Los carteles de apoyo, las banderas de Serbia y los sonoros cánticos con el apodo de Novak Djokovic en la arena Rod Laver fueron el marco de su retorno al Abierto de Australia.

Djokovic asintió a las expresiones de cariño al saludar con la mano izquierda al entrar a la cancha a las 10.30 de anoche. Acto seguido, se puso a trabajar al ofrecer un magnífico despliegue de tenis y si acaso una leve molestia en un muslo izquierdo que tenía vendado.

Con sus padres y hermano en las gradas del Melbourne Park por primera vez desde que ganó su primer título de Grand Slam hace 15 años, Djokovic empezó el duelo de la primera ronda disparando un ace de 125 mph (201 kph).

Se llevó el primer juego sin ceder puntos e inclinó el primer set a su favor con una seguidilla de 12 puntos rumbo a una victoria 6-3, 6-4, 6-0 sobre el español Roberto Carballés Baena, número 75 del escalafón de la ATP que acabó pasada la medianoche.

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