Abreu Blondet fue jueza de la Corte de Derechos Humanos con sede en Costa Rica 2006-2012

Rhadys Iris Abreu Blondet es una abogada y diplomática que ha dedicado su vida profesional a trabajar por los Derechos Humanos, especialidad que ha cultivado durante más de 30 años y que la ha llevado a ocupar importantes posiciones y a participar en cónclaves relacionados con este tema a nivel mundial.

Esta prominente abogada notaria ha sido jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y presidenta de los colegios notariales del Continente Americano y vicepresidenta a nivel mundial, entre otros puestos. En la actualidad, es embajadora asesora del Ministerio de Relaciones Exteriores, a donde llegó hace 35 por decreto del entonces presidente de la República, Salvador Jorge Blanco.

1. Vida familiar
Nací en Santo Domingo, pero como mi papá era militar fuimos a vivir un tiempo a Santiago, donde tuve una infancia feliz, tranquila, sin ningún tipo de sobre saltos, Me encantaba montar patines en un parque que le llaman los Chachases, está en la Franco Bidó y además me gustaban los deportes. Mi padre, Generoso Abreu era un hombre fuerte de temperamento, pero así mismo era de débil con sus hijos, y mi mamá, Ana Rita Blondet de Abreu era maestra y costurera, una mujer bondadosa, todo el que la conocía la adoraba porque era de un trato muy afable, solidario… Somos cinco hermanos, tres hembras y dos varones, la mayor falleció. Como mi madre era maestra, cuando entrábamos a la escuela ya íbamos alfabetizados. La costura la ejercía sólo para nosotros”.

2. Estudios
Realicé los estudios secundarios en el Salomé Ureña, tenía muchas amistades, en los desfiles que hacían tocaba redoblante, fueron momentos muy placenteros. Recuerdo que en tercer teórico saqué un 100 en Trigonometría y todo el mundo fue a buscarme. Debido a mis notas, me dieron una beca para estudiar en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde obtuve un Doctorado en Derecho, Cum Laude. Al ser mi nombre y apellido Abreu Blondet, como los exámenes empezaban por orden alfabético, era de las primeras que se examinaba, entonces los estudiantes iban a preguntarme cómo eran los exámenes y si los profesores eran duros. Recuerdo que para los exámenes de la universidad, mi madre nos hacía un vestido para que lo estrenáramos, era como un símbolo de buena suerte y parece que sí, porque me gradué Cum Laude”.

3. Estudios en Roma
Cuando terminé la universidad y gracias a las notas que siempre saqué, me fui a Roma, Italia con un crédito educativo de APEC a hacer una especialidad en Política y Derecho Internacional en la Universidad de Estudios Sociales PRODEO; también sobre Estudios Europeos en el Instituto Arístides Degasperi. En ese momento lo que me gustaba era el Derecho Penal, quería ser litigante, entonces hice una especialidad en Derecho Penal y Criminología que duró dos años. También estudié Derecho Penitenciario y Medicina Forense, tomando clases dentro de una clínica con cadáveres reales. Las de Derecho Penitenciario las impartía el profesor Belotti en las mismas penitenciarías con reos. Fue una experiencia cruda que me marcó mucho, pero aprendimos hacer interrogatorios. En Roma pasé tres años que aproveché mucho, tomaba clases en las tardes y en las noches. Por mis altas notas nunca pagué inscripción. Cuando regresé al país en el 65, comencé a ejercer mi profesión”.

4. Derechos Humanos
En Derechos Humanos me he inclinado de manera muy particular desde 1985. El entonces presidente Salvador Jorge Blanco me nombró embajadora adscrita a la Cancillería de manera honorífica y ya tengo ya 35 años de servicio. Es una familia, soy amiga de todos, he tenido un trato particular, muchísimas consideraciones, respeto, desde los cancilleres hasta los últimos empleados. Aunque era honorífica, empecé a involucrarme, a ver lo cronológico, como en el departamento de Derechos Humanos había una persona trabajando el tema, me enviaban todos los años a las reuniones que la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas celebraba en Ginebra por 40 días. Ahí empecé a escribir las presentaciones a nombre del país sobre el tema, pero sentía que debía prepararme más, entonces me fui al Centro de Derechos Humanos de Ginebra a estudiar el sistema de derechos humanos, luego conseguí una beca en la Universidad René Cassá en Estrasburgo, donde estudie Derechos Humanos para las Universidades. Después me fui al Instituto Interamericano de Derechos Humanos para conocer todos los sistemas universales y regionales que hay sobre ese tema. A partir de ahí, comenzó la República Dominicana a participar y a presentar los informes que según los instrumentos internacionales que ratifica tiene el compromiso de presentar periódicamente. Una de esas participaciones fue cuando presidí la delegación dominicana en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena, me tocó hacer las palabras que a nombre del país debía decir, se me ocurrió hablar del Sermón de Adviento de Fran Antón de Montesinos, parece que me quedó muy bien porque tuve la enorme satisfacción de que al terminar se presentó ante mí el Dalay Lama a felicitarme y a pedirme una copia de esas palabras. Fue un momento muy emotivo, me sentí muy grata”.

5. Matrimonio
Me casé con José Octavio Polanco Brito, tenemos tres hijos Balbina, Natalia Mercedes y José Octavio Polanco junior, y ocho nietos. Mi esposo era una persona maravillosa, no me impidió crecer, todos los logros que he tenido fueron con su apoyo. Me acompañaba a todos los viajes con la Unión del Notariado. Cuando me estaba postulando para vicepresidenta mundial a él fue que le preguntaron si yo aceptaba o no, por eso cuando enviudé fue imposible pensar que luego de tu tener un compañero de esas condiciones ya no estaba. Cuando me eligieron Jueza de la Corte Interamericana en 2006, monseñor Agripino me felicitó, le dije que esa elección me había salido caro, porque había perdido a mi esposo, entonces me dijo que Dios sabiendo la compenetración que teníamos, me mando esa designación para ocupar la mente. Recuerdo que llegó un momento en que el lado de la cama donde dormía mi esposo tenía todos los expedientes de los casos, eso me llenó mucho, aunque el trabajo era absorbente”.

6. Ejercicio notarial
Cuando me hicieron notaria, me involucré en el Colegio Dominicano de Notarios, donde comencé a hacer vida. Me involucré también en la Unión Internacional del Notariado que agrupa 90 países del mundo, me eligieron como secretaria de la Comisión de Asuntos Americanos, que era dirigido por consejeros permanentes, hasta que en 1984, en Florencia, Italia se celebró un congreso donde iban a renovar los miembros y por primera vez, desde 1948 que se había formado esa organización se eligió a una mujer como consejera permanente. Esa fui yo. Recuerdo que se armó una gran algarabía, era un triunfo, sobre todo para la República Dominicana que no había tenido nunca un consejero permanente. A nivel de toda Europa también se hablaban de mi como consejera permanente del notariado mundial. Después fui presidenta de los colegios notariales del Continente Americano y vicepresidenta mundial. En esa oportunidad hicimos seminarios en China, les enseñamos nuestro sistema y hoy en día esa nación es uno de los miembros prominentes de la organización. Como vicepresidenta y presidenta logré atraer países que faltaban como Venezuela y Panamá, también a Cuba, que era uno de los países fundadores. Tuve la oportunidad de conversar con el comandante Fidel Castro y logré convencerlo. Gracias a Dios admitieron a Cuba en una reunión en Berlín”.

7. Satisfacciones
He tenido la satisfacción de representar a la República Dominicana en reuniones importantes a nivel mundial. Asistí a un debate en la Universidad de Harvard sobre la Sentencia 168-13. También he dado conferencias en Barcelona, Viena, Sudáfrica, Brasil, entre muchos otros países sobre el tema de Derechos Humanos. También fui electa Jueza de la Corte de Derechos Humanos con sede en Costa Rica desde 2006 hasta 2012, fueron 6 años de mucho trabajo, compromiso, pero a la vez muy gratificantes. Tuve un grupo de colegas de distintos países de la región que trabajamos con ahínco, logrando cambiar los reglamentos, conocimos casos verdaderamente emblemáticos como el de Fertilización In Vitro. Tuve la oportunidad de pertenecer al tribunal cuando que se conoció el caso de Juan Hernán, un poeta uruguayo que le habían desaparecido a su hija, entre otros”.

8. Hecho importante
En mi condición de notaria, instrumenté el acto de traslado de los restos de Cristóbal Colón de la Catedral del Faro. También me tocó ir a Cuba para traer al país los restos de Nicolás Almánzar, ministro de Educación; y de mi cuñado, Hugo Eduardo Polanco Brito. También me tocó trasladar los restos de Francisco Henríquez y Carvajal, viajé a Santiago de Cuba, allá nos recibió el comandante Castro. En el traslado al país de los restos de Carvajal, nos acompañaron hijas y nietas, quienes se quedaron a vivir aquí.

9. Docencia
He escrito libros sobre el Derecho Notarial, esa materia la he dado en numerosas universidades del país, entre ellas UNIREMOS, Pedro Henríquez Ureña y en la PUCMM. Ahora estoy tratando de hacer mi libro sobre mis discursos en las reuniones de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, sobre nuestros avances, porque en materia de derechos humanos hemos avanzado considerablemente. Me siento muy halagada de haber tenido que ver con el estatus del país en esa materia. De 193 países miembros de las Naciones Unidas, somos de los pocos que ha elaborado un Plan Nacional de los Derechos Humanos, lo hicimos del 15 al 22. Con el canciller de turno fuimos a todas las regiones del país, hicimos consultas con 800 organizaciones de la sociedad civil, ministros y organismos internacionales”.

10. Gratos recuerdos
En las cenas que cada año hacía la Asociación Dominicana de Cardiología para recaudar fondos para el Instituto de Cardiología, yo era una de las colaboradoras activas. En ellas siempre había un invitado internacional, ese año vino Cantinflas. Dentro de las donaciones, López Ramos regaló uno de sus cuadros para subastarlo. Cuando inició la subasta, Cantinflas comenzó a hacer sus ofertas y yo también, nos quedamos nosotros dos, recuerdo que al final él me lo dejó a mí y lo firmó por detrás. También asistí a una cena en el Palacio de Chapultepec, México con los consejeros permanentes de la Unión, y a otra en España, donde uno de los notarios me llevó donde el rey y la Reyna, ahí me di cuenta que ellos tenían conocimiento del sistema regional de Derechos Humanos. En 2009, trajimos la Corte hacer unas audiencias abiertas a la Suprema Corte de Justicia para que el público conociera cómo trabaja un tribunal internacional. Como cuñada de monseñor Polanco Brito me tocó recibir en Higüey al papa Juan Pablo II, una persona que desplegaba paz”.

Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana

He tenido muchos premios y reconocimientos gracias a Dios, entre ellos la Medalla al Mérito Notarial Mundial que otorga la Unión Internacional del Notariado en Paraguay; la Orden del Libertador Bernardo O’Higgins en Gran Cruz, Chile. Además, placas de reconocimientos de Costa Rica, Puerto Rico, entre muchos otros países por el trabajo que hemos venido haciendo a nivel internacional. Soy Huéspedes Distinguida de La Paz, Bolivia, de Santo Domingo, de Higüey, de Salamanca y en 2020 el Ministerio de la Mujer consideró que tenía los méritos suficientes para otorgarme la Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana. Me sentí muy complacida, no es que uno lo hace para que te reconozcan, pero uno valora que lo tomen en cuenta. Tengo mi casa llena de placas, reconocimientos y fotos con todos los presidentes”.

Designación
El entonces presidente Salvador Jorge Blanco me nombró embajadora adscrita a la Cancillería de manera honorífica, donde tengo 35 años de servicio”.

Gratitud
Me casé con José Octavio Polanco Brito, una persona maravillosa que no me impidió crecer, todos los logros que he tenido fueron con su apoyo”.

Funcionaria
En mi condición de notaria, me tocó instrumentar el acto de traslado de los restos de Cristóbal Colón de la Catedral del Faro a Colón”.

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