Juliana es swing y sabor. Es fuerza y mambo. Una de las voces más potentes del género al que pertenece, que a pesar de estar cumpliendo tareas relacionadas a la política en los últimos años, no ha abandonado el arte y tampoco pretende hacerlo.

Desde del Congreso, directamente al programa Famosos Inside con Alfonso Quiñones, vestida como diputada incluso, la merenguera habló sobre su reintegración en la música, que llega con su más reciente sencillo “Nos Fuimos”, más una producción musical en la que trabaja y con la que busca mantener viva su carrera artística. “Tenía que regresar, ya era momento, ya tenía que estar dejando de poner excusas”.

Acerca del disco, explicó que se trata de una carta de presentación que la conectó con sus inicios en 2006. “Un tema fresco, rápido, movido”, y un disco con el que busca catapultarse a lo internacional.

El regreso de La Reina del Mambo a la industria tiene a la artista muy contenta y nerviosa a la vez, eso, debido a que en esta ocasión, “regresó a un medio diferente, con personas diferentes, muchos negocios que ya no están y muchos espacios televisivos han desaparecido”. Pero esos cambios no la preocupan. Juliana es como un ave fénix. Muchos la conocen como “La Guerrera” porque luchó contra la misma batalla tres veces a lo largo de su vida. La primera lucha contra el cáncer la ganó cuando apenas era una niña, la segunda vez que le dio, tenía 25 años y la tercera vez, fue hace tres años cuando tenía 34.

“Ha sido bastante complicado, pero agradecida con Dios y con la vida porque estamos aquí. Cojeando, pero estamos aquí”. El tema de su orquesta es de preocupar, aunque está trabajando en ello y confía en el proceso. Cuenta que lo que lo hace más difícil es la reciente y desafortunada muerte de su manager y el hecho de que muchos de sus músicos están con otra orquesta. Pero dice que para armar su banda, con la que tocará meramente merengue, se está tomando su tiempo y espera estar en la calle “para finales de octubre”.

Escena cultural

Desde ambas facetas, su política y la artística, comparte una preocupación: la escena cultural actual. “Es deprimente”. Lamento mucho decirlo, porque así lo percibo. No siento ese a Ministerio, ignoro, si es que están haciendo actividades secretas o que casi no le dan publicidad, pero entiendo que deberían tener más participación y más en una época donde tenemos tanto riesgo de perder nuestra verdadera identidad. Tenemos muchas culturas de otros países que están llegando al nuestro”. Eso trae como consecuencia, “la transculturación con la que se están adoptando costumbres y temas que no son de este país”.

“Nuestros barrios y nuestras provincias necesitan sentir el orgullo de pertenencia de nuestra cultura, de nuestra música, de nuestra gastronomía, de nuestra independencia, de nuestros diablos cojuelos, de todo lo que represente nuestra República Dominicana y lamentablemente, Juliana, yo personalmente no lo estoy sintiendo”, indicó.

Para esto sugiere organización, indicando que mientras haya muchos grupos en busca del mismo objetivo no se va a alcanzar la meta. “Tenemos que unirnos porque lamentablemente sino es así no lo lograremos”.

Influencias

Habló sobre la influencia de la música urbana y la normalización del contenido explícito. “Antes decían una mala palabra delante de uno y uno se escandalizaba pero ya se ha normalizado y eso tan peligroso. Tenemos niños de 3 y 4 años cantando cosas y mencionando palabras y actos que ni ellos mismos saben lo que están cantando”.

A la institución encargada de supervisar la difusión de ese contenido, es decir, la Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonías advirtió que deben ser más operantes. “Entiendo que la parte de la viralidad a nivel digital ellos no tienen como controlarla pero también es cierto que tenemos emisoras que usted la escucha a las 12 del día con unas letras que eso es increíble”, culminó.

Casa de acogida Faces

Juliana hizo un llamado al presidente de la República, a la primera dama y a todo el que pueda donar, a aportar un granito de arena para apoyar la Fundación Faces, que se encarga de darles estadía a las personas que vienen de los pueblos a Santo Domingo a tomar quimioterapia o tratamientos afines. “Imagínese que usted viva en Higüey y tenga que venir a la capital todos los días a darse quimio. En esta casa que se llama Faces, a usted lo reciben, le dan albergue y es totalmente gratis”.

Está constituida desde el 2011. Sobrevive del cheque de la presidenta de la fundación y de las donaciones que hacen algunas personas. “Pero hace falta que el Estado también lo asuma porque no tienen otro proyecto igual. Le hemos dado el espaldarazo esperando lograr comunicación con el Presidente porque hay muchas fundaciones que solamente son nombres y no trabajan y hay otras que están trabajando y les están disminuyendo el presupuesto”.

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