Unas 600 personas se organizaron para defender el voto de la ciudadanía en la Circunscripción número Uno del Distrito Nacional

De un movimiento social a otro: la lucha por el 4 % para la educación, la Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad, la defensa de la democracia en la Plaza de la Bandera o la lucha por la protección de los recursos naturales. Antes de la primera década de este siglo XXI surgió una generación de activistas dominicanos, muchos de ellos ahora menores de 40 años, que ha aprendido a participar en la vida social y política a través de acciones coordinadas para lograr cambios.

En general, estos activistas no forman parte de instituciones o estructuras fuertes a largo plazo, pero se reencuentran una y otra vez en diferentes luchas y procesos sociales. Uno de los más recientes procesos de lucha fue más allá de las manifestaciones a pie de calle. Unas 600 personas entraron al corazón del sistema electoral para defender el voto de la ciudadanía de la circunscripción número uno del Distrito Nacional en una iniciativa que llamaron Guardianes de la Democracia, explica Miguel Alejandro Martínez, coordinador del movimiento.

En buena medida, los Guardianes surgieron al calor de las manifestaciones en la Plaza de la Bandera, cuando miles de personas exigieron a la Junta Central Electoral que explicara por qué fueron suspendidas las elecciones municipales de febrero. Finalmente, las elecciones se realizaron en marzo.

“En la Plaza de la Bandera nos preguntamos qué podíamos hacer, además de protestar que está bien y es un derecho legítimo, para las próximas elecciones y de ahí surgió Guardianes por la Democracia, un grupo voluntario para romper con la mercantilización de la política. Es voluntario. No va detrás del viático, ni del carguito”, dice Martínez, un ingeniero civil de 32 años que marchó por el 4 % para la educación y contra la corrupción y la impunidad.

Gabriela Deneb Rodríguez , de 30 años, feminista, y como Martínez, activista por la educación y contra la impunidad, destaca cómo los guardianes fueron clave para enfrentar el fraude que cometen muchos delegados de partidos tradicionales contra organizaciones y candidatos alternativos que no pueden tener representantes en cada mesa electoral: anulan sus votos o se los reparten entre ellos, confirman los activistas.

“Si no hubiéramos estado ahí, si los guardianes no hubiésemos estado ahí, este proceso habría sido otro, los resultados electorales hubiesen sido otros”, dice Deneb, quien trabajó como delegada en un recinto de Arroyo Hondo.

En ese sentido, los Guardianes por la Democracia jugaron un rol clave en el triunfo del diputado electo por Alianza País, José Horacio Rodríguez. Ellas y ellos vigilaron que los votos a las diputaciones se contaran, registraran y posteriormente se revisaran las actas apropiadamente.

Y todo esto en el contexto de la pandemia, que limitó la participación de personas que tenían condiciones de salud que aumentaban el riesgo de complicaciones en caso de contraer el nuevo coronavirus, o que vivían con familiares envejecientes.
Quienes pudieron arriesgarse y tomaron la decisión de participar en el proceso de vigilancia y defensa del voto, se encontraron con un entorno en el que no siempre se tomaron todas las medidas sanitarias para prevenir el nuevo coronavirus, explica Deneb.

“De parte de la Junta no hubo nada de manejo para el protocolo del Covid, estábamos… 17 mesas trancadas en un aire cerrado, en cada mesa, unas ocho personas, todos en un espacio pequeño, eso era un foco de contagio y todos los que estábamos ahí como guardianes lo sabíamos y tomamos todas las medidas dentro de lo posible, y ahora estamos tomando las medidas de reclusión. Todos estamos en aislamiento después de esa exposición tan grande”, afirma la activista, para quien todo valió la pena por el ejercicio democrático y las lecciones de participación ciudadana que vivió.

De su lado, Martínez explica que, aunque ligados a Alianza País por motivos legales, ya que tenían que ser parte de una organización para trabajar como delegados, no se limitaron a defender los votos de esa organización. Su objetivo fue que se respetara la voluntad del elector.

En ese sentido, Deneb cuenta que le tocó defender votos de partidos mayoritarios, incluso del todavía gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Una de sus mayores satisfacciones es la confianza que generaban los guardianes entre delegados de todos los partidos: “Fue súper bonito ver cómo todos los delegados de los otros partidos se sentían muy bien de que los guardianes estuviésemos ahí. Como demostramos que estábamos contando los votos tal como la ciudadanía los echó, se generaba una dinámica de mucha confianza, tanto con los empleados de la Junta como con los delegados políticos. Muchos delegados políticos, a muchos guardianes se nos acercaban, nos decían ‘gracias por estar ahí, que lindo su trabajo ‘, eso es super bonito, porque ellos también vieron una forma diferente de hacer este proceso”, cuenta.

Una enseñanza importante del proceso para los activistas fue constatar que, además de los fraudes contra partidos y candidatos no tradicionales, se producen errores debido a la falta de formación de los delegados y del personal de la Junta.

Formación y trabajo voluntario

Por eso, además de hacer el curso que ofrece la Junta Central Electoral, los guardianes pasan por un proceso de formación para conocer en detalle la ley electoral y las resoluciones
José Daniel Rodríguez, guardián de la democracia, de 19 años, quien también marchó vestido de verde contra la corrupción y la impunidad, valora el proceso educativo que supuso para el grupo estudiar y comprender en profundidad el proceso electoral, lo que permitió defender apropiadamente el voto.

Entiende que en el país no hay una cultura democrática fuerte, por eso se necesita incentivar la participación de los jóvenes.

“Mi experiencia fue chulísima, siempre he dicho que los jóvenes debemos involucrarnos en estos procesos, y más porque entiendo que lo que había pasado con el saliente gobierno, por ejemplo, esa gran acumulación de poder que ellos tenían, pasa precisamente por la falta de participación de la sociedad civil, de los jóvenes en la política”, enfatiza.

Recuerda que la política no se trata solo de los partidos, sino de participar y decidir las políticas que dirigirán la vida de todos.
Rodríguez es uno de los creadores de LAR Colective, una iniciativa de activismo y educación política a través de Instagram y Twitter.

¿Y ahora qué?

¿Qué pasará ahora con los guardianes de la democracia después de que terminaron su trabajo en el proceso electoral?

Gabriela Deneb Rodríguez piensa que puede ser que continúen como organización de vigilancia de procesos electorales y otras actividades clave para la democracia, o bien puede desaparecer.

Aunque quisiera que continuara, también entiende que es normal que los guardianes se dispersen y desaparezcan como organización, porque ya cumplieron con una misión importante: vigilar este proceso electoral, denunciar las irregularidades y mostrar que hay otra forma de hacer política electoral.

Presencia

Los Guardianes de la Democracia estuvieron presentes en aproximadamente 365 colegios electorales de la circunscripción número 1 del Distrito Nacional.

Posteriormente, una parte se trasladó a la Junta Electoral del Distrito Nacional para revisar las actas ante lo que entendían un posible intento de fraude contra el candidato a diputado de Alianza País, José Horacio Rodríguez.

Durante diez días, en diferentes horarios, el equipo de guardianes se turnó para participar en el proceso de validación y cuadre de las actas destinadas a registrar el voto para las diputaciones en el Distrito Nacional.

El fraude o los errores en la cuenta de los sufragios a los diputados se produce porque no se aplica apropiadamente el método D’Hondt. Con este método, se busca asignar a cada organización sus diputados electos de acuerdo con la cantidad total de los votos del partido y la cantidad de votos que saque de forma individual cada candidato o candidata.

El día 15 de julio, los Guardianes por la Democracia dieron por concluido el proceso de revisión y cuadre de las actas en la Junta del Distrito Nacional. No continuaron con la revisión de los votos nulos y observaos, al considerar que no hay condiciones para revisarlos. Entienden que se rompió la cadena de custodia de las valijas, y que por tanto no es posible garantizar que los votos nulos u observados que se recuenten se correspondan con los depositados por los electores en las urnas durante las pasadas elecciones.

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