Las vacunas, las edades y los descuidos: ¿A los adultos, no les corresponde vacunarse?

Los casos de difteria registrados en el país son una clara evidencia de la importancia de las vacunas para la protección de la salud de los niños y adultos, sin embargo, muchos padres no les colocan de manera oportuna los fármacos a los infantes generando esto que queden vulnerables al virus por la deficiencia de sus anticuerpos.

Los casos de difteria registrados en el país son una clara evidencia de la importancia de las vacunas para la protección de la salud de los niños y adultos, sin embargo, muchos padres no les colocan de manera oportuna los fármacos a los infantes generando esto que queden vulnerables al virus por la deficiencia de sus anticuerpos.

De acuerdo con el infectólogo Clemente Terrero, el esquema de vacunación no se termina a los cuatro años, sino más bien que deben ser colocados los refuerzos de enfermedades como la difteria cada 10 años.

“El incumplimiento del esquema de vacunación puede provocar que los infantes se infecten de enfermedades como son la poliomielitis, rubéola, Paperas, Sarampión y difteria. Brote que hemos estado presentando en los últimos días¨, expresó.

Precisó que es muy difícil que los infantes se infecten de estas enfermedades si cumplen con el esquema establecido por el PAI.
El especialista comenta que en el caso de los adultos es necesario que sean inoculados de la difteria, tétanos, tosferina, hepatitis b y la influencia gestacional.

El órgano encargado del esquema de las vacunas es el Programa Ampliado de Inmunización (PAI), el cual fue puesto en marcha a mediados del decenio de 1970 a nivel mundial por la Organización Mundial de la Salud.

Tras su implementación se reflejó un aumento del 80% de los niveles de vacunación.

El PAI tiene como finalidad la integración de las vacunas en otros servicios de la salud, fortalecer los sistemas de estrategias de manera que sean suministradas aun en momentos de crisis y asegurar la asequibilidad de estas, con la intención de erradicar las brechas.

La OMS estima que en la actualidad estas previenen entre dos y tres millones de defunciones y evita que las personas contraigan enfermedades y discapacidades.

De acuerdo con el esquema de vacunación del PAI, las vacunas que dan inicio al esquema de inmunización en las personas y que son colocadas desde días posteriores del nacimiento, son la BCG contra la Tuberculosis (TB) y la Hepatitis B.

Más adelante, a los dos y cuatro meses de edad, los infantes son inoculados con Rotavirus, Polio, Pentavalente y Neumococo. Mientras que a los seis reciben una tercera dosis de Polio y Pentavalente.

Este documento también establece que a partir del primer año del niño debe ser inmunizado con una dosis única de las triples virales, es decir, de la Sarampión, Rubéola y Papera, la cual está acompañada del primer refuerzo contra el Neumococo.

De ese mismo modo, detalla que a los 18 meses le corresponden al menor los refuerzos de la DPT (difteria, tétanos y tos ferina) y Polio. A los cuatro años, un segundo refuerzo de DPT y el Polio.

En el caso de las mujeres, en el proceso de gestación deben colocarse dos dosis de difteria-tetanos y una de influencia estacional.

Y una tercera dosis de DT despues del parto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define las vacunas como cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad, estimulando la producción de anticuerpos.
El objetivo de estos fármacos es engañar al sistema inmunológico, haciéndole pensar que está siendo atacado por un agente infeccioso y obligándole a defenderse.

El microorganismo inoculado con la vacuna está muerto o muy debilitado (atenuado), por lo que no reviste ningún peligro para el niño; pero es suficiente para que su sistema inmune reaccione generando anticuerpos contra él y con ellos adquiriendo una memoria inmunitaria que le permitirá reconocer ese microorganismo concreto y eliminarlo.

Existen vacunas combinadas como es el caso de la pentavalente, que permiten inmunizar simultáneamente frente a varias enfermedades importantes.

Las vacunas han ayudado a erradicar enfermedades epidémicas y causaban muchas defunciones como por ejemplo la (viruela), Otras casi erradicadas como (poliomelitis o sarampión) o controladas (hepatitis B, tétanos, difteria, meningitis meningocócica o tos ferina).
Vacunas de:
• BCG: Tuberculosis infantil
• Hepatitis B: Previene la infección de la hepatitis B en el recién nacido
• Rotavirus: diarreas graves producidas por Rotavirus
• Polio: Polimielitis
• Pentavalente: difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis b y enfermedades graves producidas por Haemophilus Influenzae tipo b.
• DPT: difteria, tétanos y tos ferina
• De sarampión, evita la neumonía, encefalitis y enfermedades neurodegenerativas.
• Frente a neumococo, H. influenzae tipo b y meningococo C previenen secuelas de las meningitis, como la sordera y otros déficits neurológicos discapacitantes.
• Frente al virus de la parotiditis (causa de “paperas”) evita sorderas y también orquitis en los varones.
• Frente a la polio evita cojeras y deformidades permanentes.
Mediante la inmunización se impide, así mismo, enfermedades que son capaces de transmitirse al feto durante el embarazo, como la rubéola congénita.

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