Vienes de las tablas, donde has participado en importantes obras. ¿Cómo se da tu paso al cine?

Así es, muchas tablas, desde la actuación a la dirección, dramaturgia y producción. De hecho soy por más de 20 años, actor de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), la más importante del país. En el cine he estado concomitantemente, no hubo un real salto, sino que he estado entre las dos desde la raíz, igual con la televisión y la radio.

¿Es difícil tu trabajo?

Todo oficio tiene sus complejidades y dificultades. Este no es la excepción, muchas veces hemos oído que el agotamiento corporal se recupera con un buen baño de agua caliente, una buena cena y dormir, y de que el agotamiento cerebral, neural, de pensamientos y análisis profundos, no se recupera jamás. Por ello, existen trabajos de esfuerzo corporal y otros intelectuales. En la actuación tenemos los dos esfuerzos, es un trabajo además de riesgo y creativo; es totalmente físico-intelectual, psicofísico, lo que hace que sea un oficio de mucho compromiso, difícil y agotador.

¿Cuál sería tu papel favorito para protagonizar?

Todo papel o personaje es nuevo, muchas veces lo confundimos con el oficio o carrera y/o trabajo del personaje. Por ejemplo, hazme un abogado, un ingeniero, un artista, un doctor, un político, policía… esos son el oficio del personaje, lo cual tiene una importancia porque define de qué vive y qué hace, pero el personaje real es lo que siente ese personaje, lo que quiere, su ser, su esencia pura, sus conflictos, sus circunstancias, su vida, sus pasiones, sus ángeles y demonios… Eso es lo que debe descubrir, lo que se debe estudiar de un personaje, no sólo el oficio. Es eso lo que hace que cada uno sea único, por eso cuando trabajo trato la creación de un personaje, pasar de personaje a persona, humanizarlo…

¿Para ser actor basta con tener una gran personalidad, un carisma?

Eso es bueno para la vida y para cualquier carrera, hasta para hacer nada y solo un alma libre eso es importante… Para lo otro, tener la vocación, talento, amor y luego eso ponerlo a disposición de una academia que pula, como a un diamante en bruto, tu luz, dejando salir con el manejo de técnicas aprendidas el gran artista que hay en ti.

¿El actor, al ponerse la máscara, se desnuda por completo?

Debe estar desnudo de su alma desde antes, sin prejuicios, sin tabúes, sin nada de eso para que la máscara no sea máscara, sino cara, y como un avatar fluya siendo esta la segunda naturaleza, una primera… Por eso el actor en acción debe ser honesto, para poder ser creíble.

¿Hace falta apoyo para los actores de teatro en la RD?

No es que solo hace falta, es que prácticamente nunca hay… Sería genial una ley de teatro, eso haría de la República Dominicana un mejor lugar para vivir.

¿Has sentido alguna discriminación en el medio en el que te desarrollas?

¿Y en dónde no? Y quién no? sobre todo si vienes desde el punto cero. Pero depende de uno dejarse o quedarse en el camino sin avanzar por ello. Hay que seguir y ser la diferencia durante y después, cuando ya tienes poder para maltratar o para abrazar.

¿Qué exiges de los directores? ¿Les hace falta algo?

Sensibilidad artística, y sobre todo comunicación fluida. En el set o el escenario teatral no tienen cupo para el comemierdismo, ni el divismo. Un espacio creativo exige pureza y muchas veces no se da. Respeto y comunicación sería lo que más. A muchos, el idioma con los actores, a veces daría la impresión de que son lenguas diferentes la de los dos.

¿Qué dificultades encontraste en esta forma de trabajo?

El ser humano es muy complejo, tratar con nosotros puede ser una tarea ardua, sobre todo por el asunto “ego”, puede ser un obstáculo para cualquier vía de acceso a algo, sobre todo a todo lo que tiene que ver con la creatividad y en antítesis de este, puede ser vitamina para todo lo productivo.

¿Cuáles son los retos que afronta la industria del cine en la actualidad?

Indiscutiblemente el COVID-19 es una limitante, pues ha provocado el aumento del presupuesto de todo proyecto, ha minimizado las inversiones aunque se está trabajando. El protocolo tiene que ser tan estricto que limita la relación y el contacto en una actividad que es tan humana y tan de roces, tan íntima y la distribución, es decir, colocación del producto realizado en los cines para la exposición de este. Es una crisis muy fuerte, porque aún abiertos los cines, fue después de mucho tiempo cerrado y el protocolo y el miedo de la gente a ir a las salas con esta situación, provoca una disminución del público exageradamente considerable. Pienso que aunque es temporal esto, ha sido devastador para nuestro gremio. De ahí la importancia de que logremos junto a la DGCINE la inclusión dentro de la Ley de Cine, que se puedan hacer series para la televisión y plataformas como Netflix y otras similares. Eso permitirá más movimiento en la economía y más trabajo para todos, disminuyendo por mucho la difícil situación de centenares de artistas en situaciones como estas.

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