A sus 85 años, Ramírez imparte docencia en la UASD, hace 44 años y trabaja en un proyecto para instalar simuladores en su Laboratorio de Medicina

Edith Ramírez es una mujer de una gran fortaleza moral, nunca fue ajena a las luchas populares por la democracia, y en su memoria conserva muy claro el recuerdo de su participación en la Guerra de Abril de 1965, cuando le pusieron un fusil en las manos, pero prefirió seguir en la cocina. En esa ocasión dijo que “había nacido para cuidar vida, no para destruirla, aun fuera por una causa justa como la vuelta a la constitucionalidad y defensa de la soberanía”.

Su carrera profesional es casi tan dilatada como su vida, pues primero obtuvo el título de técnica en Enfermería; después una licenciatura en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde más tarde realizó un postgrado en Metodología de Investigación en Epistemología. Profesora, coordinadora docente y del proyecto de profesionalización de la Escuela de Enfermería de la alta casa de estudios, Ramírez Ferreira también fue subdirectora docente de la Maternidad San Lorenzo de Los Mina, donde desarrolló una investigación sobre la preservación de la vida de los infantes prematuros.

1. Familia
Mi padre Urbano Ramírez era un hombre sencillo, militar, llegó a sargento primero creo que le llamaban así en la era de Trujillo. Era del Cercado, provincia San Juan de la Maguana. Mi madre, Severina Ferreira fue una mujer sencilla, del hogar, antes las mujeres no trabajaban en la calle, se dedicaban a atender a los hijos. Mamá era de los Ferreira de Mao, tenía un carácter muy fuerte. Mis padres ya fallecieron. Éramos cinco hermanos, pero fallecieron tres, solo quedamos mi hermana Arnalda y yo. Uno de ellos, José Ramírez Conde, le decían Condecito, un muralista muy famoso, era dirigente del MPD, donde también participé en mi juventud. Falleció en 1987. De niña fui muy inquieta, rebelde, siempre he tenido una personalidad fuerte, como era la mayor, mis hermanos me buscaban cuando peleaban para que los defendiera. La mayor parte de mi niñez y adolescencia la recuerdo con mucho amor en San Juan de la Maguana, donde estudié hasta sexto grado en la Escuela Mercedes Consuelo Matos, que todavía existe ahí. Montaba mucha bicicleta, íbamos al Corral de los Indios, me movía mucho, era un pueblo muy agradable. Recuerdo que nos bañábamos en un río que le decían La Guama, nos tirábamos desde una rama, desde el puente, recuerdo como ahora todas esas cosas. Llevo en mi memoria mi niñez de unos once años en San Juan de la Maguana”.

2. Estudios
Hice la secundaria en la Escuela Estados Unidos de América, frente al Palacio Nacional, en la Doctor Delgado con México, tenía dos directoras, una de ellas se llamaba Urania. Creo que esa escuela todavía está ahí. Siempre fui muy estudiosa, estudiaba violín, mecanografía, taquigrafía, eso era lo que estudiábamos antes, me gustaba la poesía, la música clásica… Me gradué de bachiller en la Escuela Salomé Ureña de Henríquez, fue la mejor secundaria, tenía muy buenos profesores, nos ponían a leer mucho a esos grandes poetas, mi profesora de Literatura era doña Carmita Henríquez. En el último año se me quedó la Trigonometría, la tuve que completar en un liceo que había en La Normal, en el play viejo, pero para mí sigo siendo del Salomé Ureña”.

3. Movimiento MPD
Participé en la Revolución de Abril, pertenecía al Movimiento Popular Dominicano (MPD), al igual que mi hermano Condesito. Recuerdo que habían reclutado a un grupo de profesores de la UASD, cuando eso vivía en la calle Barahona, colaborábamos con los hombres rana cuando iban peleando por la parte Norte, había una línea que se llamaba Santa Lucía, estábamos en la escuela Escuela Argentina, que ya tumbaron. En las ruinas de San Francisco estaba el comando del MPD, ahí cocinaba junto a las demás compañeras, no menciono sus nombres porque no sé si ellas querrían que lo hiciera. Una de ellas se llamaba Celia, que era con quien tenía más contacto. Recuerdo que me pusieron en las manos un fusil máuser, pero nunca lo usé, preferí cocinar, les dije que mejor me quedaba en la cocina y haciendo trabajos políticos, que había nacido para cuidar la vida, no para destruirla, aunque fuera por una causa justa como volver a la constitucionalidad y la defensa de la soberanía. A mí me adiestró Maximiliano Gómez, El Moreno y Segarra, aprendí a tirar, en ese tiempo el que era mi esposo, pertenecía a la Armería de San Cristóbal. En mi familia había muchos militares, no era ajena a eso”.

4. Desaparición de su hijo
Mi hijo Dhimas Lizardo, fruto de mi primer matrimonio con un oficial de la Marina de Guerra, el doctor Lizardo, desapareció en los años del gobierno de Balaguer, aunque no fue por cuestiones políticas. Él salió un domingo en la noche para el play a ver un juego entre Licey y Escogido y nunca volvió, nos cansamos de buscarlo y nada. Hasta ahora, no se ha encontrado. Eso fue en el 86, tenía 27 años. Luego me divorcié y me casé de nuevo. Tengo una hija, Migeidy Samboy Ramírez, es diseñadora de Modas”.

5. Enfermería
Cuando terminó la revolución, no sabía mucho curar heridas, pero los doctores Bautista y Soldevila, que en paz descansen me enseñaron algunas cosas. Eso me motivó y me inscribí en la Escuela Nacional de Enfermería, por si se armaba otra guerra. Allí duré 3 años. Era muy buena escuela, al estilo Florencia, que fue la primera enfermera moderna en Inglaterra. Me gradué en 1960. Recuerdo que estaba Balaguer en el poder y me dio mi primer empleo en un hospital de Bonao. Después me hice licenciada, quería tener un título de la UASD, todo el mundo quería estar ahí, era imposible llegar a esa universidad en la era de Trujillo, por mi apellido, Ramírez Ferreira, apellido revolucionario. Me hice licenciada, un momento muy feliz cuando obtuve mi título, siempre soñaba con tenerlo, lo veía muy lejos. Recuerdo que dediqué mi tesis a la Guerra de Abril del 65, al comandante Caamaño, mi compañera no quería, pero lo hice así. Después hice una maestría en Metodología de la Investigación de Epistemología, mi tesis de grado fue también sobre la Guerra de Abril y se la dediqué a Caamaño y al doctor Bautista”.

6. Muerte Estudiante
Cuando la revolución, mataron a un estudiante de medicina, se llamaba Frank Díaz, lo hizo un francotirador cuando él iba en su jeep por la Iglesia Santa Bárbara. Está enterrado en el cementerio de la Independencia, que era el único que teníamos para enterrar a los muertos de la Revolución, el de la Gómez era de Wessin y los contrarios a nosotros. Ahí también está enterrado Pichirilo, Amelia Ricart, que la mataron en Palacio, su papá era del MPD junto conmigo. También están ahí Jacques, que era haitiano; un tíguere que en el barrio le decíamos Batata, un grupo grande de personas. Hicimos una fosa común, un muchacho llamado Juan Carlos hizo el trabajo, no había más espacio. En ese tiempo mucha gente se desapareció. Todos los 24 de abril visito sus tumbas, las tengo todas ubicadas en mi mente, las limpio, a cada uno les pongo un ramo de flores. Un día estando en la tumba de Frank llegó una hermana, me preguntó que quién era yo, le dije que profesora de la UASD, me dijo que cada año cuando ella le lleva flores a su hermano encuentra su tumba pintada y con flores, entonces le dije que soy la persona que todos los años lo hago. Incluso en la UASD hay un movimiento en su nombre, aunque está frío porque han pasado muchos años”.

7. Lucha por el medio millón
Junto a Rafael Abinader, padre del presidente Luis Abinader, que para entonces era vicerrector administrativo de la UASD luchábamos por el medio millón para la universidad. En ese entonces no existía la avenida 27 de Febrero, en ese espacio había una estación de Policía, al lado de una escuela que se llamaba Perú. Un día andábamos con un chofer que se llamaba Beriguete, nos dejó en la calle Juana Saltitopa, nos dijo que nos bajáramos, empezamos a tirarnos de la guagua voceando medio millón para la universidad, ahí venían los policías corriendo hacia nosotros, recuerdo que había una casa con muchos escalones, se me había roto un taco de los zapatos, entonces me los quité, y entonces subimos. Horas más tarde, cuando la Policía se fue, bajamos y nos fuimos a pie para nuestras casas. Llegué a la mía en Los Mina con los pies hinchados de tanto caminar. El papá de Abinader fue un hombre muy luchador, cuando salíamos a pie para el Palacio, él era el primero que iba adelante. En la Vicerrectoría hay un retrato de él”.

8. Hospital de Los Mina
Gané un concurso para dar clases en Barahona, viajábamos todos los fines de semana, luego pedí mi traslado a la Maternidad de Los Mina, la acababan de inaugurar, me contrataron, fui de las primeras enfermeras. El Hospital de Los Mina es mi segunda casa, allí creamos el proyecto Sicoprofilaxis, como mi oficina quedaba frente a la sala de parto, escuchaba los gritos de las parturientas adolescentes, eso me tenía enferma. Un día entré a esa sala, busqué la edad que tenían las niñas que iban a parir que era de 13, 14 y 15, entonces hicimos el programa de Atención Integral a los y las Adolescentes, buscábamos disminuir los partos en adolescentes, como se está queriendo hacer ahora, pero yo lo había hecho antes porque lo viví. Todavía el programa existe en el hospital. Con este programa queríamos evitar que las niñas salieran embarazadas, pero no lo pudimos lograr, un grupo de sicólogos y enfermeras fuimos a las diferentes escuelas para hablarles de sexo a los estudiantes, pero no nos lo permitieron, hablar de sexo, en ese tiempo no era permitido”.

9. Adiestramiento
Me madaron a Barahona para adiestrar a las enfermeras, me tenían como una bola de billar de aquí para allá, me contrató el Seguro Social, como era de Salud Pública, allí adiestré a todo el personal, desde Samaná, Jimaní, Vicente, La Guásara, entre muchas otrz provincias y municipios. Como guardia, me nombraron directora de Enfermería de la Escuela Vocacional de las Fuerzas Armadas y la Policía en Barahona. Fui su primera directora. Ahí adiestré a su personal. estuve 30 años dando clases tanto por parte de la universidad como por Salud Pública y el seguro Social. En Barahona todo el que es enfermera o enfermero pasó por mis manos, allá me dieron muchos reconocimientos, uno de ellos es que le pusieron mi nombre a su laboratorio de Enfermería. También un salón del Hospital de Los Mina lleva mi nombre, el Colegio Dominicano de Enfermera me otorgó la Lámpara Soberana de Florencia Nightingale, entre muchos otros”.

10. Profesora
Antes no había licenciaturas, solo eran prácticas de enfermería, entonces Salud Publica me mando hacer un curso de Pedagogía, tuve que ir a Samaná, al Hospital Alberto Gautreaux, al Hospital Yapor Heded de Nagua a adiestrar a todo ese personal empírico de enfermería. Después me enviaron de nuevo a Bonao, pero terminé en Constanza, Jarabacoa, entre otros pueblo donde adiestré a su personal. También me mandaron a Azua y Padre Las Casas, Higüey, San Juan de la Maguana donde llevé la práctica de enfermería para auxiliar. Recuerdo que trajimos al Moscoso Puello a esas muchachas que eran bachilleres, se organizó un curso y las hicimos licenciadas”.

Construcción de hospital en Haina

Con la UASD ganamos un proyecto en la Universidad de Columbia, la profesora Adalgisa Linares, yo, vino un doctor americano, Eddy Caffer, me eligieron para hacer un trabajo en Haina, querían montar una clínica allí, teníamos que ir a Nueva York a recibir entrenamiento. Como siempre fui antiyanquista, le dije al doctor que no quería ir a ese país, que me daba miedo, entonces él me dijo que sabía todo de mi vida, que ya habían pasado muchos años. Me eligieron como coordinadora de ese proyecto junto a la profesora Rosario, tenía que elegir a siete de las mejores estudiantes de enfermería de los centros regionales, recuerdo que pasamos 15 días en el Hospital Prevysterian, en Manhattan, en la 138.

Recuerdo que nos pagaron todos los gastos, nos dieron un dinero y con eso compramos una guagüita para utilizarla para las prácticas en la UASD. Montamos el hospital en Haina, donde habíamos hecho el trabajo el americano y yo, en un barrio que le dicen el Vegazo, ahí está todavía, lo que pasa es que ya no funcionamos, porque Salud Publica quedó en que después que se terminara el dinero que teníamos nos iba a dar apoyo y no fue así”.

Licenciatura
Me hice Licenciada en Enfermería en la UASD, un momento muy feliz cuando obtuve mi título, siempre soñaba con tenerlo. Le dediqué mi tesis a la Guerra de Abril del 65 y al comandante Caamaño.

Estudios
Cuando terminó la revolución, no sabía mucho curar heridas, los doctores Bautista y Soldevila me enseñaron algunas cosas. Eso me motivó y me inscribí en la Escuela Nacional de Enfermería.

Revolucionaria
Hice una maestría en Metodología de la Investigación de Epistemología, mi tesis de grado se la dediqué a Caamaño y al doctor Bautista”.

Lucha
El papá de Abinader fue un hombre muy luchador, un hombre que cuando salíamos a pie para el Palacio, él era el primero que iba delante”.

Orgullo
Fui de las primeras enfermeras del Hospital de Los Mina, allí creamos el programa de Atención Integral a los y las Adolescentes”.

Docente
Fui la primera directora de Enfermería de la Escuela Vocacional de las Fuerzas Armadas y la Policía en Barahona. Allí estuve 30 años dando clases”.

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