“Mi padre, que desde este momento está dirigiendo voces celestiales, ¡gracias por tanto!”. Así despidió José E. Delmonte a su progenitor, el maestro de generaciones José Delmonte, músico, cantante, y reconocido creador y director de masas corales.

El artista, quien fue director general de Bellas Artes y subsecretario de Educación, murió en la madrugada de ayer miércoles en su residencia. Tenía 86 años.

Los restos de este ícono del arte dominicano son velados en la funeraria Blandino, de la Av. Abraham Lincoln. Hoy se realizará una misa de cuerpo presente, a partir de las 10:00 de la mañana.

La Dirección General de Bellas Artes y el Coro Nacional Dominicano lamentaron profundamente el fallecimiento de este ícono del arte dominicano. “Su legado permanecerá siempre en la memoria histórica cultural del país”, expresó la entidad en un comunicado.

También, la exministra de Cultura y crítica de arte, Carmen Heredia, dijo que “la música, el canto, están de luto”. “Descansa en paz, José Delmonte, mientras los coros cantan en tu despedida final. Tu legado como fundador y director del coro de la Catedral Primada de América, los coros de las instituciones militares y otros más, permanecerá por siempre”, expresó a través de las redes sociales.

José Enrique Delmonte Peguero nació en Santo Domingo, el 18 de junio de 1935, hijo de Ramón Alberto del Monte Gautreau y de Beturia Emilia Peguero Matos. De padre y madre fueron seis hermanos. Realizó sus primeros estudios musicales en la Escuela Elemental, los que continuaría en el Conservatorio Nacional de Santo Domingo, donde obtuvo el título de profesor de Música en 1966.

En 1968 y 1971 participó en el primero y segundo curso de dirección orquestal, que dictó en el Palacio de Bellas Artes de Santo Domingo el maestro español Enrique García Asencio. En 1970 participó en el curso internacional de Formación de Dirección de Coros, que dictó en el Conservatorio de Venezuela el profesor Arpach Darabs, catedrático de la Universidad de Colombia.

Delmonte fue director del Coro Nacional durante 14 años y fundó el coro de guardiamarinas de la Escuela Naval de la Marina de Guerra, en la Academia Militar de las FF.AA., Batalla de las Carreras; el coro femenino de la Policía Nacional; el coro de niños del Instituto San Juan Bautista, entre otras agrupaciones.

“Soy el creador de los coros militares. El primer coro militar hizo su debut el 15 de abril 1972. Después, cuando se hizo el primer año mixto de todos los cadetes juntos, yo formé el Gran Coro de Cadetes Mixto, es decir, de las diversas instituciones castrenses. Eso fue en 1972”, recordó en la entrevista 10 Momentos de elCaribe (12 abril, 2017).

Para los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, preparó un coro de 300 voces, y en 1992, para la misa celebrada por su santidad Juan Pablo II en Santo Domingo, trabajó con una masa coral de 500 voces. Fue maestro de capilla de la Catedral Primada desde 1952 y fundó en 1988 el coro de dicha institución, con el cual se presentó con gran éxito en diversos escenarios, incluidas sus muy aplaudidas participaciones con la Orquesta Sinfónica Nacional, en la que interpretó las danzas polovetsianas de la ópera El príncipe Igor, de Borodin.

En el año 1954, el arzobispo Octavio Beras designó a Delmonte como maestro de capilla de la catedral. Luego, cuando alcanzó el grado de cardenal, lo designó maestro de capilla cardenalicia.

“Para ese entonces, yo tenía un coro en la Iglesia del Carmen, que era una iglesia sufragánea de la Catedral y monseñor Pérez Sánchez era el párroco de las dos”, recordó Delmonte en una entrevista para elCaribe en 2017.

Sus dos grandes amores: la familia y la música

Delmonte fue el gestor de los Conciertos de Navidad en el Palacio Nacional, cuando Antonio Guzmán llegó al poder. También dirigió los desaparecidos premios El Dorado. Como compositor, Delmonte escribió varias piezas, tanto religiosas como profanas. Por su labor, le fueron conferidas diversas distinciones.

En el plano familiar, procreó dos hijos con Milagros María Soñé Mercedes, quien falleció en diciembre de 2012. Estuvieron casados durante 49 años y 10 meses. “Milagros y yo nos amamos demasiado”, así la recordaría cuatro años después de su muerte en una entrevista con elCaribe.

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