5Joven narra proceso de transformación de su cuerpo

Al celebrarse el Día Internacional de la Mujer, entrevistamos a una joven británica llamada Keira Bell, de 23 años, cuya poderosa experiencia nos invita a reflexionar. Como muchas adolescentes que presentan comorbilidades como la depresión y estrés postraumático, luego de la violencia machista, Keira pensó que renunciando a su sexo biológico, podría escapar del patriarcado. Bastaron tres consultas de una hora cada una, para que en la “clínica de género” Tavistock, de Inglaterra, iniciara un trayecto que comenzó con bloqueadores de la pubertad a los 16 años, testosterona a los 17 y una mastectomía doble a los 20 años.
Poco después, Keira se percata de que transformar su cuerpo no soluciona nada, y demanda a la clínica ante el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales, argumentando que menores de edad no entienden las consecuencias del uso de bloqueadores de pubertad y hormonas del sexo opuesto. En diciembre del 2020, gana el caso, modificando una política pública nacional al establecer un precedente con repercusiones internacionales. El Tribunal Superior argumentó que, en general, es poco probable que menores de edad puedan consentir a tratamientos médicos irreversibles y experimentales, cuyas consecuencias a largo plazo no pueden comprender. Una batalla legal controvertida, y en el centro una muchacha reservada y de voz pausada, que invita a las adolescentes a valorarse a sí mismas como estrategia liberadora.

Durante tu adolescencia, ¿qué significaba “ser una mujer”?
Para mi ser mujer significaba ser incapaz, aguantar dolor, maltrato y una vida siendo irrespetada. También significaba que tenías que ser femenina obligatoriamente y estar siempre presentable para los varones. Estos mensajes las niñas los internalizan desde una edad muy temprana.

¿Y “ser un hombre”, qué significaba para ti?
Ser hombre significaba libertad. Significaba protección, control sobre mi cuerpo y ser considerada una persona competente. Sin embargo, soy consciente de que esto solo se aplica cuando eres un hombre híper masculino y cualquier hombre que salga de ese patrón, también tendrá dificultades. Sobre esa experiencia, pueden testificar ellos.

¿Te daba miedo o vergüenza ser mujer?
Definitivamente sentí temor cuando llegué a la pubertad. Todo cambió, todos los ojos estaban centrados en mi cuerpo. El mundo está dirigido por y para los hombres, y yo no quería quedar excluida de esas dinámicas. Hoy en día, las redes sociales, los medios de comunicación y la pornografía contribuyen a deformar cómo las mujeres jóvenes se ven a sí mismas, a menudo en detrimento nuestro. Todas estas fuentes dan una visión muy rígida y degradante de cómo debería ser una mujer. Me daba miedo ser mujer, pero hoy me llena de orgullo.

¿En qué momento decidiste: “Yo no soy una mujer. Debo ser un hombre. Y necesito medicalizarme”?
Cuando tenía 14 años. Yo tenía problemas de salud mental y de autoestima muy grave. Odiaba la forma en que mi cuerpo se desarrollaba en la pubertad. Tenía síndrome de ovarios poliquísticos no diagnosticado y sentía que no podía manejar bien mis períodos. En lugar de ser una “chica masculina”, tenía más sentido convertirme en un “chico normal”. Pensé, erróneamente, que la transición a hombre traería ese resultado.

Discúlpame si esta pregunta es demasiado personal, pero ¿dónde estaban tu mamá y tu papá mientras atravesabas esta confusión sobre tu sexo?
Mi mamá tenía problemas de abuso de sustancias y mi papá era emocionalmente distante y muy religioso. Por diferentes razones, yo nunca pude hablar con mi familia sobre este tema. No estaba en contacto con mi mamá en ese momento. Pero mi papá luchó para prevenirlo. Se rehusaba a llevarme a la clínica Tavistock y quería detenerme, pero las clínicas de género son legisladas para que menores de edad puedan tomar estas decisiones por su cuenta, sin consentimiento de sus adultos.

¿Cuál ha sido la reacción de tu familia ante tu decisión de aceptarte a ti misma como mujer? ¿Qué piensan de tu victoria en los tribunales?
Nuestras dificultades familiares todavía persisten, pero mi familia con la que estoy en contacto, se siente muy feliz y me han apoyado. Este tema de políticas de “identidad de género” y el contexto detrás de esto les es ajeno. Es un mundo completamente diferente para mi familia.

¿Qué dirías a quienes alegan que las “clínicas de género” son necesarias para ayudar a la niñez?
Todas estas políticas se basan en sentimientos: sentimientos que están en contradicción con la realidad. Las clínicas de género no están trabajando con evidencia científica, pero recetan medicamentos y cirugías a menores de edad como si lo estuvieran. La gente debe entender que las políticas de identidad de género no están siendo impulsadas por médicos con principios, sino por activistas y organizaciones lobistas que tienen mucho poder. Es horrendo.

Algunas personas afirman que si te arrepientes de tu transición, es porque nunca fuiste “verdaderamente trans”. ¿Qué le dirías a esos detractores?
Quienes hacen esa afirmación no pueden definir claramente qué es “ser trans”. Por lo general, su idea es que ser trans significa que tienes un alma mágica innata que dice que eres hombre o mujer, a pesar de lo que diga la realidad biológica.
Yo me inyecté testosterona durante más de 4 años. A mí me extirparon mis senos. Toda mi documentación legal (incluyendo mi acta de nacimiento) cambió de un sexo a otro. Yo viví feliz así durante mucho tiempo, hasta que resurgió la causa de mi disforia (el por qué yo rechazaba ser mujer). Creo que mi experiencia hace que las personas que promueven estas políticas se sientan incómodas y duden de sus planteamientos. En vez de reflexionar, prefieren ignorar estas consideraciones y encontrar una razón diferente, que les haga sentir cómodos a ellos, sobre por qué alguien quisiera revertir su transición.

El primero de diciembre 2020, ganas una batalla legal que sienta un precedente histórico a nivel internacional. ¿Qué pasó por tu mente cuando se leía esa sentencia?
Fue un momento de alivio estar allí en esa sala, con esos tres jueces quienes cuentan con reputaciones muy bien estimadas argumentando con sentido común. Yo sentí que en este tema, ¡por fin, ya llegaron los adultos! Me entristece profundamente saber que niñez vulnerable está siendo lastimada, como yo en mi adolescencia. Y me enoja profundamente que la niñez que rechaza su cuerpo está siendo explotada por personas que se supone deben ayudarles.

Tú no eres una mujer blanca. ¿Crees que existe un elemento racista en la forma en que promotores de estas políticas arremeten contra las mujeres negras? ¿O consideras que existe un elemento racial en cómo la transición puede atraer a las niñas que no son blancas?
Absolutamente, y lo he visto de cerca. Intentan utilizarnos a las mujeres negras como peones de su movimiento y, por lo tanto, cuando cualquiera de nosotras tiene una opinión diferente, ¡no lo aguantan! Puedo comprender cómo la transición atrae a las niñas y adolescentes de minorías étnicas: a nosotras nos tratan como si fuéramos el fondo del barril y sentir que puede haber una solución para liberarnos de esa opresión, resulta muy atractivo.

Estoy segura de que eso fue un elemento subconsciente para mí. Desde chiquita a mí siempre me llamaban “varonil” (como si yo fuese masculina). La gente insinuaba que yo era agresiva, porque era muy atlética y mi cuerpo se estaba desarrollando de manera diferente al cuerpo de las chicas blancas que me rodeaban. Yo nunca vi a mis amigas “marimachos” blancas recibir ese mismo trato.

¿Qué les diría a las niñas y adolescentes que están siendo influenciadas para que piensen que “cambiar de sexo” las ayudará a escapar del patriarcado?
Toda decisión basada en el miedo, eventualmente se revertirá. La transición no te ayudará a escapar del patriarcado, porque no puedes escapar de tu sexo. La verdadera libertad es cuando eres tú misma, sin pedirle disculpas ni permiso a nadie. Las animo a desafiar el patriarcado: a que rompan los roles y estereotipos de género, en lugar de reforzar estas ideas por medio de la “transición de género”. Cuando vean que este tema sea promovido en la palestra pública, las animo a leer entre líneas. Existe una cantidad sorprendente de desinformación.

La testosterona como reemplazo hormonal es extremadamente dañina para nuestra mente y para el cuerpo de las mujeres. Te estás preparando para una vida repleta de problemas médicos y una vida desconectada de la realidad. Tus relaciones interpersonales serán difíciles e insatisfactorias, en el mejor de los casos, porque te estás escondiendo de ti misma. Estás batallando contra ti misma y contra tu muy importante biología. Por favor cuídense y protéjanse, ¡no se autodestruyan!

Mujer
Para mi ser mujer significaba ser incapaz, aguantar dolor, maltrato y una vida siendo irrespetada.”

Hombre
Ser hombre significaba libertad. Significaba protección, control sobre mi cuerpo…”.

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