Aunque la esperada advertencia de que no tolerará la corrupción pasada ni la futura, fue la parte más comentada y aplaudida, lo cierto es que el discurso de estreno del presidente Luis Abinader fue esencialmente moderado y es evidente que fue elaborado con la intención de generar esperanzas y promover la concertación.
Abinader no hizo críticas a sus antecesores en el Gobierno, excepto en la parte que tiene que ver con el sistema educativo y el uso de los fondos del 4 por ciento del PIB destinados a ese renglón.

En ese punto, dijo que “tristemente”, y a pesar de la conquista que representó elevar el presupuesto del sector educativo, esos fondos no se han invertido debidamente y que más bien, “hubo más negocio que educación”.

No hubo, además de ese comentario, ningún reproche ni queja a actuaciones del Gobierno que encabezó hasta ese domingo, Danilo Medina.

El hoy exmandatario no estuvo presente y muchos tienen la impresión de que, aunque la excusa oficial fue el Covid-19, una de las razones que habría motivado el cambio en el protocolo fue que se quiso evitar un momento engorroso, en caso de que Abinader pronunciara un discurso agresivo o acusatorio.

Quedó claro que esa no era la intención del nuevo presidente, ya que no lo hizo siendo el único dueño del terreno.

Al iniciar el discurso, el líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM) adelantó que no usaría ese escenario para señalar acciones negativas de la pasada gestión, aunque sí dejó claro que las hay, y que en su momento serán señaladas, no por él, pero sí por funcionarios de su gobierno.

“Como preámbulo quiero advertir que este discurso no será un programa de gobierno, ni un listado de obras a emprender, que ya hemos detallado a lo largo de la campaña, y en la transición.
Tampoco un inventario del penoso legado en muchos de los ámbitos del Estado, del que se ocuparán de informar los funcionarios que integrarán el equipo de trabajo de este gobierno.
Porque este será un gobierno de sistemática comunicación y rendición de cuentas.”, dijo Abinader

Llamado a la unidad

Sin embargo, el tono conciliador predominó en el discurso, y de hecho, una de las acciones concretas anunciadas por el mandatario fue la de convocar al liderazgo nacional para buscar las soluciones que requiere el país a fin de superar la crisis actual.

“El camino es largo y oscuro y quien tenga la tentación de recorrerlo solo y sin luces, no llegará a ninguna parte”, reconoció Abinader.

Con su llamado, Abinader muestra coherencia, ya que, como opositor, planteó la necesidad de un diálogo multisectorial. Su llamado no fue escuchado y era lógico, porque en ese momento, el país estaba en plena campaña electoral.

Pero más allá de lo coyuntural, está clara la intención de Abinader de promover la unidad y la concertación. Las palabras “unidos” y “nosotros” fueron utilizadas varias veces por el gobernante al hablar de los desafíos que tiene la Nación. “Con ese ánimo asumo esta investidura como presidente de todos los dominicanos y dominicanas, como su primer servidor y con el compromiso de que este gobierno sea recordado como el que comenzó un nuevo tiempo de cambio, unidad, y verdadero desarrollo económico y social”, proclamó Abinader en su discurso.

Corrupción e impunidad acaparan la atención

El tema de la corrupción, según las encuestas, ha ido escalando posiciones en la lista de las principales preocupaciones de los dominicanos.

En la pasada campaña, fue una de las principales “banderas” de Luis Abinader y el PRM, y las demandas de que se penalice la corrupción y se acabe la impunidad trascendieron al “boom” de la Marcha Verde.

Fue el tema al que Abinader le dedicó más tiempo, y fue la parte más celebrada, lo que en cierto modo opacó otros aspectos importantes.

Un discurso breve, directo y digerible

Como bien adelantó Abinader al principio del discurso, su intención no era hacer una lista de obras. La realidad es que el impacto de la crisis tampoco le permite hacer mucho por el momento, por lo que se limitó a anunciar la continuidad de los programas existentes y a emprender una serie de obras de infraestructura específicas.

El discurso, en cuanto a la forma, fue bien concebido, ya que fue más breve de lo acostumbrado, pero muy preciso, digerible y aun así, contenía varias frases que generaron impacto.

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