El concierto de la primera edición del Festival Lírico del Caribe 2021 abrió una plataforma necesaria para estimular el intercambio cultural entre naciones de la región y, de paso, promover el talento y la creatividad de los jóvenes apasionados por la música lírica.

En el marco de la celebración del Día de Europa, el Ministerio de Cultura, la Delegación de la Unión Europea en la República Dominicana y la Fundación Sinfonía, los cantantes seleccionados exhibieron lo mejor de su arte en la gala celebrada en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional “Eduardo Brito”, en la que estuvieron acompañados por la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de la República Dominicana, dirigida por los maestros Alberto Rincón, titular de la misma, y el maestro Darwin Aquino.

“Felicitamos a la Unión Europea en esta celebración del Día de Europa. Para el Ministerio de Cultura es un honor contar con el apoyo de la Delegación y la Fundación Sinfonía para promover este talento y creatividad de los jóvenes apasionados por la música lírica”, destacó la ministra de Cultura, Carmen Heredia.

La cantante de Guyana Francesa Marie-Laure Garnier abrió el exquisito repertorio con Tannhauser: ‘Dich, Teure halle’, una de las grandes obras de Richard Wagner, y casi al final del recital regresó para interpretar la popular “Habanera” («L’amour est un oiseau rebelle»), un aria perteneciente a la ópera Carmen, de Georges Bizet, compuesta en 1875.

También de esta ópera de Bizet, a Joé Bertili (de Guadalupe) le quedó muy bien “Votre toast”; lo mismo cuando puso su voz a “Se vuol ballare”, de la obra Le nozze di Figaro, de Wolfgang Amadeus Mozart.

El rico programa incluyó, además, a las interpretaciones de la puertorriqueña Celia Sotomayor: Voz del güiro, de la obra Cinco canciones antillanas, del compositor y guitarrista clásico Ernesto Cordero, y de Gioachino Rossini eligió la aria “Cruda sorte” (L’italiana in Algeri). Al cubano Frank Ledesma le tocó brillar con “Vivi, tiranno!” (Rodelinda), de Georg Friedrich Händel, y más tarde regresó para hacer gala de sus orígenes con “La canción del esclavo”, de la obra Cecilia Valdés, de Gonzalo Roig, uno de los pioneros del movimiento sinfónico en Cuba.

Valérie Brutus representó lo mejor de Haití con “Erzulie Malade”, una pieza folklórica, y replicó su encanto en “Il bacio”, del compositor, director de orquesta y violinista italiano Luigi Arditi.

La representación dominicana llegó con José Heredia, montado sobre “La donna è mobile”, de la obra Rigoletto, de Verdi, y volvió a encantar con “Una ilusión”, extraído de la base de bolero dominicano. La estampa cubana regresó a escena con Héctor Rodríguez, a quien la orquesta acompañó en “E lucevan le stelle” (Tosca), del italiano Giacomo Puccini, y “No puede ser” (La Tabernera del Puerto), del español Pablo Sorozábal.

Para finalizar el recital, un dúo de tenores se encargó de “O sole mio” (E. di Capua), y entre todos combinaron sus voces para “Non ti scordar di me” (E. de Curtis) y “Brindisi” (de La Traviata, de Verdi).

Respaldo de autoridades

La gala del domingo fue encabezada por Carmen Heredia de Guerrero, ministra de Cultura; Gianluca Grippa, embajador de la Unión Europea en la República Dominicana; Margarita Miranda de Mitrov, presidenta de la Fundación Sinfonía, y Desirée Logroño, vicepresidenta de Relaciones Institucionales de Altice. También, presenciaron el concierto el ministro de Industria y Comercio, Víctor (Ito) Bisonó, en compañía de su madre, Ivonne Haza; la ministra de la Mujer, Mayra Jiménez; el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Miguel Ceara Hatton, y el viceministro de Política Exterior Bilateral, José Julio Gómez, en representación del canciller Roberto Álvarez.

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