ese es el bueno, ese es el bailarín que logra conectar”.

Lo que la inspira a bailar, es el hecho de utilizar la danza “como un medio de comunicación” y a través de ese lenguaje, hablar de lo que pasa a su alrededor.Los pequeños detalles, son las cosas que alimentan su proceso de creación.

“Me inspira mucho la filosofía, me inspiran mucho las personas que tengo alrededor, lo que está pasando socialmente, mi manera de ver el arte y de crear. Por ejemplo, yo escribo. Tengo como 200 poemas ahí guardados, de esos yo tomo uno, que muchas veces son críticas sociales y las plasmo en el escenario, en mi danza, a través de la música del sentimiento. Pero sí, vamos a decir que las cosas que pasan a mi alrededor, los pequeños detalles, me inspiran”, comentó la también coreógrafa.

Vivir del baile

María Emilia cuenta que desde su experiencia para ella no ha sido difícil, pero tampoco fácil. Se siente privilegiada de pertenecer a una de las tres compañías de danza que existen en el país, sin dejar a un lado que la realidad de otros bailarines no es la misma.
Hace énfasis en que lo que más le ha ayudado es el hecho de que es “una persona súper positiva y con muchas esperanzas”.
“Cuando hay motivación, amor y pasión”, al final sí se puede vivir del baile.

Para aquellos jóvenes que aspiran a iniciar una carrera profesional en la danza el mensaje de parte de María Emilia es que eso es “tan fácil como ir a la Escuela Nacional de Danza y hacer la audición, que vale la pena perseguir sus sueños, vale la pena vivir de lo que uno ama. Eso no tiene precio… hay que lograr vivir de lo que uno ama, para que el trabajo no sea trabajo, que sea diversión. !Sigan sus sueños!”.

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