La postura del presidente Luis Abinader ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que reclama de manera urgente a la comunidad internacional para que de una vez por todas atienda la crisis haitiana, ha ganado el respaldo de analistas que consideran oportuno el pronunciamiento del mandatario en momentos en que el vecino país atraviesa por uno de los sus momentos más “catastróficos”.

Desde el punto de vista del experto en Relaciones Internacionales, Iván Ernesto Gatón, el llamado de atención que hiciera el mandatario dominicano el pasado miércoles ante la ONU a los países grandes, además de oportuno, es la mejor carta que puede jugar la República Dominicana ante un país que se encuentra sumido en un limbo constitucional y que salió de “una situación difícil a una catástrofe” con el reciente asesinato del presidente Jovenel Moise y el terremoto de magnitud 7.2. Como una irresponsabilidad, Gatón considera la poca actuación que ha tenido la comunidad internacional en un contexto en el que Haití tiene alertas en todos los niveles de seguridad en la región por la cantidad de armas y de pandillas que se han apoderado de las calles y todo el territorio, además de ser una nación en la que más de un 50 por ciento de su población todavía no tiene identidad porque el Estado no se la puede proveer, donde hay un 2 por ciento de superficie cultivable y los ríos que tiene nacen en la República Dominicana.

“La comunidad internacional ha asumido que simplemente, la donación de vez en cuando de alimentos y de vestimenta, puede resolver la situación de un país en el que la gente necesita la creación de las estructuras mínimas que una sociedad requiere para que la gente tenga alimentación, salud, que la gente tenga seguridad en un país que ahora mismo hay alertas en distintos niveles de seguridad de la región por la cantidad de armas, de potencia que están teniendo en Haití, donde hay pandillas que se han adueñado del país. Esa comunidad internacional fue allí, se gastó más de mil millones de dólares en una misión de estabilización de Haití, lo que se llamó la Minustah (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití), y lo que dejó fue más inseguridad”, comentó a elCaribe.

“La desgracia de Haití es el cáncer que va a hacer metástasis en la RD”

A decir de Iván Ernesto Gatón, la comunidad internacional todavía no se ha dado cuenta de que “la desgracia de Haití, es el cáncer que va a hacer metástasis en la República Dominicana”, si los países no se unen para buscar una salida a los problemas que cada día se agudizan en ese territorio que a su entender está en una “somalización”.

Su análisis lo basa, luego de reconocer “que no hay forma para que la República Dominicana se libre de Haití” porque este lado de la isla es el único país al que sus nacionales pueden cruzar sin ser devueltos, como ocurre recientemente en la frontera de México y Estados Unidos, donde los haitianos son repatriados hacia atrás una vez cruzan el Río Bravo que hace frontera entre esas dos naciones.

Gatón plantea como una solución a la situación actual, como una luz al final del túnel, la participación de la diáspora, compuesta por más de tres millones de haitianos que residen en el extranjero.

“Lo único que veo como luz al final del túnel para ayudar a resolver el problema haitiano es una diáspora que está comprometida no solamente con el envío de remesas por el nivel de consciencia que le ha dado el exilio económico y que de una manera u otra ya ha mostrado interés en ayudar a las autoridades que estén allí en Haití y que se les tome en cuenta como élite gobernante, que eso le ha faltado a Haití, una élite gobernante”, dijo.

Indicó que esa diáspora está hablando de un proyecto en el que se puedan integrarse todos.

Hay que analizar cómo países pueden ayudar

Por otro lado, el excónsul de Haití en República Dominicana y director ejecutivo de la Fundacion Zile, Edwin Paraison, también definió este momento como “catastrófico” en todos los ámbitos, pero es de opinión de que en el plano político todo es mucho más complejo por la fuerte implicación de actores internacionales que mantienen un modelo “que ha fracasado”.

Para Paraison es cierto que Haití no puede por sí solo salir de la actual crisis, pero entiende que tampoco se debe entregar el destino del país al sector internacional que “ha fracasado en nuestro país (Haití)”. Asegura que el llamado de Abinader es una oportunidad para analizar cómo los países grandes pueden colaborar.

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