Más de 1,500 dominicanos mueren cada año en las calles y carreteras del país. En su mayoría son hombres que decidieron sobrepasar los límites de la velocidad permitida, conducir bajo los efectos del alcohol u otras sustancias psicoactivas, no utilizar cascos ni cinturón de seguridad o distraerse usando un teléfono móvil mientras se trasladaban de un lugar a otro en un vehículo de motor.
Esas muertes constituyen la principal causa de los fallecimientos accidentales y violentos que se registraron durante los últimos cinco años en República Dominicana, con más de un 40% de los casos para cada año.
De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), entre el año 2015 y 2020 se produjeron 10,772 muertes in situ por accidentes de tránsito terrestre, que son aquellas en las que las personas pierden la vida al instante o en el lugar del hecho.
Aunque del 2016 al 2018 se observó un descenso de este tipo de muertes, en el año 2019 las pérdidas de vidas por accidentes de tránsito se elevaron sustancialmente hasta totalizar 2,100 personas y un año después, si bien el balance fue menor no dejó de ser preocupante ya que se contabilizaron 1,732 personas muertas, refiere la ONE en su más reciente panorama estadístico titulado “Siniestralidad Vial en la República Dominicana.
Un análisis de las muertes in situ por accidentes de tránsito durante 2015-2020”.
A nivel nacional prevaleció el mismo patrón que en el contexto global, murieron más hombres que mujeres a causa de accidentes de tránsito. Durante el periodo 2015-2020, perdieron la vida al instante por siniestros viales: 9,445 hombres, representando un 87.7% y 1,298 mujeres (12%).
Este año, las cifras no muestran un perfil diferente. De los 471 ciudadanos que han muerto en los tres primeros meses del presente año, 424 eran hombres y 47 mujeres, indican las estadísticas del Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Interior y Policía.
Las motocicletas
El medio de transporte con mayor cantidad de muertes registradas fueron las motocicletas con 1,236 (71.4%), mientras que el segundo grupo más afectado fueron los peatones con una cantidad de 216 (12.47%). Las muertes por automóviles y otros medios de transporte representaron las cifras más bajas con 111 y 130 muertes, respectivamente.
Durante el año 2020, las muertes por accidente de tránsito se registraron generalmente durante los fines de semana. Los viernes se produjo un 12.4%, los sábados, 17.8% y los domingos, un 21.9%, siendo este último día el de mayor número de muertes al instante en eventos viales.
Según el tipo de persona usuaria de la vía, entre las víctimas mortales al instante en accidentes de tránsito ocurridos durante el año 2020 se contabilizaron 1,214 personas conductores (70.1%), 301 pasajeros (17.4%) y 216 peatones (12.5%).
En cuanto al rango de hora, el panorama estadístico plantea que el periodo de horas con mayor número de muertes es de 4:00 de la tarde a 8:00 de la noche, mientras que la menor cantidad de muertes se registra de 2:00 a 4:00 de la tarde.
El informe publicado por la ONE indica que las provincias que registraron mayor cantidad de personas muertas por siniestros viales en el año 2020 fueron: Santo Domingo, San Cristóbal, La Vega, Santiago, La Altagracia, Distrito Nacional, Azua, Puerto Plata, Monte Plata y Peravia.
Dos pasos hacia adelante y dos hacia atrás
En el año 2017, República Dominicana puso en marcha el Plan Estratégico Nacional de Seguridad Vial 2017-2020 cuyo objetivo fundamental era reducir en un 30% las muertes por siniestros viales en el país.
Sin embargo, las cifras en este ámbito en lugar de disminuir, aumentaron.
Actualmente, se cuenta con el Plan Estratégico Nacional de Seguridad Vial de Peatones para la República Dominicana 2020-2023 y el Plan Estratégico Nacional de Seguridad Vial de Motocicletas para la República Dominicana 2019-2022.
Ambos planes procuran impulsar el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible relacionado con Salud y Bienestar que, en su meta 3.6, el país refrendó asumiendo el desafío de “reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico” antes de que concluya el año 2030.
El reto es parte de una agenda para un mundo más próspero y sostenible.
