Rosa Méndez es directora Administrativa del Despacho y Presidenta del Comité de Compras del ADN

Para Rosa Pastora Méndez Méndez una de las experiencia más importantes es ser parte de un gobierno y de haber manejado “tanto dinero cuando frente a la Tesorería Nacional y que “nadie pueda decir que toqué ni un solo centavo”.

Expresa que como mujer y profesional siempre fue tratada con respeto y consideración, lo cual se ganó a base de un buen desempeño a la hora de gestionar con pulcritud los ingresos percibidos por el Estado.

Recuerda que empezó a involucrarse en trabajos sociales y políticos a partir de 1998, a través de la Fundación Mujeres por la Educación, fundada por Peggy Cabral y un grupo de damas del entorno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

 “De mi gestión en la Tesorería Nacional guardo recuerdos inolvidables, como es la relación cercana con el expresidente Hipólito Mejía, de quien siempre recibí un trato especial”, recordó Méndez, quien desempeñó el cargo de Tesorera Nacional, siendo la única mujer que ha ocupado esa posición durante los 92 años de existencia de esta institución”.

1- Niñez en Gurabo

Nací en Gurabo, Santiago, el 6 de agosto de 1945, mi hermana Lourdes, a quien quiero muchísimo, me lleva 7 años. Yo vivía con mis padres Juan Antonio Méndez y Rosa Eugenia Méndez, porque mi hermana se fue a vivir con mamá Fefa, nuestra abuela materna para seguir los estudios, porque en Gurabo solo había escuelas hasta el 4to. de primaria.

En Gurabo tuve una niñez sumamente feliz. Como vivía con mis padres todas las atenciones eran para mí. Recuerdo que ellos tenían caballos y los montaba, jugaba mucho con mis primos y primas, Víctor Méndez, Simón, Violeta, entre otros.

Nos divertíamos mucho, por la noches salíamos a visitar a los tíos que vivían cerca, compartíamos mucho entre todos nosotros, realmente fue una niñez muy linda, éramos una familia muy unida. Cuando terminé el 4to. de la primaria me trasladé a la casa de mi abuela y mis tías en Santiago para continuar mis estudios”.

2- En casa de la abuela

Me fui a vivir a casa de mi abuela y mi tía para poder seguir los estudios. allá, además de mi hermana estaban mis primas Rosa Gómez, María Teresa Gómez y Violeta Méndez que éramos como hermanas. Nosotras éramos muchachas muy dóciles para no darles mortificaciones a la abuela y a las tías.

Estudié la primaria en el Colegio Salvador Cucurullo, que en Santiago le dicen La Escuela Anexa. El bachillerato en el Liceo Secundario Euclides Francisco Espaillat. Cuando iba a entrar cuarto de bachillerato, mis padres, que vivieron tanto tiempo sin nosotras, ya que solo los visitábamos los fines de semana se mudaron a Santiago, compraron una casa allá.

De ahí en adelante mi hermana y yo vivimos junto con ellos. Esa dedicación de mi abuela y tías fue algo extraordinario y nosotras siempre agradeceremos ese gesto tan desinteresado de ellas y que marcó el futuro de todas nosotras”.

Me gradué de bachiller en Ciencias Sociales en 1962, como en ese tiempo allá no había universidades, hice un Secretariado y Contabilidad en la Academia Santiago, que era una institución muy respetada”.

3- Deportista

Siempre me gustó el deporte. De muchachas mi hermana y yo jugábamos pelota y voleibol, pertenecíamos al equipo de softball femenino de Santiago. Recuerdo que siempre se hacían torneos con otros equipos de Puerto Plata, Valverde, Mao, Bonao, entre otras provincias del país, donde quiera que íbamos a jugar ganábamos el partido, teníamos muy buen equipo de jugadoras. El equipo estaba bien dirigido, recuerdo que el instructor era Felucho López, muy buena gente. Esa fue una época maravillosa que duró dos años más o menos en la que mi hermana y yo practicábamos esos deportes”.

4- Primer trabajo

En 1963 entré a trabajar en Industrias Asociadas C. x A. (INASCA), una empresa fabricante de plásticos. Ahí me desempeñé en las funciones de compras nacionales e internacionales y contabilidad. También, como secretaria personal de su presidente, el señor Luis B. Crouch. Él fue como un padre para mí.

Nunca olvidaré el buen trato que recibí siempre de su esposa doña Mariana y de sus hijos. Siendo su secretaria, tuve la oportunidad de conocer de cerca cómo un grupo de empresarios de Santiago. Entre ellos don Luis, Alejandro Grullón, Tomás Pastoriza, Arturo Grullón, Víctor Espaillat, Sebastián Mera y muchos otros ciudadanos ilustres que habían fundado en 1962 la Asociación para el Desarrollo Inc. desarrollaron tantos proyectos importantes como el Instituto Superior de Agricultura, hoy Universidad ISA, la Zona Franca de Santiago, el Plan Sierra en San José de las Matas, la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, así como innumerables iniciativas que convirtieron a Santiago en una de las provincias más progresistas en el país.

En 1968 la empresa me envió a la Universidad de Georgetown, en Washington D. C. para perfeccionar el inglés, aunque me había graduado en el Centro Cultural Dominico Americano en Santiago, me hacía falta la práctica del idioma. En INASCA trabajé 37 años, desde 1963 a 2000”.

5- Llegada a Santo Domingo

En 1970, INASCA se trasladó a Santo Domingo, entonces vine a vivir a la ciudad junto a mi madre y mi hermana. Aquí seguí trabajando y estudiando. Recuerdo que desde que llegué me puse a estudiar francés, me gradué en la Alianza Francesa, también realicé estudios de Educación Continuada en la Universidad Católica Madre y Maestra, tomé unos cursos que ofrecía la universidad en temas de economía, relaciones humanas, entre otros.

En 1974 me casé con Marcelino Fondeur, con quien compartí por más de 30 años de matrimonio. Tuvimos tres hijos maravillosos: Marcel, Giselle y Ariel y entre los dos les dimos una educación tanto hogareña como profesional de la cual me siento muy orgullosa. Tengo cuatro nietos Rafael David, Gabriel, Diego y Anne Marie que son mis amores”.

Pastora Méndez junto a sus hijos Marcel, Giselle y Ariel Fondeur Méndez.

6- Trabajos sociales

A partir de 1998 me involucré en trabajos sociales y políticos con Peggy Cabral en la Fundación Mujeres por la Educación. Es una institución sin fines de lucro que a través de sus escuelas laborales enseña a mujeres de los barrios marginados para que aprendan algún oficio que les permita ganarse la vida de manera digna.

Adquirí una gran experiencia en esos años con Peggy y el grupo de damas con las que trabajaba, entre ellas Diana de Porcella, Fantina Sosa, Zoila de Torres, Altagracia de Marcano, Trinidad Rufino, Giovanna Caputo, Rosa de Messina, entre otras.

De la política aprendí mucho con Ana María Acevedo, una mujer excepcional en la que el doctor Peña Gómez confiaba plenamente, y a quien debo mis conocimientos sobre esa ciencia tan compleja.

Ella fue mi maestra y mi hermana. Sigo colaborando con la fundación, soy su vicepresidente, que en la actualidad, además de sus escuelas laborales, imparte clases de manera gratuita a los presos en nuestras cárceles hasta que obtienen su título universitario”.

7- Admiración por Peña Gómez

Siempre sentí una profunda admiración por el doctor Peña Gómez, eso me llevó a incursionar en la política. Como miembro del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), tuve la oportunidad de participar a través de la Federación de Mujeres Socialdemócratas (FEDOMUSDE), que agrupaba a una gran cantidad de mujeres de ese partido, y comencé a aprender sobre el compromiso que se asumía al ser parte de una institución partidaria.

En 1999 pasé a formar parte del equipo de Hipólito Mejía, quien aspiraba a la presidencia de la República por el PRD, fui una de las 8 personas que fundaron el Proyecto Presidencial Hipólito (PPH).

Mi participación en la campaña a tiempo completo fue con el equipo de finanzas en el área administrativa y contable. Cuando Hipólito ganó las elecciones en 2000, desempeñé como Tesorera Nacional durante 4 años, siendo la única mujer que ha ocupado esa posición durante los 92 años de existencia de esta institución”.

8- Importante experiencia

Trabajar con un presidente de la República fue una experiencia muy importante para mí, sobre todo con alguien como Hipólito Mejía, que por ejemplo nunca me pidió hacer un cheque para nadie cuando fui Tesorera.

En 2005, acompañé al expresidente Mejía, a Ana María Acevedo y a Peggy Cabral en la fundación del Instituto de Formación Política Dr. José Francisco Peña Gómez, una institución sin fines de lucro para educar de manera gratuita a los jóvenes en política y ciudadanía, sin importar su filiación partidaria. Ahí he laborado desde entonces como directora Administrativa.

En el Partido Revolucionario Moderno (PRM), en el que milito desde su fundación, pertenecía al Comité Ejecutivo Nacional y recientemente me nombraron en la Comisión Nacional de Asesores”.

9- Gran colaboradora

Cuando David Collado ganó las elecciones para alcalde de la capital en 2016, me pidió que lo acompañara a formar parte de su equipo. Desempeñé el cargo de Tesorera de la Alcaldía durante 4 años, en esa posición pude colaborar con el buen funcionamiento de la alcaldía y en el uso transparente de los recursos. En la actualidad, tengo el orgullo de formar parte del equipo que acompaña a Carolina Mejía Gómez desde el inicio de su gestión como alcaldesa del Distrito Nacional.

Ocupo el cargo de directora Administrativa del Despacho y presidenta del Comité de Compras en su representación. Es una gran responsabilidad que he asumido con muchos deseos de servir a la ciudad de manera honesta y eficiente, como lo he hecho en todas las funciones que me ha tocado desempeñar”.

10- Grupo de 21 mujeres

Formo parte de un grupo de 21 mujeres bachilleres que nos graduamos en 1962. En los últimos años hemos mantenido una comunicación constante, a través de nuestro chat. Una o dos veces al año nos juntamos en una de las casas o en un lugar público para intercambiar ideas. Sobre todo para que Aída Pichardo y Genarina Rodríguez toquen el piano de Diana López, el cual llevamos siempre con nosotras a donde podamos cantar aquellas canciones de nuestra juventud que tanto disfrutábamos.

La juntadera más reciente fue una excursión que hicimos a Santiago para unirnos a las bachilleres que viven allá. Visitamos los murales de Los Pepines, subimos al Monumento a ver sus pinturas, fuimos al Centro León a comer y finalmente dimos un paseo por la ciudad. Gozamos muchísimo.

En mi vida, que ya va por los 77 años, he hecho lo que he querido hacer: casarme, tener mis hijos y mis nietos, trabajar de manera responsable y honesta, tocar un instrumento, hablar otro idioma, viajar por varios países del mundo, confiar en Dios y mantener una buena salud. Qué más se le puede pedir a la vida”.

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11- un gran matrimonio

Su esposo

Conocí a mi esposo cuando trabajábamos juntos en INASCA, él era vendedor en Santo Domingo y luego en Puerto Rico. Realmente me gustó muchísimo, era muy simpático, chistoso, tocaba guitarra… Tuvimos un matrimonio muy bueno realmente.

Él me ayudó mucho con la crianza de nuestros hijos, yo era un poco más blandita, él era el que ponía las reglas cuando los muchachos no se querían levantar para ir a la escuela.

Primero nos casamos en Santo Domingo por lo civil y después cuando bautizamos a Ariel, nuestro hijo más pequeño, monseñor Agripino Núñez nos casó por la iglesia en Santiago.

Mi jefe Luis Crouch fue su padrino. Recuerdo que cuando Agripino me daba clases en segundo de bachillerato, siempre le decía que quería que me casara por la iglesia y así lo hizo. Mi esposo y yo permanecimos juntos hasta que falleció hace seis años”.

Pastora Méndez junto a sus nietos Rafael David, Gabriel, Diego y Anne Marie

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