Se debe concientizar al personal acerca de la importancia del cliente como ente generador de recursos

Ciertas situaciones se empiezan a “salir de las manos” en las empresas o instituciones donde acudimos. Los clientes reciben un servicio con un tono de voz inadecuado y con actitudes de apatía de parte de los colaboradores, creando una mala impresión sobre la asistencia que ofrecen y trayendo como consecuencia una mala imagen empresarial que a veces desencadena huidas masivas de clientes que migran a lugares donde los traten mejor.

¿Qué está ocurriendo realmente? En este sentido, Ana Valdés, miembro de la directiva de Adocoaching y participante de la Sociedad de Logoterapia y Tanatología, arroja luz sobre este tema tan importante en las empresas.

En los servicios que se ofrecen “hay muchos colaboradores que se olvidan que somos contratados para cumplir un rol y muestran su ineptitud a clientes internos y externos, por eso desde la inducción hay que impregnarles el sentido de la pertenencia”.

Existen variantes por las cuales la gente se aburre y no muestra propiedad en sus trabajos, como problemas personales, la inconformidad salarial y poca vocación de servicio.

Valdés indica que la poca proactividad, el creer que le hacen un favor al cliente mostrando su negligencia y la falta de formación en el tema de la humanización, son las actitudes negativas que alejan a las personas que buscan un buen servicio al cliente.

Esto amerita poner un alto en el camino para que el individuo inicie un rediseño que le dé mejores resultados en su vida laboral y personal.

“Cuando trabajamos en y para la otra persona entendemos sus necesidades, sus valores y sus emociones para canalizarlos de una manera diáfana. Hago un llamado a los empresarios a concientizar a su personal acerca de la importancia del cliente como ente generador de recursos y que les hagan inducción para que puedan entender esa nueva visión”, argumentó la coach.

Lo ideal para las empresas, en medio de la crisis actual, es que inviertan en la humanización de los servicios, ya que existen realidades que pueden afectar su trayectoria corporativa como son las redes sociales catalogadas por muchos como portavoces de malos servicios, pero sobre todo, que las personas entiendan que hay que servir desde el corazón y con la finalidad de aportar.

Ana Valdés, miembro de la directiva de Adocoaching y participante de la Sociedad de Logoterapia y Tanatología.

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